logo PTS

Mundo Obrero

EL GRUPO OLMOS CONTRA LA ORGANIZACIÓN SINDICAL (Solo en Internet)

En BAE se despide igual que en Clarín

En el diario BAE (Buenos Aires Económico) hay conciliación obligatoria. La patronal había despedido el 2 de mayo a dos empleados de limpieza por haberse sumado a una asamblea de trabajadores del diario donde se discutía el reclamo de aumento de salarios.

Daniel Satur

12 de mayo 2011

En el diario BAE (Buenos Aires Económico) hay conciliación obligatoria. La patronal había despedido el 2 de mayo a dos empleados de limpieza por haberse sumado a una asamblea de trabajadores del diario donde se discutía el reclamo de aumento de salarios. Como reacción a esos despidos los 70 trabajadores (periodistas, editores, fotógrafos y administrativos) decidió en asamblea un paro general, incluyendo la no salida del diario el martes 3. En menos de dos días la empresa contragolpeó despidiendo a otros doce trabajadores por atentar contra la “libertad” de la empresa de sacar su diario a la calle.

El conflicto se tensó hasta que el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación y, por el momento, los despedidos volvieron a trabajar.

Roberto Martínez, delegado de la Comisión Interna de BAE, nos contó que ellos pedían “un aumento y la empresa ofrecía miseria. Empezó una discusión con medidas de fuerza, hubo paros de dos horas, quite de colaboración, de firmas, hasta que llegamos a un acuerdo bastante razonable, pero después pasó lo de esos dos despidos sin causa alguna”.
Para los trabajadores este ataque es una amenaza a su organización gremial. Martínez afirma que “lo que quieren es cortar la parte sindical, que es la que hace una férrea defensa de los compañeros. Pero no nos dejamos avasallar, defendemos nuestro derecho y a esta gente eso no le gusta. Si hoy dejamos que echen a estos compañeros, mañana nos echan a todos”.

Olmos, un grupo de choque

Los hermanos Raúl y Alejandro Olmos son capitalistas entrenados en atacar a los trabajadores. En 2005, poco después de comprarle el diario Crónica a Héctor Ricardo García, los Olmos despidieron a más de un centenar de trabajadores gráficos y de prensa, lo que incluyó el cierre de la tradicional edición vespertina del diario. En 2009 volvieron a la carga con despidos, dejando a otro centenar de trabajadores en la calle. La lucha de los trabajadores fue entonces vencida a golpes y aprietes de las patotas enviadas por la patronal.

No podía ser de otra manera. La persecución y los ataques violentos hacia los trabajadores son norma para este grupo empresario. Sus primeras armas las hizo, ni más ni menos, gerenciando la obra social Forjar, perteneciente a la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), manejada como una verdadera empresa privada, que le dio millones de razones para incursionar en otros rubros.

Su conformación como “multimedios” arrancó con aquella compra de Crónica, que además del diario capitalino implicó la adquisición del diario El Atlántico de Mar del Plata y las ediciones de Crónica de Santa Fé y Bahía Blanca. Hacia finales del año pasado le compraron el diario económico BAE a Sergio Szolsky (uno de los “capitanes” más reconocidos del entramado mediático kirchnerista, con Tiempo Argentino, CN23 y Radio América a la cabeza) y hace pocas semanas se asociaron con Héctor Ricardo García en la administración de Crónica TV, en un intento por reacomodar las cuentas en rojo del canal de noticias. Y como si fuera poco, el grupo administra las enormes pantallas leds de las estaciones Constitución, Retiro y Once, que diariamente “informan” las noticias de Crónica y difunden gran publicidad a millones de personas.

Toda una veloz carrera mediática que hoy ubica al Grupo Olmos entre los más prolíficos multimedios.

Propaganda gubernamental

Los Olmos son parte del entramado mediático que desde hace un par de años viene construyendo el gobierno nacional. Una vez roto el romance entre los Kirchner y Clarín (sostenido entre 2003 y 2008), el gobierno debió poner en pie una red de diarios, canales y radios que difundiera lo más ampliamente posible su doble discurso y su tan mentado “modelo”, al tiempo de acallar cualquier tipo de manifestación política que, a través de denuncias y críticas por izquierda, no se ajustara a las necesidades oficiales. Así fue que grupos empresarios como los de Sergio Szpolsky, Daniel Hadad, Diego Gvirtz y los Olmos adquirieron gran parte de la torta publicitaria oficial y tienen entre sus columnistas privilegiados a funcionarios, burócratas sindicales y empresarios “nac&pop”. Incluso la tan discutida Ley de Medios no fue más que la cobertura “progre” para permitir que otros grupos de medios empezaran a competir en mejores condiciones con los multimedios que se habían hecho fuertes durante los ’90.

Por eso el ataque a los trabajadores de BAE no es una excepción. La misma metodología de despidos y ataques a la organización sindical la vimos en medios como Crónica, C5N, Infobae, CN23 y Página/12, entre otros. Para no hablar de los medios estatales, que manejados directamente por funcionarios puestos a dedo por el gobierno, tienen una larga lista de atropellos a las condiciones laborales y a la organización gremial. Por estos días los trabajadores de Radio Nacional vienen exigiéndole a los directivos de la emisora algunas cuestiones elementales como la efectivización de locutores y operadores que están contratados hace años y de otros compañeros que están tercerizados y cobran planes “trabajar” (1). Esos mismos directivos (entre ellos María Seoane, antigua jefa de redactores de Clarín en los ’90) habían suspendido hace dos años a los trabajadores que estaban poniendo en pie su sindicato.

Por la independencia de los trabajadores de medios

Lejos del chamuyo kirchnerista alrededor de la defensa del la “libertad de expresión”, lo que viven gran parte de los trabajadores de prensa, técnicos y gráficos de los medios pro-gubernamentales (privados y estatales) no difiere de lo que se sufre en Clarín, La Nación, Perfil, Telefé y otras grandes empresas. La puesta en escena del kirchnerismo la semana pasada ante la visita de la Sociedad Interamericana de Prensa, presentándole un petitorio con más de mil firmas de empresarios, periodistas y funcionarios académicos para que la SIP tenga en cuenta el reclamo de que Paka Paka, CN23 y otros canales sean incorporados a la grilla de Cablevisión (entre otros puntos) no es más que una movida ingeniosa en el contexto de pelea “por la hegemonía” contra Clarín y otras corporciones (2).

Mientras tanto, los asalariados de los medios de comunicación siguen siendo atacados cuando exigen mejores condiciones de trabajo, siguen los despidos y los aprietes patronales (oficialistas u opositoras) y, más allá de los discursos, el gobierno y su Ministerio de Trabajo siguen garantizándole a los capitalistas de los medios la única libertad que les interesa defender: la libertad de empresa.

Prensa

Virginia Rom 113103-4422

Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

Temas relacionados: