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ECONOMIA

Escenarios de una crisis internacional en Argentina

6 de diciembre 2007

La economía mundial vive momentos de turbulencia. El disparador fueron las caídas bursátiles por el desinfle de la burbuja inmobiliaria en EE.UU. y la situación crítica de muchos deudores hipotecarios. La amenaza sobre los grandes bancos sigue latente y esto traerá nuevos coletazos. Las consecuencias pueden ser ominosas sobre una economía mundial que alimentó ganancias con la creación de valor financiero, es decir especulando sobre valores aún no producidos y que tiene en el endeudamiento de los EE.UU. el principal motor de consumo mundial, en el que se apoya el crecimiento del resto de las economías, empezando por China.
¿Qué pasaría en este marco con el esquema que caracteriza a la economía argentina? Podemos definir, esquemáticamente, dos escenarios para el corto plazo:

 Que el impacto sea financiero, sin que caiga la demanda mundial de los commodities que el país produce. Esto es posible, incluso aunque baje el crecimiento mundial, dados los usos que vienen teniendo los productos del agro con el furor de los biocombustibles. En este escenario, los principales negocios del país no serían afectados. Pero se encarecería la deuda que pueda tomar el país, lo cual impulsará seguramente ajustes fiscales más agudos, que incluyan ataques a los trabajadores que dependen del Estado y a los jubilados. Aunque esto no afectaría demasiado en 2008 porque el superávit fiscal esperado permitiría cubrir los vencimientos y recién en 2009, el mayor costo financiero se vuelve problemático, ya se están preparando con la búsqueda de mayores ingresos fiscales. Es probable que aumente el costo del crédito para la inversión, pero seguramente el gobierno compensará una parte de éste mayor costo. ¿Quién perdería en este escenario? Los trabajadores, que seguirán padeciendo el mayor costo de vida, con los alimentos y otros bienes subiendo como ahora.

Un segundo escenario, puede ser que la crisis impacte en las economías compradoras de los bienes que Argentina exporta, con lo cual caerían sus precios. Todo el mecanismo por el cual se sostienen las grandes ganancias sería amenazado, cayendo los superávits comercial y fiscal. La política del gobierno para beneficiar al gran capital perdería punto de apoyo. Este escenario llevaría a una presión para revertir las mejoras logradas por los trabajadores, que ubicaron a algunos sectores mejor que en 2001. También implicaría aumento de la desocupación.
Seguramente, la realidad se moverá entre estos extremos. Como vemos, los trabajadores en el primer escenario estarán mal, en el segundo, peor. Pero no hay escenario que permita esperar la reversión de la desproporción entre ganancias e ingresos de los trabajadores.

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