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Debates programáticos en el Frente de Izquierda

Luego de las PASO, las corrientes que componemos el Frente de Izquierda nos abocamos a la elaboración de un manifiesto programático actualizado. Sin embargo, el PO definió abandonar la discusión y publicar su propia propuesta que retrocede respecto a los anteriores programas del Frente. A continuación, desarrollamos los principales puntos del debate y su relación con las diferentes estrategias para el FIT.

Matías Maiello

7 de octubre 2015

Debates programáticos en el Frente de Izquierda

En el intercambio posterior a las PASO, cada corriente presentó su propuesta, y sobre esta base acordamos encarar la unificación de los diferentes documentos, con una propuesta del PTS, enmendada luego por IS. Sin embargo,como ya explicamos, llegado este punto el PO definió abandonar la discusión sin mayores explicaciones y publicar unilateralmente su propia propuesta de programa hacia octubre, presentándolo como “manifiesto del Frente de Izquierda”.

Un retroceso respecto al programa del FIT

Entre los planteos fundamentales de la propuesta del PTS que terminaron siendo rechazados explícitamente o “de hecho” por el PO, se encuentran: 1) La necesidad de una delimitación política con nombre y apellido de las corrientes populistas latinoamericanas (chavismo, evomoralismo, etc.) y el neoreformismo europeo de Syriza o Podemos. 2) Una definición clara de gobierno obrero que escape a toda ambigüedad, y un señalamiento explícito sobre la necesidad de terminar con el aparato represivo del Estado burgués. 3) Un planteo preciso de que nuestras consignas, como que todo funcionario político gane lo mismo que un trabajador o que sea revocable, no son planteos aislados sino que están en función de facilitar la experiencia de las masas hacía la conquista revolucionaria de un gobierno obrero. 4) Una clara delimitación de la burocracia sindical y reivindicación de las luchas de la vanguardia obrera del último tiempo, mantener la consigna clara contra la precarización de “todos a planta permanente”, la legalización irrestricta de las drogas, entre otros. 5) Señalar la perspectiva de construcción de partido revolucionario y la lucha por la revolución socialista.

Todos estos ejes fueron parte de los intercambios y pueden verse contenidos por la positiva en la propuesta del PTS (ver abajo), así como por la negativa, omitidos en el programa publicado por el PO. A pesar de las diferencias entre el PO y el PTS en torno a estos puntos que hemos debatido en reiteradas oportunidades, puede resultar llamativo para más de un lector, el hecho de que no se haya podido arribar a una formulación común sobre estos aspectos, aunque más no sea reiterando planteos previamente acordados en el 2011 y 2013. Desde un punto de vista lo es, aunque si lo abordamos con el prisma de los diferentes proyectos estratégicos para el Frente de Izquierda que se expresaron en las PASO (que debatimos aquí y aquí) la cuestión se vuelve más clara.

La insistencia en diluir el programa del FIT en formulaciones cada vez más generales, y por lo tanto “diplomáticas”, es continuidad del planteo del PO en las PASO que sostiene que el desarrollo del Frente pasa por incorporar, sin un debate serio previo y una práctica común, a agrupamientos que no comparten el programa, como la corriente del Perro Santillán, Pueblo en Marcha, la CRCR, etc. Al contrario, desde el PTS sostuvimos y sostenemos, que el avance del FIT pasa por profundizar la intervención en la lucha de clases y por abrir más y más sus filas a la vanguardia obrera, juvenil y del movimiento de mujeres, defendiendo a rajatabla el programa del Frente, y desde esta perspectiva debatir con toda organización de izquierda que la comparta.

Esta es la explicación que encontramos al retroceso por parte del PO en varios de los puntos programáticos que ya eran patrimonio común del FIT, así como de la negativa a avanzar en hacer más concretos varios planteos programáticos que venimos sosteniendo. A continuación un sintético repaso por los puntos principales en debate.

