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INTERNACIONAL

Escándalo mundial por mega espionaje de EE.UU.

La administración Obama no para de sumar problemas y contradicciones a nivel interno y externo. Al golpe que significó no poder efectivizar sus amenazas de intervenir militarmente en Siria tras el uso de armas químicas, y tener que aceptar el plan ruso de negociación con Al Assad, le siguió la parálisis del gobierno por falta de presupuesto que duró 17 días y tuvo en vilo al país (y al mundo) ante el riesgo de que la principal potencia del planeta entrara en default. Sin dar respiro, ahora volvieron a salir a luz gran cantidad de datos sobre el espionaje masivo que EE.UU. realiza no ya contra países que “promueven el terrorismo”, sino a sus grandes potencias “amigas” como Alemania, Francia, España e Italia.

Diego Dalai

31 de octubre 2013

Escándalo mundial por mega espionaje de EE.UU.

La administración Obama no para de sumar problemas y contradicciones a nivel interno y externo. Al golpe que significó no poder efectivizar sus amenazas de intervenir militarmente en Siria tras el uso de armas químicas, y tener que aceptar el plan ruso de negociación con Al Assad, le siguió la parálisis del gobierno por falta de presupuesto que duró 17 días y tuvo en vilo al país (y al mundo) ante el riesgo de que la principal potencia del planeta entrara en default. Sin dar respiro, ahora volvieron a salir a luz gran cantidad de datos sobre el espionaje masivo que EE.UU. realiza no ya contra países que “promueven el terrorismo”, sino a sus grandes potencias “amigas” como Alemania, Francia, España e Italia.

El caso Snowden y la diplomacia norteamericana
Pocos meses antes, la publicación de información secreta de los servicios de inteligencia norteamericanos (NSA) por parte de uno de sus ex agentes, Edward Snowden, había develado las masivas escuchas telefónicas y hackeo de mails realizado contra Brasil, no solo a ciudadanos comunes sino a grandes empresas, organismos de gobierno y de seguridad y hasta la propia presidenta Dilma Rousseff. El escándalo deterioró la relación bilateral al punto que Dilma suspendió la visita que tenía planificada a Washington para fines de año, obstaculizando una pieza clave en la estrategia norteamericana de “retorno” a Suramérica luego de casi una década de retroceso en su influencia política en la región.
Había tensado también la ya difícil relación con la Rusia de Vladimir Putin quien tras varias semanas de idas y vueltas, le dio asilo al ex agente norteamericano lo que significó un fuerte traspié para Obama.

Nuevas tensiones con los aliados europeos
En estos días, las filtraciones de información clasificada volvieron a poner en pésima posición a la Casa Blanca al conocerse que decenas de millones de llamadas telefónicas y mails son investigados por la NSA en países clave de Europa. Se supo que la mismísima Canciller alemana ˜ángela Merkel tiene el celular pinchado y que una de las principales oficinas de la NSA funciona en la propia Embajada norteamericana en Alemania.
El gobierno alemán dijo que “no se espía a los amigos” y que esto afectaba las “buenas relaciones” que venían construyendo con EE.UU. Merkel llamó personalmente a Obama quien dijo no tener conocimiento del espionaje y que si lo hubiera sabido lo habría parado. Sin embargo, poco después se supo que al menos desde 2010 el presidente norteamericano estaba al tanto del monitoreo a su par alemana. Lo mismo acaba de conocerse respecto de España e Italia, así como que al menos 35 jefes de estado son espiados en todo el mundo. Espionaje masivo y al más alto nivel que viola no sólo la soberanía y las leyes de los países afectados, sino las propias convenciones internacionales suscriptas por EE.UU. España citó al embajador norteamericano y pidió “explicaciones” sobre el asunto, aunque defendió la relación estratégica que mantienen. El primer ministro italiano, Enrico Letta, que venía en excelentes relaciones con Obama, expresó que “no es aceptable que haya actos de espionaje de este tipo”.

Obama continuó la política de Bush
En EE.UU. se realizó una progresiva movilización contra el espionaje que desde la época de Bush y su “Patriotic Act” los servicios de inteligencia practican también de forma sistemática y masiva a nivel doméstico. Según señalan The Washington Post, The Guardian y otros grandes diarios, estas prácticas se realizan en acuerdo con grandes multinacionales yanquis de las comunicaciones como Verizon o AT&T así como con compañías de tarjetas de crédito y proveedoras de internet (Microsoft, Google, Facebook, YouTube, etc).
La Casa Blanca tuvo que salir a responder que revisarán su programa de inteligencia a fin de conciliar “seguridad y privacidad”. Una respuesta a la defensiva que reconoce de hecho que las informaciones filtradas son ciertas, así como que, más allá de algún retoque cosmético, no van a abandonar esas prácticas policíacas y de espionaje. El 29/10 el Jefe de la NSA, general Keith Alexander, desmintió las filtraciones diciendo que los datos los habrían obtenido junto a los servicios de inteligencia de los países aliados como Francia o España. Pero lo cierto es que EE.UU. queda cada vez más expuesto en su rol de “policía del mundo”.

Los gobiernos imperialistas europeos
Sin embargo, esta crisis generada con sus principales aliados, no se explica en absoluto por una “defensa” soberana de los gobiernos de los países afectados o por alguna vocación democrática. Merkel, Rajoy, Letta o el ‘socialista’ Hollande, conocen perfectamente las prácticas de espionaje de EE.UU. porque ellos mismos las realizan también a todo nivel y muy en particular contra las organizaciones obreras y activistas. No solo saben eso sino que conocen muy bien las prácticas de represión y violación sistemática de los DD.HH. de EE.UU. que dieron un salto con las invasiones a Afganistán e Irak y la “lucha contra el terrorismo” de las que son cómplices directos al haber prestado logística, tropas y hasta su propio territorio como centros de detención yanquis en Alemania, para tales propósitos.
Estos gobiernos son profundamente reaccionarios, imperialistas y antiobreros como vienen demostrando en la aplicación de salvajes planes de ajuste para salvar a los capitalistas, y en la represión a los que luchan. La razón de sus quejas y tensiones con EE.UU. es que se destapó ante millones en todo el mundo la violación sistemática y masiva de la privacidad de los ciudadanos así como la intromisión directa norteamericana en estados “soberanos e independientes”. Los gobiernos europeos se quejan porque tendrán que pagar el costo político ante la población por los errores de la Casa Blanca y sus servicios de inteligencia y porque están presionados por grandes empresas investigadas por la NSA para que intervengan y pongan algún límite. Como señala el diario español El Mundo (uno de los primeros en publicar los nuevos datos sobre el mega espionaje) citando al presidente de la Federación de la Industria alemana, “la peor amenaza a la que se enfrenta la economía alemana (…) es el espionaje industrial” (26/10).
Ninguno de estos gobiernos imperialistas va a tomar medidas contra EE.UU., pero la administración Obama sigue recibiendo reveses que van erosionando su autoridad no sólo ante las masas sino ante sus propios socios y aliados, los gobiernos ajustadores y represores de la Europa imperialista.

Prensa

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