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LA REACCION DE LOS MEDIOS

Cuando los de abajo “ocuparon” la realidad

“Soldati liberado/Lugano tomado”. La pantalla dividida de TN mostraba este miércoles el frenético operativo del gobierno de Macri, barriendo del Parque Indoamericano todo vestigio de la toma que mantuvo en vilo al país, y al lado un móvil informando que “las tomas” seguían en otros lugares.

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16 de diciembre 2010

Cuando los de abajo “ocuparon” la realidad

“Soldati liberado/Lugano tomado”. La pantalla dividida de TN mostraba este miércoles el frenético operativo del gobierno de Macri, barriendo del Parque Indoamericano todo vestigio de la toma que mantuvo en vilo al país, y al lado un móvil informando que “las tomas” seguían en otros lugares.

A comienzo de semana C5N llegó a diseñar un “mapa” de las tomas, donde el sur de la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano parecían territorio amenazado por una “invasión” sobre tierras públicas y privadas.

Así arrancaba un nuevo capítulo de la reaccionaria campaña de gran parte de los medios masivos contra los más explotados y oprimidos de esta sociedad. Campaña en respuesta a esa inesperada irrupción de los “sin techo” en la escena pública, represión del Estado y de las bandas fascistas mediante.

“Vecinos” vs “usurpadores”

Okupas, usurpadores, ilegales, bolitas, paraguas, narcos. Esas y otras denominaciones inundaron los medios durante la última semana. Unas en boca de los cronistas. Otras en boca de “vecinos” de las tomas, que sólo querían “orden” (o sea desalojo y represión).

Clarín, La Nación, C5N, TN, Infobae, Canal 26, Radio 10, Crónica, Continental, entre otros, cargaron sus discursos con altas dosis de xenofobia, racismo y criminalización. Unos apelando al sensacionalismo más vulgar, otros a la fraseología pacata de los barrios chetos de la Capital, todos mostrando su odio (y su temor) a los que no tienen más que carencias.

TN mostraba indignado a la Federal de Cristina reventando a palos a un pibe semidesnudo. Pero al rato hacía un informe dándole voz a “vecinos” enojados por la usurpación.

C5N aprovechaba para desplegar su retórica fascista, encontrando nada menos que en Sergio Schoklender un portavoz kirchnerista que unía sin vergüenza “toma” con “narcos”, agregando a “troskos” que buscan réditos políticos con la muerte.

No hubo medio que no jugara a ese “doble discurso”: conmoción frente a asesinatos de bolivianos y paraguayos, pero acompañada de indignación frente a la ocupación ilegal de terrenos alterando la vida social. Así se replicaba y amplificada la polarización que crean día a día los medios mostrando a “ciudadanos” o “vecinos” víctimas de los otros, los temibles, los usurpadores, los piqueteros, los gremialistas salvajes, los zurdos. Víctimas de todos los que osen interrumpir un supuesto “orden”, que reinaría si no fuera por los inadaptados.

Entre la discriminación y el ocultamiento

Si desde el comienzo de la toma del Indoamericano los medios fogonearon un discurso discriminatorio, dando aire a comentarios denigrantes hacia los “sin techo” (especialmente hacia los extranjeros), las declaraciones de Macri reclamando mayor dureza contra la inmigración limítrofe consolidó más esa línea.

Esto no es nuevo. En los ’90, en pleno proceso privatizador neoliberal, confluyeron en un discurso xenófobo el gobierno, los medios y la burocracia sindical, acusando a los hermanos bolivianos, paraguayos y peruanos de quedarse con el trabajo de los argentinos.

Hoy esa xenofobia y la “amenaza” de las tomas para la sagrada propiedad privada y estatal se complementa con el ocultamiento del verdadero drama, ese que lleva a miles de personas a instalarse bajo un toldo con la esperanza de conseguir una vivienda digna.

Una vez más, descarnadamente, vemos el rol que juegan los medios masivos en la sociedad capitalista. Instrumentos que, en manos de los poderosos, son verdaderas usinas de una ideología y un sentido común reaccionario, que hace ver en un hermano de clase una amenaza y que justifica las más crueles desigualdades. Un sentido común irradiado con el objetivo de domesticarnos y demonizar a quienes se atreven a ocupar los espacios que esta sociedad históricamente les ha negado. Los pobres, los superexplotados, los “sin techo” entraron esta semana en escena. Se hicieron visibles. Y ahí estuvieron los medios para procurar que la reacción social fuera el espanto, el rechazo y el deseo de que esa parte de la sociedad vuelva a ocultarse en los talleres clandestinos, en las obras en construcción, en las quintas, en las cocinas de las señoras de Palermo. Invisibles, pero no inservibles. Invisibles, pero sumamente necesarios para los capitalistas y sus medios.


LOS MEDIOS K

De propagandistas a farsantes

Desde el comienzo trataron de despegar al gobierno de Cristina y su policía de los hechos. Elaboraron varias hipótesis que hacían responsables sólo a Macri, al Duhaldismo y sus bandas fascistas. Se basaron, claro, en la xenofobia servida en bandeja por el Jefe de Gobierno porteño. Pero aunque esas versiones puedan fundarse en hechos reales, el kirchnerismo mediático sólo pretendía quitar del centro de las miradas las manos ensangrentadas de la fuerza dirigida por Aníbal Fernández que el martes 7 había matado a dos personas. Dijeron que la Federal no estaba implicada. Que los “ocupantes” del Parque se habrían matado entre ellos. Después dijeron que la Federal podía estar implicada, pero que actuó eludiendo la cadena de mando. Cuando el viernes Cristina anunció (junto a Bonafini y Carlotto) la creación del Ministerio de Seguridad los escribas oficialistas dijeron que ahora sí iba a haber una Federal democrática.

Finalmente aplaudieron a la Gendarmería apagando el “incendio” que Macri había enardecido.

Mientras todo eso iban diciendo Canal 7, 678, Página/12, Tiempo Argentino y compañía, Aníbal Fernández y otros funcionarios no encontraban la manera de darle un giro al mal trance.

No bastaba con Schoklender haciéndole el aguante a los fachos de C5N y Radio Diez. Por eso Canal 7 culminaba la trágica semana el viernes a la noche pasando un recital grabado, como si nada estuviera ocurriendo, mientras en Soldati seguían matando gente.

Tragando saliva, sin imágenes propias ya que los móviles de la “televisión pública” se borraron de Soldati, Aníbal tuvo que recurrir a los archivos de TN y América, (¡los “monopolios”!) para identificar a las patotas ligadas a Duhalde.
Una semana dura de masticar para 678, que noche a noche fue mostrando un cinismo cada vez más a prueba de balas, modificando el relato según cómo la realidad le salpique la pantalla.

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