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Debates

El peronismo, ayer y hoy

El fenómeno burgués maldito para la clase obrera argentina

11 de septiembre 2002

El libro de Moira Mackinnon2 estudia la formación del partido peronista, resaltando los conflictos a que dio lugar expresados en las contradicciones entre laboristas-sindicalistas y “políticos”-radicales renovadores, debido a las divergencias de origen social y político. Estos conflictos expresan en definitiva, las contradicciones entre los distintos sectores de clase que el peronismo buscaba integrar, en el marco de la crisis de dominación política que desarrollamos en el artículo de Cuadernos. La autora plantea, por ejemplo: “la difícil relación entre laboristas y renovadores surge de la investigación como un microcosmos que contiene en su seno varios importantes problemas que, además, surcaban la sociedad argentina en este momento de cambio social y político abierto: el enfrentamiento de clases y la problemática relación entre mayoría y minoría, en una sociedad en la que se modificaban las relaciones entre sociedad y estado, y las formas de representación.” (pág. 51)
Se trata de un análisis superestructural, con escasas referencias a las raíces sociales y económicas de los conflictos. Sin embargo, ofrece elementos para pensar el concepto de “frente popular bajo la forma de partido político nacional” para caracterizar al partido peronista, definición que Trotsky utilizara para referirse al APRA peruano, al Kuomintang chino o al PRM mexicano3. “Frente popular bajo la forma de partido” en tanto expresa los intereses de distintos sectores burgueses, expresados en la reunión de sectores políticos desgajados de los partidos tradicionales (como los sectores ganaderos de la provincia de Buenos Aires, provenientes de rupturas del partido radical) e integrando a los sindicatos a su organización, como expresión del peso social de la clase obrera en la etapa.
La autora compara la formación del partido peronista con el varguismo en Brasil y con el PRM mexicano, países en los que también se desarrollan fenómenos de tipo nacionalistas burgueses.
En el artículo de Cuadernos desarrollamos la compleja relación entre el proletariado y el régimen peronista en torno a la categoría trotskista de “bonapartismo sui generis”. Este trabajo aporta elementos para analizar las conflictivas relaciones entre los sectores que conformaban el partido peronista, siempre que sean ubicados, en el marco de un análisis de las relaciones sociales que expresaban.
De la compilación “Los años peronistas (1943-1955)”4, tomaremos tres trabajos.
“De la bonanza peronista a la crisis de desarrollo”, de Pablo Gerchunoff y Damián Antúnez, describe la situación y las políticas económicas en los dos primeros gobiernos peronistas.
Los autores consideran a la “estrategia de industrialización” como una “pieza fundamental de la política económica peronista” pero lo distintivo del peronismo fue lograr “un profundo cambio distributivo” (pág 140). La ampliación de las funciones del Estado, serían parte de la “prioridad de Perón de poner al Estado nacional al servicio del modelo de desarrollo económico naciente” (pág. 157).
Cabe preguntarse qué “modelo de desarrollo económico” implicaba el peronismo, y qué se entiende por “estrategia de industrialización”. Resulta útil recurrir aquí al historiador marxista Milcíades Peña quien, polemizando con Jorge Abelardo Ramos, que -como desarrollamos en el artículo de Cuadernos- se reclamaba trotskista en época del surgimiento del peronismo, discute acerca de las características de tal “estrategia”5.
Así, por ejemplo, refiriéndose a las divisas de que dispuso el gobierno peronista provistas por las nacionalizaciones, Peña plantea: “...no se emplearon solamente en indemnizar a los inversores imperialistas. A una apreciable proporción de los dólares y libras disponibles el gobierno peronista les reservó un uso poco previsible por parte de un gobierno ‘propulsor de la industrialización’... [que] en nada contribuían a renovar o ampliar su gastado aparato productivo... divisas imperiosamente requeridas para el reequipamiento y la expansión industrial... La política económica peronista estuvo concientemente orientada en un sentido que retrasaba la creación de la industria pesada”. (pág.145-6)