Hay que llamar a las cosas por su nombre

El desarrollo del Frente de Izquierda y la necesidad de prepararnos para el ajuste que se proponen implementar los Scioli, los Massa, o los Macri, no se da en el vacío. El capitalismo atraviesa una crisis mundial desde 2007, que hoy golpea directamente a nuestra región y que ha puesto a prueba a la mayoría de las variantes que se proponen “humanizar” el capitalismo mediante la conciliación con sectores de la burguesía.
Desde su primer Manifiesto Programático del 2011 el Frente de Izquierda se planteaba la “denuncia [d]el carácter claramente capitalista de todos los gobiernos latinoamericanos, desenmascarando ante los ojos de obreros, campesinos y estudiantes el real carácter de los gobiernos de Evo Morales […] y de Hugo Chávez”.

Es un claro retroceso el hecho de que PO se haya negado a cualquier referencia explícita a estas corrientes, justo en este momento, donde queda a la vista de todos, la impotencia política de estas estrategias de conciliación de clase. En el caso de las corrientes nacionalistas burguesas como el chavismo, a pesar de los discursos sobre el “socialismo del siglo XXI”, frente a la baja del precio del petróleo, Maduro ha apelado a una megadevaluación, licuando los ingresos de los trabajadores. Estas políticas han contribuido, al fortalecimiento de la oposición burguesa proimperialista, que ha intentado golpes en Venezuela como el de 2002 que enfrentamos y seguiremos enfrentando.

En el caso de las variantes más “frente populistas” como la de Evo Morales en Bolivia, que tuvo que partir de la relación de fuerzas impuesta por los levantamientos entre 2000 y 2005 y otorgar reconocimiento constitucional a los pueblos originarios, ha forjado un pacto con la burguesía de la “media luna” del Oriente y continúa la persecución política contra los luchadores mineros y de la izquierda que protagonizaron la gran huelga de mayo de 2013 y que impulsaron (contra el boicot la burocracia de la COB) la formación del Partido de Trabajadores. Entre ellos se encuentran referentes de la organización hermana del PTS en Bolivia.

Otro tanto debemos señalar sobre la negativa a incluir en el manifiesto del FIT un pronunciamiento explícito sobre Syriza y Podemos como principales referentes del neoreformismo en Europa. Más aún cuando el gobierno de Syriza autodenominado “de izquierda” fue electo para frenar el ajuste, y a pocos meses de llegar al gobierno se convirtió en el principal defensor del mismo. Hoy Podemos se prepara para seguir este camino, mientras que la nueva formación Unidad Popular, luego de romper con el Alexis Tsipras, plantea “volver al Syriza de los orígenes” preparando una nueva frustración.

Las lecciones sobre el fracaso de estas estrategias, son de la mayor importancia para los trabajadores y la izquierda, mucho más allá de aquellos países. Ya hemos planteado la importancia esta cuestión, en particular, para una discusión seria con toda corriente que se acerque al Frente de Izquierda. A diferencia del PO que proponía incorporar al FIT sin más a corrientes como la del Perro Santillán que se referencian en Evo Morales, o Pueblo en Marcha que también reivindica a Syriza y Podemos. El intento de retirar toda referencia explícita, con nombre y apellido, sobre estos gobiernos no puede más que ir en contra de la claridad del programa del FIT y su definición de independencia de clase.

¿De qué gobierno obrero estamos hablando?

Los diferentes programas del FIT hasta la fecha, han señalado como objetivo la lucha por “un gobierno de los trabajadores y el pueblo impuesto por la movilización de los explotados y oprimidos”. Se trata de una formulación general pero que responde al acuerdo al que pudimos llegar en el Frente.

Sin embargo, otra “novedad” programática del PO ha sido, dejar de lado, a pesar de nuestro señalamiento, la segunda parte de la formulación, la que dice “impuesto por la movilización de los explotados y oprimidos”. Este cambio se concretó en el programa que han publicado recientemente. ¿Por qué? No lo han explicitado, sin embargo, el único efecto concreto de la nueva formulación es dejar en la más grande de las ambigüedades y sujeto a variadas interpretaciones, nada más ni nada menos que el planteo del poder de los trabajadores por el cuál luchamos.

En el mismo sentido, fue la negativa del PO a incorporar el planteo, incluido en declaraciones anteriores del FIT sobre la necesidad “de reemplazar el aparato represivo de este Estado, que está al servicio de los explotadores, por organizaciones de los trabajadores mismos en el camino de la lucha por su propio gobierno.”

