A menos de un año del asesinato de Cristian Ferreyra, hoy el agronegocio se tomó otra vida de un militante del MOCASE ¿Podrías contarnos como es el conflicto de tierras en Santiago del Estero que lleva a la persecución y muerte de campesinos y originarios, como es el caso de Miguel Galván

AM: bueno, en realidad esto hace mucho tiempo que se viene denunciando. Nosotros desde nuestros puestos de trabajo. Compañeros de vía campesina y de organizaciones campesinas vienen denunciando desde hace años las amenazas constantes por parte de los grupos armados de los terratenientes. Hace menos de un año ocurrió algo que ya se había denunciado, y que por lo tanto, los gobiernos sabían. Lo sabían tanto el gobierno provincial, los funcionarios, jueces y el gobierno nacional. Sin embargo, ocurrió la muerte de Cristian Ferreyra. Hoy a menos de un año, con antecedentes de violencia en la zona y denunciados, incluso, por el propio Miguel Galvan, hoy, tenemos que lamentar su muerte y continuar su lucha. Él también pudo explicarle al juez hace aproximadamente dos semanas atrás a donde lo iban a encerrar y a donde lo iban a matar, así que esto era cantado que ocurría. El gobierno provincial, como nacional, sigue mirando para otro lado. A los sectores populares no nos está quedando otra que unir esfuerzos, ganar las calles, mantenernos alerta y atentos porque el slogan del gobierno de “unidos y organizados” es en realidad una forma de fragmentar y cooptar a los sectores juveniles y populares para beneficiar a determinadas personas que se montan en empresas y en funciones públicas, y la verdad que esto no puede pasar. Esto que pasó con la muerte del compañero Galván era cantado, ya que lo veníamos denunciando desde la muerte de Cristian Ferreyra, y por lo tanto no es casual ya que los gobiernos y los jueces lo sabían por las denuncias que realizamos desde el MOCASE. Incluso se sabía dónde y cómo iba a ser asesinado. Lamentablemente ocurrió.

Con respecto al asesinato de Cristian Ferreyra. ¿Cómo se está llevando a cabo ese juicio?

AM: la causa avanza a pasos muy lentos. Y avanza en la medida que las comunidades van poniendo presión a la justicia. Lo bueno es que se ha logrado que se impute a todos los denunciados y lo que se está tratando de lograr es que se impute también al empresario de la soja. Pero que quede claro que las causas populares no avanzan si no se ejerce presión en las calles, porque aquí en Santiago los trámites judiciales hay que hacerlos por cuenta propia, ya que es evidente que la justicia funciona muy bien para los empresarios y terratenientes, y para los trabajadores y campesinos es un camino sembrado de piedras.

¿La alianza entre los trabajadores y los sectores populares sería un método para lograr que la justicia del Estado pueda ser eficaz para los trabajadores y campesinos pobres?

AM: sin duda que sí. Hoy en día debemos vincularnos cada vez más con el conjunto de los trabajadores, ya sean del Estado, de las fábricas, cuentapropistas, etc. y con los estudiantes para empezar a buscar puntos de articulación para la acción. Porque el “modelo” que se está imponiendo desde los gobiernos, tanto nacional como provincial, avanza a pasos agigantados y, evidentemente, no nos puede encontrar desunidos.

Entrevistó Juan José