La elección en Tucumán mostró lo que las PASO habían anticipado. Por un lado la división al interior del PJ que probablemente se irá potenciando en la medida que se tenga que definir la sucesión de Alperovich en 2015. Por el otro, una fuerte polarización ente el gobierno y el Acuerdo Cívico, en beneficio de éste último que capitalizó el descontento con el gobierno nacional y provincial.
La campaña electoral estuvo cruzada, además, por dos hechos políticos de relevancia. En primer lugar, la enorme lucha estudiantil con más de cincuenta días de tomas de facultades y movilizaciones masivas que pusieron nuevamente sobre el tapete el rol cómplice y partícipe necesario del régimen político con las redes de trata y las zonas liberadas. Y también nuevamente emergieron los sin techo, mostrando la verdadera cara de Tucumán, dónde más de 100 mil familias viven hacinadas mientras se expanden los countrys de lujo.
Durante la campaña el FIT recibió el apoyo activo de decenas de estudiantes y trabajadores de la salud, docentes, trabajadores de los ingenios, que colaboraron en las agitaciones, fiscalizando, o discutiendo el voto con los compañeros de trabajo y con las familias. Tenemos el desafío de unir en las calles y en organización todo este capital político, contamos con el apoyo de las bancas conquistadas por el FIT.