A la inversa, cuanto más avance el Frente de Izquierda electoralmente, más relevante se hace reafirmar el sentido antiburgués y anticapitalista que tiene nuestro planteo de “gobierno de los trabajadores y el pueblo”. Dejar en claro que la clase trabajadora no puede valerse simplemente del Estado burgués tal cual es para perseguir sus propios fines sino que debe derrotarlo y poner en pie su propio poder. Toda la experiencia del siglo XX, en relación a los gobiernos llamados “de Frente Popular”, incluido el gobierno de Allende en Chile en los ’70, ha dejado sobradas muestras de esta cuestión.

Por este motivo es que en repetidas oportunidades, incluida la actual, desde el PTS venimos insistiendo sin éxito, en la necesidad de hacer más claro nuestro planteo programático. Reafirmando que el gobierno de los trabajadores y el pueblo por el cual luchamos será impuesto necesariamente por la movilización de los explotados y los oprimidos, y a su vez, explicitando que ésta deberá “disolver las actuales fuerzas represivas garantes de orden capitalista para sustituirlas por los trabajadores haciéndose cargo de su propia autodefensa (milicias obreras) para garantizar las bases de un nuevo orden, donde gobierne una asamblea nacional de consejos de los trabajadores y el pueblo pobre con diputados elegidos a partir de los lugares de trabajo o territorio.”

Este desarrollo no lo hemos puesto como “condición” para un programa común, ni antes ni ahora, sin embargo, el retroceso por parte del PO respecto a las formulaciones originales del FIT no hacen más que dejar un amplio margen para interpretaciones oportunistas, como que un gobierno obrero podría surgir de la evolución de las instituciones burguesas a partir de un triunfo electoral del FIT.

Las consignas democráticas en la lucha por el poder obrero

Como señalamos en otro artículo, en la campaña de las PASO hemos avanzado en destacar el carácter combativo y de clase, de la consigna que venía levantando el FIT de “que todos los funcionarios políticos ganen como una maestra” ligándola al aporte de nuestros diputados a las luchas obreras y populares.

En este sentido, veíamos necesario dar cuenta del avance que hemos tenido en la crítica al régimen político burgués y explicitar en nuestro el programa que las consignas, como que todo funcionario político gane lo mismo que un trabajador o sea revocable, la disolución del senado y la presidencia, etc. (inspiradas en la Comuna de París y retomadas por Lenin en El Estado y la Revolución) no son planteos aislados, sino que están claramente en función de facilitar la experiencia hacia la conquista revolucionaria de un gobierno obrero con las características que señalamos en el punto anterior. Un diálogo parecido al ensayado por Trotsky en “Un programa de acción para Francia”.

Sin embargo, el PO pasó de devaluar públicamente este tipo de consignas, a ligarlas en su manifiesto programático a una “innovadora” consigna de luchar “Por un gobierno representativo ante un Congreso unicameral y revocable”, que lleva la ambigüedad sobre los objetivos del FIT hasta el absurdo.

¿Y la burocracia? ¿y las luchas obreras?

No deja de llamar la atención que el “manifiesto programático” del PO, que incluso publica en nombre del FIT, carezca de cualquier alusión a la burocracia sindical, un enemigo cotidiano de todo trabajador que se quiere organizar para pelear por sus derechos y que enfrentamos todos los días. Es más llamativo aún, siendo que esta cuestión no fue parte de debate, ya que la propuesta original del PO la incluía.

Otro tanto debemos decir sobre las principales luchas de la vanguardia obrera del último período. En su momento le criticamos al PO la ausencia en su propuesta original, de cualquier referencia a luchas emblemáticas como Lear, Donnelley, o Wordcolor, siendo incluso que muchos de sus principales protagonistas son candidatos del FIT. Sin embargo, en el “manifiesto” que publica finalmente el PO, no solo se omiten éstas sino todas, incluidas, las de la línea 60, aceiteros, y Cresta Roja que figuraban anteriormente. Tampoco hay referencia alguna a las históricas movilizaciones contra la violencia machista (“NiUnaMenos”).

Todas omisiones “innovadoras” respecto a las declaraciones programáticas del FIT, donde la crítica a la burocracia y la reivindicación de las principales luchas del momento son un aspecto “tradicionalmente” ineludible.

