17 de abril
Cristina Kirchner envió al Congreso un proyecto presentado con bombos y platillos como un “combate contra la precarización”. En realidad se trata de una serie de medidas restringidas al trabajo “no registrado”, eufemismo con el que se nombra a los millones de trabajadores “en negro”, sin aportes, jubilación, obra social ni derechos sindicales. Nada de los contratados, los tercerizados, ni las otras formas de precarización.