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Debates

Echegaray y las Sombras de la China

El nuevo modelo de socialismo del PC

11 de septiembre 2002

Restauración capitalista

Según Echegaray “ha habido una sistemática descalificación del proceso chino como proceso de construcción del socialismo” (sic), para supuestamente asimilarlo a “un pretendido desvió de China a la órbita capitalista”. El PC encubre el proceso de restauración conducido por la burocracia. Un diario español describía, antes del ingreso de China a la OMC, que: “Las empresas privadas contribuyen con un 33% del PIB, frente al 37% de las estatales. (...). Muchos negocios clasificados como colectivos oficialmente son firmas privadas disfrazadas. China Economic Quaterly, (...) la cifra en el 50%. La participación se reduce al 37% en los servicios, porque la proliferación del mercado negro no deja ver que es un sector eminentemente privado (...) Para China, la parte más dura viene ahora. (...) Las empresas estatales (el 90% del tejido industrial) acumulan deudas de entre 300.000 y 500.000 millones de dólares y han puesto en la calle a 20 millones de empleados” (El País 7/01/01), Echegaray niega este cuadro y oculta además que las empresas estatales “...producen apenas el 30% del total (de la industria), comparado con el 80% en 1978. La caída de los ingresos fiscales provenientes del decreciente sector estatal ha sido dramática (...) de ser 35% del PIB en 1978 a ser apenas 11% hoy.” (James Dorn. La muerte del comunismo). A su vez, analistas chinos prevén que: “En 2002 seguirán promoviéndose el reajuste de la estructura industrial y la reforma de las empresas estatales. En el período descripto habrá un número considerable de despidos laborales.” (Siete tendencias de la situación social de China en 2002. Academia de Ciencias Sociales de la República Popular China).

Después de Tiananmen

La dictadura de hierro del PCCh, la restauración capitalista y el enriquecimiento desmedido de la oligarquía del partido se profundizó a partir de 1989 cuando los tanques del “Ejercito Popular de Liberación” aplastaron a sangre y fuego el levantamiento democrático, obrero y estudiantil de la Plaza Tiananmen. Echegaray silencia esta parte de la historia.
Los Congresos del partido, posteriores a Tiananmen, marcaron el rumbo. El XIV Congreso (1992), trazó la línea de una “economía socialista de mercado” bajo el lema de “Hacerse rico es maravilloso”. El XV Congreso (1997) sancionó las reestructuraciones de empresas estatales llamando a “permitir y estimular el uso del capital, la tecnología y otros factores de producción para participar en la distribución de las ganancias.” (Informe del Diario del Pueblo. XV Congreso del PCCh)
El XVI Congreso, a realizarse a fin del 2002, desiganará a Hu Jintao como sucesor de Jiang Zemin, para terminar de impulsar la transformación china. El diario Clarín (02/07/02) cuenta como Jiang destacó que “las inversiones “son las constructoras del socialismo con las características propias de China” exhortando “a sus camaradas a seguir en la ampliación del partido su teoría de las “tres representaciones”, según la cual el partido debe representar las modernas fuerzas productivas, la cultura progresista y a la gran mayoría del pueblo (...) también anunció que los empresarios a partir de ahora serán admitidos en el partido.”
El nuevo Congreso deberá enfrentar la resistencia de los trabajadores a los planes restauracionistas “La gota del océano que se avecina la pusieron este mismo mes miles de obreros que se manifestaron durante días en el mayor campo de petróleo del país, en Daqing, en la provincia nororiental de Heilongjiang, porque, además de reivindicaciones económicas, pretendían organizar sus propios sindicatos fuera del control del Gobierno” (El País. 28/03/02)

¿Por qué la reivindicación del “socialismo chino”?

El PC viene de un derrotero de “autocríticas” que van desde haber apoyado a la dictadura de Videla, a su vieja subordinación a Moscú. El aggiornamiento de sus viejas concepciones stalinistas -recurriendo a figuras intachables como Gramsci y Mariategui- dio como resultado un discurso "socialista", inédito en el PC, que recubría, en realidad, un viraje socialdemócrata. Ahora, con su nuevo romance con la burocracia China, se han hecho apologistas del “socialismo con características propias” con que Pekín quiere hacer digerible la restauración capitalista. Este reciclado stalinismo procapitalista es el nuevo credo del PC, que nos recomienda interpretarlo con el “espíritu mariateguista de la revolución como creación heroica de los pueblos”.
Con el modelo chino abandona toda pretensión anticapitalista y vuelve a reivindicar algún tipo de "economía mixta", como hiciera otrora con la Nicaragua sandinista en los 80. Esto sólo puede interpretarse que para la Argentina propondrían algo similar, lo cual es la base para justificar sus acuerdos de conciliación de clases, como el Frenapo o un futuro gobierno con sectores burgueses.
Párrafo aparte merece el MST que tiene una alianza estratégica (de más de una década) con el PC en IU y presenta a este acuerdo como una alternativa para los trabajadores. El MST debería condenar este “modelo de socialismo” y romper con el PC.

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