Otro tanto podríamos decir del retiro del manifiesto del PO de la consigna de “todos a planta permanente”, que figura en cada uno de los programas del FIT, y su sustitución por “que los cuerpos de delegados supervisen los contratos laborales”. Este cambio es sintomático si tenemos en cuenta que es una de las cuestiones que diferencia la práctica del PTS en el SEOM de Jujuy (y en todos lados) y la de la corriente del Perro Santillán, por ejemplo, quién propicia una “desprecarización” por etapas, donde primero se pasa a ser “jornalizado” (contrato precario en blanco) dejando el pase a planta para una segunda etapa.

“Frente Único” y programa

En repetidas oportunidades hemos llamado la atención sobre el peligro de transformar la táctica del frente único en un “principio supremo”, como decía Trotsky. La negativa del PO a avanzar en un manifiesto común, incluso sobre la base de programas que hemos acordado anteriormente, representa un nuevo capítulo de este mismo debate sobre las estrategias para el FIT.

Decíamos que para el PO el desarrollo del FIT pasa por incorporar a agrupamientos que no comparten su programa, sin un debate previo serio ni una práctica común, con la consecuencia de diluir el carácter de independencia de clase del Frente de Izquierda. El retroceso programático del PO en los puntos que fuimos señalando a lo largo de este artículo lo demuestra.

Para nosotros al contrario la flexibilidad táctica de la política de frente único por objetivos los inmediatos de la lucha, como lo hacemos cotidianamente, va de la mano con la intransigencia programática y la defensa a rajatabla del carácter del FIT.

El error del PO es doble si tenemos en cuenta el caso de Jujuy. El FIT va unificado en la provincia gracias a la propuesta unitaria del PTS de incorporar al PO en la rotación de bancas a pesar de que quedó afuera de la misma por la baja votación de su lista “Unidad” en alianza con el Perro Santillán. Así, el FIT unido tendrá que enfrentar en las elecciones de octubre a la lista de Santillán (el principal aliado “extra-frente” que el PO reivindica). De más está decir que su presencia en la elección hace más difícil el superar el piso proscriptivo del 5% provincial para que el FIT (incluido el propio PO) ingrese a la legislatura.

El avance del Frente de Izquierda, no pasa por “seducir” por fuera del programa y la práctica a supuestos aliados que terminan siendo adversarios, sino por desarrollar una gran campaña unificada en todo el país para fortalecer una alternativa de independencia de clase con la fuerza de los trabajadores, las mujeres y la juventud contra los partidos patronales que se preparan para el ajuste. Este es el desafío que tenemos por delante.

ANEXO

Propuesta presentada originalmente por el PTS (26 de Agosto de 2015)

Declaración programática del Frente de Izquierda y de los Trabajadores

Las presentes elecciones se dan en el marco de una situación económica crítica y recesiva que todos los sectores burgueses que “se la llevaron en pala” durante el ciclo kirchnerista, quieren resolver a costa de los trabajadores y el pueblo. Es ineludible que el próximo Gobierno, sea Scioli, Macri o Massa, aplicará planes económicos de ajuste contra el pueblo trabajador, ya sea con devaluaciones, imponiendo techos salariales en la paritarias por debajo de la inflación mediante “pactos sociales” con la dirigencia sindical burocrática y tarifazos para hacer pagar a los sectores populares la rebaja a los multimillonarios subsidios al transporte, al gas y a la energía eléctrica. Todo lo que exigen la UIA, la AEA, la Sociedad Rural y la banca para “normalizar” las relaciones con el capital financiero internacional y proceder a un nuevo ciclo de endeudamiento. La centroizquierda de Margarita Stolbizer, en las alianzas con el PRO de Macri en 8 provincias, no representa ninguna alternativa.

La represión que sufrieron los trabajadores de la Línea 60 en la Panamericana por parte de la Gendarmería Nacional fue un adelanto de lo que se viene para derrotar los conflictos obreros contra despidos, suspensiones o por salario. La disposición a la lucha de sectores de la clase obrera la vimos en Lear, Donnelley (actualmente bajo gestión obrera), Worldcolor, los aceiteros, Cresta Roja o la Línea 60. En la vereda de enfrente, la burocracia sindical le ha otorgado una invaluable tregua al gobierno y las patronales, cuando no se ha dedicado directamente a enfrentar a los trabajadores en lucha (Smata contra los trabajadores de Lear), y se ha encolumnado detrás de los candidatos del ajuste, ya sea Scioli, Macri, o Massa.

