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ASUNCION DE ABEL POSSE COMO MINISTRO DE MACRI

Con la pluma o la palabra, pero sobre todo con la espada

Defensor de la dictadura, a la derecha de la “teoría de los dos demonios”, enemigo del rock y de la indisciplina juvenil, misógino… La incontinencia verbal de este “intelectual” del Grupo Aurora deja pálida cualquier parodia sobre quienes reclaman orden. Pero Posse no está anclado en el pasado. Piensa igual el presente: amnistía para los militares, gatillo fácil, reformatorios, baja de la edad de imputabilidad y represión de la protesta social. No entenderá mucho de educación pero para la Escuela de Policía o la de Mecánica de la Armada anda bárbaro.

PTS

17 de diciembre 2009

Defensor de la dictadura, a la derecha de la “teoría de los dos demonios”, enemigo del rock y de la indisciplina juvenil, misógino… La incontinencia verbal de este “intelectual” del Grupo Aurora deja pálida cualquier parodia sobre quienes reclaman orden. Pero Posse no está anclado en el pasado. Piensa igual el presente: amnistía para los militares, gatillo fácil, reformatorios, baja de la edad de imputabilidad y represión de la protesta social. No entenderá mucho de educación pero para la Escuela de Policía o la de Mecánica de la Armada anda bárbaro.

Macri, gente de su gobierno y periodistas como Morales Solá, han destacado a modo de defensa su rol de “intelectual”, que lo haría típicamente “polémico”. Ojo, Posse es como Belén de la CGT pero con chapas académicas: parece que estudió marxismo, del que es “especialista”, en la Sorbona. Si la figura del intelectual nos remite al famoso “Yo acuso” de Zolá1, Posse nos da la versión que aprendió en cursillos extra en el Centro Piloto de París: no es el intelectual que critica los prejuicios de su época, sino el botón que señala con dedito acusador.

Para recuperar un poco el espacio perdido, los intelectuales K salieron a pegarle. Era necesario, sin duda. Pero ya que mencionaron la ignorancia de Posse y que considerarlo intelectual es una “licencia del lenguaje”, ¿no podría pedírseles un poco más? Si la memoria no falla, bajar la edad de imputabilidad no es idea de Posse sino de Scioli. Es cierto que los “Carta Abierta” no piden la amnistía para los milicos, pero se deshicieron en elogios a del Barco por su alegato a favor de la teoría de los dos demonios.
Tampoco recordamos tan airados comentarios de su parte cuando Belén acusó a la “zurda loca”. Y cuando el gobierno reprimió en Kraft, sólo atinaron a una cobarde declaración llamándolo a reflexionar y alertando contra la desestabilización “por izquierda”. Tanta indignación suena a hueca al no cuestionar la base de la existencia de tantos Posse, quien en su sinceridad jurásica, dice algo que los intelectuales K ocultan. Posse argumenta que el “esquema constitucional de orden público y de ejercicio de la fuerza exclusiva del Estado” es para “cumplir con la misión de reprimir”. Cierto: en un Estado capitalista la función de las fuerzas represivas es proteger por la fuerza la propiedad privada. Lo que no es cierto es que los K las hayan “demolido”, como dice Posse, ni quieran hacerlo. La represión en Kraft es la más resonante de los últimos meses pero no la única (y sobre las otras Carta Abierta no se han pronunciado). Si es necesario “devolverle su honor” a estas instituciones como quiere Posse, no es porque algún gobierno las haya deslegitimado. Su “decadencia” (caso Pomar), el “negocio del crimen” del que ella es la principal organizadora, y nada menos que un genocidio (del que salieron impunes salvo los contados casos logrados por la lucha en las calles), las hacen odiables para millones de jóvenes y trabajadores.

Horacio González critica a Posse pero también a quienes buscan lo mismo mediante “zancadillas” institucionales y tramiteríos parlamentarios, refiriéndose a los Biolcati y otros “destituyentes”. Pero no dice que su grupo defiende a un gobierno que se sostiene con la misma base represiva aunque “legal” (lo cual es también una licencia del lenguaje, como sabe cualquiera que conozca a la maldita policía o a las patotas del gobierno).
Quizás opine, como Feinmann, que “la política” es pensar ese tipo de cosas, pero no decirlas. Es que González y Feinmann no pueden pensar más allá de la política burguesa, pero que sea “de buenas formas”, en el marco de “la institucionalidad”.

Que esa institucionalidad burguesa defiende los mismos intereses de siempre, es lo que se ve en la trayectoria de Posse: fue nombrado con Lanusse, siguió con Perón, los militares, Alfonsín, Menem y hasta su actual nombramiento, seguía como embajador2. El mismo ejército, la misma policía, los mismos partidos burgueses, empresarios, burócratas sindicales...

Si por intelectual entendemos figura pública que influencia con sus ideas, podría decirse que Posse lo es: Menéndez tomó sus “reflexiones” para defenderse en el reciente juicio por crímenes de lesa humanidad. Comparte este honor con Tata Yofre, cuyo libro Volver a matar fue exhibido por Astiz en otro juicio.

Posse muestra el perfil político de Macri, pero también lo que estuvo y está dispuesta a hacer la burguesía cuando las papas queman. No sólo contra los Posse hay entonces que prepararse, y en esa tarea, tampoco tendremos la sabiduría de los hoy horrorizados K. Debemos entonces forjar una intelectualidad que no sean chapas académicas y apariciones en la prensa para repetir los sentidos comunes de la derecha facha y de este régimen capitalista. Una intelectualidad anticapitalista que junto a la clase obrera cuestione todo el edificio de este sistema social decadente.

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