Por otro lado, en nuestro artículo de Cuadernos nos referimos a la existencia de un “proyecto de desarrollo económico”. Allí vinculamos este tema específicamente a la discusión acerca de la posibilidad de un desarrollo nacional autónomo en manos de la burguesía de los países semicoloniales y planteamos: “estas burguesías semicoloniales no ofrecen una lucha consecuente por la liberación de sus países de la opresión imperialista, debido a los múltiples lazos que las unen con el capital extranjero, de los cuales depende su propia existencia, y a la vez, por el temor a sus propios proletariados y la potencialidad revolucionaria que una lucha nacional pueda desatar. En este sentido, la etapa peronista no implicó un proyecto de desarrollo nacional independiente. Así, por ejemplo, su política de industrialización limitada buscó crear condiciones de cierta autonomía para lograr una inserción más favorable del país en la división del trabajo internacional y el fortalecimiento del mercado interno, pero en ningún momento implicó la ruptura de los lazos con el imperialismo.” (pág. 27)
James Brennan en su trabajo "El empresariado: la política de cohabitación", ofrece un panorama de las complejas relaciones del gobierno peronista con los distintos sectores de la burguesía argentina. Brennan entra con su trabajo en este polémico tema confrontando con posiciones como las que sostienen el apoyo de los “nuevos industriales” al peronismo (Torcuato Di Tella), la interpretación de una “alianza policlasista” que incluía a los nuevos industriales (Murmis y Portantiero), la oposición de los industriales al peronismo expresados en la UIA (Cúneo).
“... parece necesario distinguir entre el papel del empresariado en el ascenso de Péron y su relación con el Estado peronista a lo largo de casi diez años en el poder. Es muy notorio que mientras gobernó Perón, los industriales no se opusieron de manera unánime al régimen, que hubo importantes divisiones en sus filas y que aquél entabló una relación de trabajo, si no una franca alianza, con algunos industriales y hasta con ciertos sectores de la industria. Como clase, los industriales no se opusieron, naturalmente, a un régimen que hacía mucho por promover sus intereses.” (pág. 412)
Brennan describe la diversificación que se produce dentro de la burguesía con el surgimiento de pequeños industriales, sobre todo en las provincias. Explica las contradicciones que se dan entre sus intereses y los de los grandes industriales, su relación con el surgimiento de la CGE (Confederación General Económica) más vinculada como organización empresaria al gobierno peronista. Sin embargo explica cómo “La CGE asumió una firme posición con respecto a la necesidad de compensar los aumentos salariales con una mayor productividad a fin de evitar el alza de la inflación, una postura que mantendría de manera coherente desde sus orígenes hasta el Pacto Social del gobierno peronista de la década de 1970... Su sector industrial protestaba cada vez más contra el creciente poder de los sindicatos en los lugares de trabajo...” (pág. 432).
En el artículo de Cuadernos buscamos reflejar los análisis que las corrientes trotskistas hicieron de la relación entre el peronismo y la burguesía argentina. Desarrollamos el debate que se dio en torno a la relación entre una “burguesía industrial nacionalista”, concepto desarrollado por J. Posadas, y el peronismo en el marco de un movimiento nacional; y los análisis de la corriente de Nahuel Moreno acerca del carácter de la burguesía “nacional” argentina, sus lazos profundos con el imperialismo, y su relación con el peronismo.
Efectivamente, los años de la Segunda Guerra Mundial, particularmente, dieron lugar a una diversificación de la producción que creó nuevos sectores dentro de la burguesía argentina. Sin embargo, uno de los aportes más valiosos del trotskismo al análisis de las clases dominantes en nuestro país, es la demostración de la profunda ligazón de la burguesía como clase al imperialismo a través de múltiples lazos. Este punto de vista explica la política “antiobrera” de todas las organizaciones empresariales, aún las que se presentan como expresiones de la “burguesía nacional” y hablen en nombre de los pequeños empresarios. El apoyo, si bien contradictorio de los industriales al peronismo, no implicó, obviamente, un “acercamiento” a la clase obrera. De ahí toda la actualidad de la política trotskista que plantea la permanente independencia de clase contra toda alianza del proletariado con la burguesía nacional, al contrario de la política de colaboración de clases que plantean algunas corrientes de la izquierda6. Como dijimos, la ligazón de las burguesías semicoloniales con el imperialismo impide que pueda impulsar cualquier lucha verdadera por la liberación nacional, una de las tareas centrales de la revolución proletaria en nuestros países.