El Frente de Izquierda y de los Trabajadores está integrado por gran parte de los mejores luchadores que ha dado la clase obrera en estos años, trabajadores de Lear, la ex-Donnelley, Worldcolor, del Subte, Zanon, el INDEC, de la Alimentación, ferroviarios, del neumático, estatales, docentes, gráficos, metalúrgicos, del SMATA, AGD-UBA, UTA y tantos otros. También lo componen luchadoras por los derechos de las mujeres, protagonistas de las movilizaciones por el “NiUnaMenos” en todo el país, y contra toda forma de opresión sexual, del movimiento estudiantil secundario y universitario, y compañeros que protagonizan las luchas antirepresivas y los juicios contra los genocidas.

El Frente de Izquierda se presenta como la única opción política nacional independiente de toda variante patronal en las elecciones generales de octubre. El fortalecimiento del FIT, multiplicando los votos obtenidos en las PASO y conquistando nuevas bancas en el Congreso Nacional y en las legislaturas provinciales, es fundamental para prepararnos para enfrentar las medidas que intentarán imponer, los Scioli, los Macri, y los Massa, a favor de los empresarios nacionales y extranjeros, y contra trabajadoras y trabajadores y el pueblo.

La crisis mundial y el fracaso de los intentos de humanizar el capitalismo

Las tendencias recesivas y de crisis económica en Argentina no son una situación aislada. La crisis que atraviesa el capitalismo desde 2007 se sigue desarrollando en el mundo y hoy golpea directamente en nuestra región. Estos años de crisis han mostrado el fracaso de las estrategias de reforma del capitalismo, con las de los llamados gobiernos “posneoliberales” en Latinoamérica.

En Brasil, frente al avance de la crisis económica el gobierno del partido que se hace llamar “de Trabajadores”, de Lula y Dilma Russeff, se puso a la cabeza del ajuste contra el pueblo trabajador para salvar los intereses capitalistas. Por su parte, en Venezuela, vemos como el gobierno chavista de Nicolás Maduro, que habla de “socialismo del siglo XXI”, no ha dudado en apelar a una megadevaluación licuando los salarios para enfrentar la baja de los precios del petróleo. En el caso de Bolivia, Evo Morales continúa la persecución política contra los luchadores mineros y de la izquierda que protagonizaron la gran huelga de mayo de 2013 y que impulsaron la formación del Partido de Trabajadores, boicoteada por la burocracia de la COB. Estas políticas han contribuido, a su vez, al fortalecimiento de la oposición burguesa proimperialista que impulsa salidas por derecha en cada país.

En Europa, en países duramente golpeados por la crisis como Grecia, el gobierno de Syriza, autodenominado “de izquierda”, ha mostrado la impotencia de una estrategia “antiajuste” basada en gestionar el estado capitalista en vez de apelar a la movilización y la organización de los trabajadores y el pueblo tras un programa de salida obrera a la crisis. Llegó al gobierno proclamando que iba a luchar contra los planes de austeridad de la Unión Europea y el FMI, y hoy se dispone a implementar un amplio plan de privatizaciones, despidos, recortes de derechos, ataques al salario, para pagar la deuda con la que se enriquecieron los capitalistas. Formaciones políticas referenciadas en Syriza, como Podemos en el Estado Español, se preparan para recorrer el mismo camino.

A diferencia de Syriza, Podemos, el PT de Brasil, el chavismo o el evomoralismo, el Frente de Izquierda y de los Trabajadores lucha por la independencia política de los trabajadores, contra los distintos bloques capitalistas que expresan el gobierno, sus opositores patronales y las diferentes variantes de la centroizquierda. Lo hace en base a un programa obrero y socialista para impulsar la movilización política de los trabajadores y sectores explotados contra el gobierno, las patronales, su Estado, y contra el imperialismo. El Frente de Izquierda se presenta como una referencia política para quienes luchan por la independencia de los sindicatos y la expulsión de la burocracia sindical y sus patotas, y por la independencia de todo movimiento popular del capital y su Estado.

