por Juan Ignacio Rovere, dirigente del PTS

Así, Alperovich se reafirma como gobernador por tercera vez consecutiva sacando más del 70% de los votos, sacándole más de 50 puntos a la oposición encabezada por el radical José Cano (y que logró unir al PS, al PRO y la UCR en una misma alianza). La elección de Alperovich, sustentada por los acoples (listas que lo llevaban de candidato a Gobernador pero con diferentes candidatos a legisladores) le permitió, como era previsto, superar el 65% sacado durante las elecciones primarias. Los acoples, a su vez, desnudan la compleja red de punteros e internas que hoy sostienen al PJ provincial.

El Bussismo no desaparece… se transforma

En declaraciones a Página/12 Alperovich declaró que el Bussismo al sacar un 3% ha desaparecido del escenario político y que a pesar de haber obtenido una gran parte de sus votos de acoples plagados de ex bussistas “no toda la gente que estaba con ellos era mala gente1”. Lo que no dice Alperovich es que los acoples no eran de simples colaboradores del bussismo, sino de las principales figuras de Fuerza Republicana y que en la actualidad siguen siendo férreos defensores de Bussi y de la Dictadura Militar.

Con Alperovich no se ha liquidado al Bussismo, sino que el espacio bussista ha encontrado en el alperovichismo un manto para mantener espacio de poder en la Legislatura (2° acople más votado), en el Poder Ejecutivo (Sassi Colombres, Mauricio Guzman) y mantener importantes posiciones en el Poder Judicial (Goane, ex funcionario de la Dictadura sigue como vocal en la Corte Suprema).

Además de mantener el apoyo de los sectores más castigados que temen perder las pequeñas conquistas que permiten subsistir en los márgenes de la indigencia, Alperovich se fortalece con el apoyo de los sectores que ven con buenos ojos a un gobierno que defiende “la propiedad privada” a sangre y fuego como vimos en el desalojo de Villa 9 de Julio o que frente a la acción directa y las luchas de los trabajadores no teme en mandar patotas o militarizar los hospitales como sucedió este año con los autoconvocados.
En este marco, el espacio para la izquierda se redujo, algo que también era previsible ya que el PJ se jugaba con todo a dominar en el Consejo y la Legislatura. Por otro lado, se deben considerar diferentes factores que jugaron en contra de un mejor desempeño del Frente de Izquierda, entre ellos y en comparación con el 14 de agosto, la presencia de más de 50 listas en las mesas de votación, con boletas casi idénticas, impedía la clara identificación de las mismas (además, en Tucumán el FIT debió conformarse con la legalidad del Partido Obrero por lo que en la boleta no figuró como Frente de Izquierda restando también por ese lado), sumado al sistemático robo de boletas del Frente. Por detrás del FIT se ubicaron Parajón, Libres del Sur y Proyecto Sur.

Con este triunfo, el gobierno intentará ocultar que a pesar del crecimiento económico Tucumán se ha transformado en el jardín del hacinamiento, del trabajo precario y de los bajos salarios. Alperovich se fortalece e intentará que su tercer mandato profundice sus características conservadoras a fin de poder perfilarse nacionalmente como un buen garante de los negocios capitalistas.

Frente a esto la izquierda debe fortalecerse intentando transformar el importante apoyo conseguido en las estructuras de trabajadores y juveniles en fuerza militante que sea capaz de ligarse a los procesos de lucha que se desarrollan, como en Chile contra los resabios pinochetistas o en Jujuy donde se mantienen los asentamientos de los sin techo. Sólo una corriente ligada a la lucha de clases podrá perfilarse como alternativa revolucionaria ante los futuros estallidos, que por el desarrollo de la crisis internacional y las actuales condiciones sociales seguramente tendrán a los jóvenes y trabajadores tucumanos como protagonistas.

1 Página/12 30/08/11