“Venimos de Neuquén para compartir esta experiencia. La de Zanon es una lucha donde pudimos poner en práctica parte de nuestro programa para dar una salida obrera a la crisis ante los intentos de cierre y despidos. Esa pelea que se continuó en cerámica Stefani de Cutral Co y hoy en Cerámica Neuquén. Y hoy florece nuevamente en el corazón del proletariado industrial argentino, ahí en zona norte con los obreros de Donnelley que siguen el ejemplo con una fábrica bajo control obrero. (…)

Cada fábrica conquistada y puesta a producir bajo el control de sus trabajadores es un gran ejemplo que muestra la capacidad que tiene nuestra clase no solamente de parar la producción y movilizarse, sino poner la producción al servicio de la comunidad. Usar esas fábricas como trincheras para la organización de miles y miles de trabajadores, de los jóvenes y de la mujer trabajadora también. Este ejemplo que ha recorrido el mundo se ha hecho muy fuerte porque es un punto programático para dar respuesta a la crisis. Como siempre dijimos no puede haber socialismo en un solo país; tampoco puede florecer ni haber socialismo en una sola fábrica. (…)

De Neuquén venimos de lo que han denominado la república de Vaca Muerta, esta gran reserva internacional de recursos hidrocarburíferos con los cuales hacen bandera y hablan de millones y millones de dólares que entran a la provincia y al país. Han hecho una bandera enorme hablando de una soberanía energética a través de un acuerdo con la empresa norteamericana Chevrón, pero queremos denunciar que esta es una entrega de nuestro patrimonio y nuestros recursos, es una de las entregas más grandes que hemos vivido en los últimos años. (…) El proyecto presentado junto al compañero Nicolás del Caño, la compañera senadora Noelia Barbeito de Mendoza y un grupo de compañeros y compañeras de Neuquén fue el único que se presentó en el Congreso Nacional por la renacionalización de la industria hidrocarburífera bajo control de los trabajadores, para ponerlo al servicio de los trabajadores y el pueblo. Y este programa no se traduce solamente en un discurso en una banca, en un acto ni en un papel; es para pelearlo en las calles y llevarlo adelante con la lucha de clases que es la única manera que tenemos los trabajadores para imponer nuestras demandas. (…)

No alcanza ya con el sindicalismo combativo. Tenemos que superar las barreras de las peleas por sector, de las peleas muy necesarias que damos por salarios y contra los despidos. Tenemos que empezar a levantar desde los trabajadores una alternativa política para el conjunto de los trabajadores y el pueblo (…) Generar esa fuerza social que imponga nuestra demanda, no solamente la renacionalización del petróleo sino la nacionalización de la banca, el comercio exterior, la expropiación de los grandes terratenientes, planes de obras públicas para salud, educación y vivienda que todos necesitamos. (…)

Los convocamos a empezar a forjar juntos la herramienta que necesitamos para transformar esta sociedad y que es un partido revolucionario capaz de empezar a modificar verdaderamente esta realidad. Un partido revolucionario que con los métodos de la clase obrera pelee y luche por un gobierno de los trabajadores, es la única salida de fondo.”