Frente a un régimen político al servicio de los capitalistas, por un gobierno de los trabajadores

Los trabajadores somos convocados a votar en estas elecciones, al igual que cada dos años, en cuanto individuos atomizados, o como nos dicen, “ciudadanos iguales”. El voto de un trabajador valdría lo mismo que el de su patrón, pero lo cierto es que los empresarios votan todos los días a través de la llegada directa al gobierno, el “lobbies”, que implica necesariamente la corrupción, no como excepción como la quieren presentar los “progresistas” como Margarita Stolbizer sino como mecanismo cotidiano de la burguesía para retribuir a sus aplicados representantes. Estos mecanismo sumados a las dietas y prebendas permiten a los funcionarios políticos llevar una vida de privilegios que nada tiene que ver con la realidad que afrontamos los trabajadores y la juventud. La utilización de los cargos políticos para enriquecerse es consustancial a legisladores y gobernantes al servicio de los intereses de los empresarios que han construido sus fortunas a costa de los bajos salarios, de la precarización laboral, de los padecimientos de las grandes mayorías, y de la especulación financiera; son los mismos que preparan el ajuste.

El Frente de Izquierda, al tiempo que lucha porque la crisis la paguen los capitalistas y ajustar a los ajustadores, plantea terminar con las prebendas de funcionarios políticos, y que todos ganen lo mismo que una maestra y sean revocables por sus electores, así como para eliminar instituciones antidemocráticas, como la Corte Suprema e instaurar los juicios por jurados y la elección de los jueces por sufragio universal, o la Cámara de Senadores que sólo representa a las oligarquías provinciales, así como la figura presidencial misma de reminiscencias monárquicas, e instaurar una cámara única legislativa y ejecutiva.

Este conjunto de medidas están orientadas a facilitar el camino hacia un gobierno obrero, que sea una verdadera salida de fondo para terminar con la dominación de una pequeña minoría de explotadores y reemplazarla por la dirección y el poder de los trabajadores que constituimos la inmensa mayoría de la población.

El Frente de Izquierda y de los Trabajadores lucha por otro régimen social, basado en expropiar los medios de producción de manos de los capitalistas y romper con el imperialismo para poner la economía en función de las necesidades sociales, como parte de la lucha por el socialismo internacional. Sobre esta base se podría edificar una democracia real, que disuelva las actuales fuerzas represivas garantes de orden burgués para sustituirlas por los trabajadores haciéndose cargo de su propia autodefensa para garantizar las bases de un nuevo orden, donde la clase trabajadora no sea confinada a la atomización política votando solo cada dos años, sino que gobierne una asamblea nacional de consejos de los trabajadores y el pueblo pobre con diputados elegidos a partir de los lugares de trabajo o territorio, y sea efectiva la revocabilidad de todos los cargos con salarios iguales al promedio de los trabajadores. Donde los medios de comunicación estén en manos de los trabajadores, y las distintas tendencias y partidos tengan espacios proporcionales a su peso real en la sociedad. Donde seamos los trabajadores y el pueblo pobre quienes gobernemos nuestro propio destino, y planifiquemos la producción al servicio de nuestras necesidades y no de la ganancia de los capitalistas.