En “La formación del sindicalismo peronista”, Louise Doyon se refiere a la situación del movimiento obrero durante los dos primeros gobiernos peronistas, las luchas que protagonizó, su ligazón con el régimen, sus conquistas y su burocratización.
“Para él [Perón] ni una masa proletaria sometida a los avatares del mercado ni una fuerza obrera organizada e independiente ofrecían garantías para la estabilidad del orden social. En el primer caso, una situación semejante podía potencialmente dar lugar a rebeliones obreras disruptivas como las de principios de siglo. El segundo caso... un sindicalismo fuerte y autónomo podía expandir las luchas económicas hasta un verdadero conflicto de clases. Para evitar los riesgos de una y otra situación, Perón entendía que era preciso rehabilitar el papel mediador del Estado entre el capital y el trabajo.” (pág. 361)
Así, este trabajo explica el proceso de cooptación que sufre el movimiento obrero, resaltando la subordinación de las tendencias a la autonomía de sectores de la clase obrera, los mecanismos de control sobre los sindicatos, el desplazamiento de los dirigentes combativos y el resultado final del proceso: el salto en la burocratización de los sindicatos.
Resulta un interesante aporte el análisis que el trabajo presenta sobre las luchas de la clase obrera en el logro de las concesiones que otorga el gobierno peronista, completando de este modo un análisis dialéctico entre los procesos de cooptación-burocratización-concesiones-conquistas.
“...la vigencia efectiva de estos mayores niveles de protección laboral fue asimismo el resultado de las luchas emprendidas por los trabajadores organizados, las cuales en muchos casos se proyectaron más allá de las iniciativas del gobierno, llegando incluso a entrar en colisión con él.” (pág. 372). Esta movilización declina posteriormente, para reavivarse hacia fines del gobierno peronista, en el marco de la ofensiva por el aumento de la productividad del trabajo lanzada por el empresariado y el propio gobierno peronista.
En el artículo de Cuadernos desarrollamos la intensa discusión entre los grupos trotskistas en torno a la situación del movimiento obrero en la etapa y al rol de las conquistas. El debate sobre un movimiento obrero “castrado” o una clase obrera movilizada tras objetivos “revolucionarios”, el papel de las concesiones del gobierno peronista a la clase obrera y la relación entre el Estado y los sindicatos, dio lugar a importantes y polémicas definiciones. Allí planteamos la necesidad de balancear correctamente por un lado, la importancia de conquistas que, como las comisiones internas, se convirtieron en poderosas herramientas de lucha de la clase obrera, y, por otro lado, el proceso de cooptación y estatización de sus organizaciones y la conciencia reformista con la que el peronismo impregnó a la clase obrera argentina.
El CEIP León Trotsky continúa con esta investigación sobre los orígenes del trotskismo argentino y su intervención en hechos claves de la lucha de clases en nuestro país. Los materiales y bibliografía se encuentran en nuestro Centro a disposición de todos aquellos que quieran profundizar en estos temas, así como participar en ésta y las demás investigaciones que el CEIP está llevando adelante, y colaborar con materiales que puedan enriquecer la biblioteca y el archivo de nuestro centro.

1 Alicia Rojo, “El trotskismo argentino y los orígenes del peronismo”, Cuadernos del CEIP León Trotsky N° 3, Bs. As., julio de 2002
2 Moira Mackinnon, “Los años formativos del partido peronista”, Siglo XXI de Argentina Editores, Instituto Di Tella, Bs. As., abril de 2002
3 León Trotsky, Discusión sobre América Latina, 1938, Escritos Latinoamericanos, Ediciones CEIP León Trotsky, Bs. As. 2000.
4 Nueva Historia Argentina, “Los años peronistas (1943-1955), dirección de tomo: Juan Carlos Torre, Editorial Sudamericana, Bs. As., enero de 2002.
5 Milcíades Peña, Industria, burguesía industrial y liberación nacional, Ediciones Fichas, Bs. As., 1974.
6 Recientemente el PCR entró en polémica con las definiciones trotskistas sobre la burguesía nacional y específicamente con la caracterización del peronismo, al que considera expresión de la burguesía “industrialista” nacional. Su crítica apunta a una supuesta negación trotskista de la existencia de la burguesía nacional, pero es parte en realidad de su búsqueda de una burguesía nacional “progresista” a quien subordinar al proletariado. 

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