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ACTO EN RENAULT DE CORDOBA

Cristina, De la Sota, los tercerizados y el “modelo”

“Es bueno que estemos todos hoy acá”, dijo sonriente el ex – gobernador de Córdoba José Manuel De la Sota, cuando entraba al acto en la planta de Renault del barrio Santa Isabel en Córdoba, donde se produjo la primera aparición pública de Cristina Fernández, luego de la muerte de Néstor Kirchner.

Fernando Rosso

4 de noviembre 2010

“Es bueno que estemos todos hoy acá”, dijo sonriente el ex – gobernador de Córdoba José Manuel De la Sota, cuando entraba al acto en la planta de Renault del barrio Santa Isabel en Córdoba, donde se produjo la primera aparición pública de Cristina Fernández, luego de la muerte de Néstor Kirchner.

“Queda claro que se va a profundizar el modelo”, repetían los analistas en radios, diarios y en la TV, haciendo un análisis del discurso de Cristina. La pregunta que surge es ¿qué significa profundizar el modelo?

El “modelo” no es para los tercerizados y los contratados

“Desde hace varios días la orden era que ninguno de los trabajadores de las tercerizadas podía participar del acto”, nos cuenta un compañero de Cargo-Renault, una de las tercerizadas dentro de la planta, los que se encargan de la logística y que, entre otras cosas, no tienen delegados gremiales, además de cobrar salarios bastante menores a los de los efectivos de Renault. Seguramente habrá quedado grabado en las patronales la lucha de estos trabajadores que en el año 2006, en el marco de una pelea por tener delegados, llegaron a bloquear todas las entradas de la fábrica durante un día. “Pero a último momento, a minutos del acto, nos dijeron que había que quedarse, porque de Renault no se estaba quedando nadie, obviamente que nos fuimos todos”, nos explica con bronca. Y nos cuenta que del turno mañana de más o menos 2.000 trabajadores efectivos, solo se quedaron unos 150, esencialmente supervisores y jefes, que son los que ocuparon los primeros lugares y aplaudían a rabiar a De la Sota sobre todo, a Cristina y a la patronal. El resto eran trabajadores (una minoría) del turno tarde y por supuesto los alcahuetes del SMATA de varias fábricas, con eso alcanzó para el montaje de la presentación del nuevo “Fluence”.

El “modelo” luego de 7 años de crecimiento récord de la industria automotriz, como lo resaltó Cristina, parece que “no alcanzó” para terminar con la tercerización y los contratos basura, que implican peores condiciones de trabajo para los obreros de esas empresas y siguen beneficiando a las multinacionales, gracias a las leyes laborales “noventistas”. Lejos de esto, en estas condiciones parece estar uno de los “secretos” del crecimiento y las ganancias. Hoy existen nuevamente miles de contratados en las distintas fábricas de la rama y ya vimos como son tratados estos trabajadores cuando bajan un poco las ventas y las ganancias.

De la Sota y su “modelo” (a la derecha)

Pero el “modelo” parece que pretende “avanzar” más incorporando o pactando con reconocidos “progresistas” como José Manuel de la Sota, que se dio el lujo de viajar en el avión que trajo a los ministros y fue convocado especialmente por la presidenta, cuando hasta último momento no iba a venir.

Es entendible que los miles que se congregaron afuera de la planta, algunas columnas sindicales, organismos de DDHH, agrupaciones universitarias e incluso “gente suelta” que identifican la cierta mejora en su situación durante estos años, con la figura de Néstor Kirchner, lanzaran una silbatina generalizada cuando en la pantalla apareció De la Sota. El mismo que en el año 2004, cuando no fue invitado a un acto en la ESMA, “retó” a las Madres de Plaza de Mayo “porque no habían cuidado bien a sus hijos”. Pero con esto De la Sota no hizo más que continuar una larga tradición dentro de la derecha peronista. A los 25 años, en 1973, llegó a la Secretaría de la gobernación de la Municipalidad de Córdoba, como parte de un gobierno copado por la derecha peronista (con miembros de la Guardia de Hierro y el Comando de Organización) y enfrentado al gobierno de la izquierda peronista de Obregón Cano y Atilio López. Luego del “Navarrazo”, el golpe policial que volteó a ese gobierno y comenzó una persecución contra el movimiento obrero combativo y la izquierda, De la Sota siguió ocupando su cargo y el gobierno municipal se mantuvo intacto. Para el momento del golpe, De la Sota integraba la agrupación “De pie junto a Isabel” (¿y López Rega?). Años más tarde se jactó de haber “conocido la cárcel” bajo la dictadura, cuestión que es verdad, el 7 de abril de 1976 se presentó “espontáneamente” ante la policía de Córdoba y es detenido (alrededor de un año). Pero varios presos políticos relataron tiempo después que el mayor “riesgo” que corrió no vino del lado de los represores (nunca fue torturado), sino de parte de los detenidos, miembros del sindicalismo combativo y de la izquierda que no querían aceptarlo en sus pabellones.

A todo esto hay que agregarle los años de gobernador, fiel continuador del programa “menemista” y aplicador de los planes neoliberales con varias represiones incluidas y el hundimiento de la industria automotriz durante los años 1998-2002. Los que lo silbaron con razón, deberían preguntarse si este es el “modelo” por el cual se movilizaron.

El Cordobazo, nuestro “modelo”

Cristina Fernández habló del Cordobazo y de la mítica planta de Santa Isabel (barrio donde está Renautl), de donde salieron las principales columnas que protagonizaron la rebelión obrera-estudiantil que hirió de muerte a la dictadura de Onganía.

Muchos de esos obreros fueron los “hijos” que las madres, según De la Sota, “no supieron cuidar”, como el mismo René Salamanca y muchos otros obreros clasistas que fueron el blanco de la represión y el grueso de los desaparecidos.

El “modelo” de aquellos obreros y jóvenes está en las antípodas de los De la Sota, los Schiaretti y los burócratas como el “delasotista” Dragún que persiguen y expulsan a los delegados clasistas de hoy. La dictadura se instaló justamente para derrotar a ese movimiento obrero combativo, que ni la vuelta de Perón logró frenar, y que luchaba verdaderamente por defender a los trabajadores. El menemismo después continuó la tarea con la flexibilización laboral, la tercerización y los contratos basura, condiciones que se mantienen hasta el presente. Hoy, mientras la clase obrera con su lucha está recuperando conquistas y organización, puede encontrar su “modelo” en aquella tradición heroica y no en los que junto a patrones y burócratas montan farsas como esta y peor aún en nombre del Cordobazo.

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