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VAMOS POR DIPUTADOS DEL FRENTE DE IZQUIERDA

Diputados y legisladores, ¿para qué?

El Frente de Izquierda se encamina hacia octubre con el objetivo de conquistar una bancada obrera y socialista. La cantidad de votos obtenidos en las PASO abren esa posibilidad, que de darse tendría un enorme significado político. La presencia de representaciones parlamentarias de la izquierda clasista en el Congreso y las legislaturas provinciales plantearía una importante novedad en el país.

Ruth Werner

22 de agosto 2013

Diputados y legisladores, ¿para qué?

El Frente de Izquierda se encamina hacia octubre con el objetivo de conquistar una bancada obrera y socialista. La cantidad de votos obtenidos en las PASO abren esa posibilidad, que de darse tendría un enorme significado político. La presencia de representaciones parlamentarias de la izquierda clasista en el Congreso y las legislaturas provinciales plantearía una importante novedad en el país.

El voto al FIT expresó el descontento con los partidos tradicionales y el hecho enorme que un sector de la clase obrera no se identifica con el peronismo. También permitió que se manifestara la maduración política de una minoría intensa de trabajadores y jóvenes que apoyó a candidatos que levantan un programa claramente anticapitalista.

La campaña estuvo centrada en las condiciones de vida del pueblo trabajador, en la defensa de las libertades democráticas y en la denuncia a la odiada burocracia sindical.

Si nuestro discurso tuvo llegada fue porque nuestros candidatos luchan todos los días por este programa pero también porque muchos de los que nos votaron entendieron que se trataba de un voto de clase. El FIT fue el único que atacó a la Argentina capitalista y a sus instituciones. Precisamente, la importancia de lograr una bancada de izquierda reside en amplificar la denuncia contra esta democracia que defiende los privilegios de unos pocos.

El resultado obtenido ha generado entusiasmo y promete que serán muchos más los que se sumen a la campaña de octubre.

Nuestros diputados impulsarán leyes a favor de los derechos de los trabajadores, en común con ellos y para que sea impulsada la pelea en los lugares de trabajo, contra la casta política y los negociados capitalistas. Serán los voceros de todas las demandas populares, como lo hizo nuestro compañero diputado neuquino y obrero de Zanon Raúl Godoy. Esta es la tarea que queremos amplificar en otras legislaturas y en el Congreso Nacional.

Pero, como ya lo dijimos, la manera de obtener nuestros reclamos no será a través de leyes en un parlamento dominado por los partidos patronales sino a través de la movilización de los trabajadores y el pueblo para imponerlos.

Sería ingenuo pensar que sólo con uno o varios diputados de izquierda se les pueden arrancar conquistas importantes a los patrones. Incluso, si la situación fuera tal que la burguesía estuviera amenazada porque la izquierda pudiera conquistar una mayoría parlamentaria intentaría cooptarla y domesticarla y, en caso de no lograrlo, recurriría a la violencia contrarrevolucionaria antes de dejarse tocar sus intereses. Por eso es importante que una bancada de diputados de izquierda levante una lucha intransigente contra los capitalistas y denuncie claramente toda ilusión de que se puede reformar el régimen político y social con el que los patrones someten a los explotados.

El papel de una bancada de izquierda es el de utilizar el parlamento como tribuna para llegar a millones y así colaborar en el esclarecimiento político ante los trabajadores que aún creen en la igualdad formal del sufragio universal (igualdad que sólo permite votar cada cuatro años mientras que cotidianamente millones de oprimidos sufren la desigualdad real) y favorecer la organización y la movilización de los trabajadores y el pueblo por sus reclamos. Una bancada de izquierda es un punto de apoyo para los que luchan en las fábricas contra la dictadura del capital y la burocracia sindical; para los movimientos de derechos humanos independientes del gobierno; para los jóvenes que organizan centros de estudiantes en las escuelas y exigen el fin de la represión policial; para quienes en las universidades se niegan a aceptar como válido los valores que inculca la sociedad burguesa; para las mujeres que luchan por el derecho al aborto y para los movimientos LGTTBI que reclaman plenos derechos. Es decir, es una palanca para impulsar la movilización extraparlamentaria, callejera de los trabajadores y el pueblo, donde reside la fuerza para imponer sus reclamos.

Desde el PTS y el FIT queremos diputados de izquierda para, además, favorecer el avance de la conciencia de los trabajadores hacia su independencia política. Se trata de desenmascarar a los políticos patronales demostrando a millones los miles de negociados que los asocian a los empresarios, a los que después les votan sus leyes como pasó con la Ley de ART o recientemente en Neuquén con el acuerdo con Chevron.

Los socialistas revolucionarios utilizamos la tribuna parlamentaria también para propagandizar que la única manera de derrotar a los capitalistas es creando un partido de trabajadores revolucionario que luche por su propio gobierno. La acción parlamentaria no puede estar desligada de este objetivo estratégico. La tribuna parlamentaria es una herramienta más para preparar la lucha revolucionaria, para conquistar la conciencia de la mayoría de los trabajadores que aún creen en la democracia burguesa, porque sabemos que en la lucha de clases contra un gobierno que le ha llegado su fin de ciclo y contra una oposición ajustadora, éstos harán la experiencia con las instituciones del régimen, como el parlamento, y en ese camino irán constituyendo sus propias organizaciones democráticas, que serán la base del futuro poder obrero y popular, del gobierno de los trabajadores.

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