Fortalecer el Frente de Izquierda para enfrentar el ajuste que se viene

Como parte de esta lucha, el Frente de Izquierda dará impulso a una gran campaña electoral unitaria por las candidaturas de Nicolás del Caño como Presidente y Myriam Bregman como Vice, Marcelo Ramal y Andrea D’Atri al Parlasur, y por las listas del Frente de Izquierda en todo el país. Néstor Pitrola y Rubén “Pollo” Sobrero para gobernador y vice de la provincia de Buenos Aires, encabezando el primero la lista de diputados nacionales junto a Christian Castillo. En la Ciudad de Buenos Aires, vamos con Gabriel Solano, Victoria Moyano y Laura Marrone. En Jujuy, con Alejandro Vilca. En Córdoba, con Liliana Olivero, Hernán Puddu y Eduardo Salas. En Mendoza, con Noelia Barbeito. En Santa Fe, con Octavio Crivaro y Jorgelina Signa. En Neuquén, con Raúl Godoy y Angélica Lagunas. En Tucumán, con Alejandra Arreguez y José Correa.
Los puntos programáticos que presentamos en esta plataforma, y que defenderán nuestros candidatos, en muchos casos han sido presentados como proyectos de ley y defendidos por nuestros parlamentarios en el Congreso Nacional y en las 7 legislaturas donde el Frente tiene presencia, pero somos conscientes que solo la lucha de clases y la movilización obrera y popular logrará imponerlos. Los que integramos el Frente de Izquierda y de los Trabajadores, aunque tenemos diferencias que nos llevan a ser distintos partidos, coincidimos en señalar la necesidad de construir un gran partido de trabajadores revolucionario y socialista para que la lucha por este programa pueda vencer.

En función de estos objetivos levantamos la siguiente plataforma:

 Por un salario mínimo que cubra el costo de la canasta familiar, hoy en $15.000, Ante la inflación, indexación mensual de los salarios y jubilaciones. En oposición a las suspensiones y despidos, reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario.

 Basta de trabajo precario y en negro. Todos a planta permanente. Incorporación de todos los trabajadores, en cada empresa, a las convenciones colectivas con cláusulas más favorables. Fuera las ART, por comisiones de seguridad e higiene, organizadas democráticamente por los propios trabajadores.

 Por el 82% móvil para los jubilados y el pago de todas las sentencias en su favor. Por una dirección de Anses electa y revocable por los trabajadores y jubilados.

 Abolición del impuesto al salario, reemplazo de los impuestos al consumo y a la vivienda única por impuestos progresivos a las ganancias, a la renta financiera y a la gran propiedad agraria.

 Expropiación y estatización bajo control obrero de toda fábrica que cierre o despida masivamente. Por la estatización de Zanon, expropiación sin pago de MadyGraf (ex-Donnelley) y demás fábricas recuperadas.

 Por una cobertura de salud gratuita e integral a cargo del Estado. Apertura de los libros de los grandes laboratorios. Por laboratorios estatales de Nación, provincias y municipios.

 Por una educación única, pública, gratuita y laica. Basta de subsidio a la educación privada. Fuera las iglesias de la educación. Prohibición de la enseñanza confesional en instituciones públicas, la enseñanza de la religión (sea cual sea) debe ser exclusiva del ámbito personal. Separación real y efectiva de la Iglesia y el Estado.

 Derecho al aborto legal, seguro y gratuito; por educación sexual integral en todos los niveles educativos, por el acceso irrestricto y gratuito a los métodos de anticoncepción y por plenos derechos sexuales y reproductivos.

 Plan Nacional de Emergencia contra la violencia hacia las mujeres. Subsidios a las víctimas que cubran la canasta familiar, licencias laborales, creación inmediata de refugios transitorios y un plan de vivienda a corto plazo basado en la creación de impuestos progresivos a las grandes fortunas y corporaciones inmobiliarias.

 Contra toda forma de opresión sexual. Presupuesto para la aplicación íntegra y efectiva de la Ley de Identidad de Género. Derogación de los códigos contravencionales que criminalizan y persiguen especialmente a las personas en situación de prostitución.

 Por el desmantelamiento de las redes de trata y prostitución. Denunciamos la complicidad y /o la participación de funcionarios políticos, judiciales y fuerzas represivas del Estado. Por la aparición con vida de las más de 600 mujeres desaparecidas. Castigo a los proxenetas y traficantes.

 Legalización irrestricta de las drogas, y la liberación y desprocesamiento de todas las personas perseguidas por su tenencia. Que el Estado garantice en forma totalmente gratuita políticas sanitarias y no represivas ni compulsivas para las personas con consumo problemático, junto al control de calidad de los productos que se vendan, información veraz y científica sobre las cualidades y riesgos de cada droga, incluyendo las actualmente legales como el alcohol.

 No a la discriminación de la población inmigrante. Por plenos derechos sociales, laborales y políticos a los trabajadores inmigrantes. Derecho al voto para todos los inmigrantes con dos años de residencia en el país.
 Fuera la burocracia de los sindicatos. Por la independencia de los sindicatos del estado; democracia sindical; por la más plena democracia sindical; por el derecho de los trabajadores a organizarse sin injerencia y control estatal.

