El día miércoles, en medio de la lluvia y el frío, y luego de 5 días de paro, ante la alegría que desbordaba la Ruta 9 cortada por los obreros y las organizaciones solidarias, los delegados dieron la buena noticia: la empresa Liliana tuvo que reincorporar a los despedidos además de ratificar que no va a descontar los 5 días de contundente paro, y que va a continuar con el compromiso del pase a planta en un plazo de 90 días. Un triunfo categórico.

La patronal, beneficiada por créditos millonarios del Estado, había echado a los compañeros con la excusa de un robo insólito e incomprobable, lo que generó un salto en el conflicto, con la paralización de la planta principal (y medidas parciales en otra). Durante estos días estos trabajadores, que no tienen delegados reconocidos oficialmente y que son en su mayoría contratados, frenaron la producción y obligaron a la burocracia de la UOM a ir a la planta, dar la cara y aceptar la reincorporación de los despedidos. La patronal, para amedrentar, contrató a un abogado ligado a la mafia narco, defensor de barrabravas y policías. Esto no achicó a los obreros: les dio más bronca, porque sufren la precarización laboral en las fábricas y la precarización en sus barrios atestados de narcos y fuerzas represivas.

Que delegados “de hecho” y encima tercerizados encabecen esta lucha es algo inédito y muy importante. Es un ejemplo que se extiende como un rumor, como una bandera para toda la juventud trabajadora de Rosario, afectada por ritmos de producción durísimos, despotismo patronal, precarización y abandono de los sindicatos. 

Esta etapa de la lucha terminó hoy en un corte de la autopista. Los obreros habían resuelto hacer un corte total, pero la persistencia de los trabajadores inquietó a la empresa y al ministerio de Bonfatti, que en lugar de sancionar a la empresa por la flagrante violación de sus supuestas “leyes sagradas”, toleró y tolera la precarización laboral en cientas de fábricas. Por eso la gerencia tuvo que dar la cara ante la asamblea y apresurar una negociación: ganaron los trabajadores.

El impacto de esta lucha tiene un condimento adicional, porque los trabajadores santafesinos todavía sienten el ruido de derrotas sonoras como Paraná Metal, Mahle, Gafa, Lavadero Virasoro, Briket, etc., donde ni la CTA ni la CGT lograron triunfos. Y sobre todo confiaron en gobiernos en lugar de la fuerza de los trabajadores.
Esta vez se trata de un triunfo. Parcial, pero muy importante. Los trabajadores, para eso, lograron rodearse de solidaridad de organizaciones obreras como la CTA, de organismos de DDHH, de docentes, de partidos de izquierda, religiosos, etc. Una delegación de trabajadores de Kraft, encabezados por Lorena Gentile, y de Donnelley, vino especialmente desde Zona Norte del Gran Buenos Aires a participar del corte y acompañar a los obreros en su lucha. Antes habían venido los compañeros de Lear, y de la Comisión de Mujeres de esa empresa, que contagiaron su ejemplo a las trabajadoras y a las familiares de los obreros. Hoy la Comisión de Mujeres de Liliana pintó su bandera en la ruta, mientras repartía su primera carta. Por el contrario, lamentablemente, algunas organizaciones locales, no aportaron nada, o lo mínimo indispensable.

Orgullosamente, podemos decir que el PTS y el CEPRODH aportamos todo lo que pudimos y desde el primer día a esta lucha. Eso es lo que expresaban las decenas de compañeros que hoy cantaban, saltaban y festejaban con los obreros. Este es el primer capítulo de una gran batalla, y de la organización de los desorganizados en cada lugar de trabajo. Allí estaremos en los próximos episodios.

Corresponsal