 Que los funcionarios ganen lo mismo que un obrero especializado o un maestro. Revocabilidad de todos los mandatos por los propios electores. Abolición del Senado y de la institución presidencial con poderes de monarca. Por una cámara única, con miembros elegidos utilizando el conjunto del país como distrito único. Elección popular de fiscales y jueces. Por la elegibilidad y revocabilidad de todos los directores de empresas públicas.

 Abajo el “Proyecto X”, el espionaje y la infiltración a las organización populares. Disolución de todos los órganos de inteligencia cuya función sea espiar, infiltrar y delatar a los luchadores obreros y populares. Juicio y castigo a todos los responsables de atropellos represivos contra los trabajadores y el pueblo. Anulación de la ley “antiterrorista”.

 Organización popular, en los lugares de estudio y trabajo y en los barrios, contra el gatillo fácil, las redes de trata, y la penetración del narcotráfico que cuentan con el apoyo policial, mostrando la complicidad política y policial con el delito organizado. Para terminar con esto hay que poner fin a la miseria social que causa el capitalismo y reemplazar el aparato represivo de este Estado, que está al servicio de los explotadores, por organizaciones de los trabajadores mismos en el camino de la lucha por su propio gobierno. Cárcel a todos los implicados en caso de gatillo fácil.

 Vivienda para los trabajadores. Por un plan de viviendas populares y urbanización de las villas y asentamientos. Por impuestos progresivos a las viviendas ociosas de los especuladores inmobiliarios. Por un plan de obras públicas, saneamiento, prevención de inundaciones y cloacas bajo control de trabajadores y organizaciones barriales, empadronando y asegurando trabajo con convenio a los desocupados.

 Nacionalización -sin indemnización y bajo administración y control de trabajadores- de la banca y el comercio exterior, la minería y el gran capital agrario e industrial. Por un plan económico debatido y gestionado por los trabajadores.

 Por la expropiación de la oligarquía terrateniente, de los grandes pooles de siembra, así como de los monopolios cerealeros, aceiteros y frigoríficos. Por la nacionalización de la tierra, comenzando con la expropiación de los cuatro mil principales propietarios, respetando los derechos de los campesinos pobres, pueblos originarios y pequeños chacareros que no exploten mano de obra asalariada. No a la expulsión de sus tierras de campesinos y originarios.

 Por la ejecución directa de la obra pública bajo control de los trabajadores.
 No al pago de la deuda externa. Son todos buitres. Desconocimiento de la deuda al Club de París, y de los “holdouts”. Plata para salario, trabajo, salud, educación y vivienda, no para la deuda. Por un impuesto extraordinario a los grandes capitales para rescatar los activos en poder del Anses y el Banco Central.

 Fuera Chevron, no al fracking, no a la minería a cielo abierto; abajo la deforestación en beneficio de los monopolios sojeros y petroleros; control de los procesos industriales por parte de trabajadores electos; nacionalización integral de la industria energética, bajo control de los trabajadores. Por un sistema ferroviario estatal (transporte y carga), bajo control de trabajadores y usuarios.

 Por un gobierno de los trabajadores y el pueblo impuesto por la movilización de los explotados y oprimidos, que disuelva las actuales fuerzas represivas garantes de orden capitalista para sustituirlas por los trabajadores haciéndose cargo de su propia autodefensa para garantizar las bases de un nuevo orden, donde gobierne una asamblea nacional de consejos de los trabajadores y el pueblo pobre con diputados elegidos a partir de los lugares de trabajo o territorio.

 En oposición a las ‘integraciones regionales’ que consolidan el poder de las multinacionales y oligarquías agrarias, unidad Socialista de América Latina.

 Retiro inmediato de las tropas argentinas de Haití. Fuera ingleses y la OTAN de Malvinas. Por una política internacional de apoyo a las luchas de los trabajadores y los pueblo oprimidos en todo el mundo, por la expulsión del imperialismo de todos los países, por el socialismo internacional.

FRENTE de IZQUIERDA y de los Trabajadores

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