Christian Castillo, dirigente nacional del PTS en el Frente de Izquierda, participó el 19/9 en el debate sobre la reforma del Código Electoral en la Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado.
Los cacerolazos de las clases medias descolocaron al gobierno y provocaron un cimbronazo político. El motor de las movilizaciones, apoyadas por los medios opositores, el macrismo, la iglesia y sectores del peronismo, es una disidencia por derecha contra el gobierno.
En la Argentina K, la mitad de las trabajadoras están precarizadas y sin derecho a organizarse. ¡Nadie habla de estos millones de jefas de familia, madres solteras, jóvenes superexplotadas, inmigrantes!
Las clases medias del cacerolazo acusan al gobierno de ser una “diKtadura” que viola las libertades democráticas, utiliza la cadena nacional hasta el hartazgo, pretende eternizarse con la re-reelección y desprecia la división de poderes del Estado, por lo cual llaman a “recuperar las instituciones de la república”.
Así como los superhéroes responden a llamados o señales para salvar al mundo, los héroes de la centroizquierda sojera salen de su letargo inspirados en el clank clank de las cacerolas.
Una capitulación ante Pedraza, boicot a Zanon y cacerolas de teflón. A juzgar por los hechos, Izquierda Socialista (IS) está arrepentida de la formación del Frente de Izquierda y de los Trabajadores.
Las recientes decisiones de la FED y el BCE y las autoridades chinas confirman el estado peligroso de la economía mundial.
El viernes 14, con casi un centenar de trabajadoras y trabajadores de la salud, de la alimentación, obreros rurales de UATRE, de SMATA, docentes, familiares de víctimas de gatillo fácil, estudiantes y jóvenes precarizados, junto a una importante delegación de mujeres del asentamiento del Ingenio San Juan, finalizamos el ciclo de charlas de la Cátedra Libre “La cuestión de la mujer en el marxismo”.
En una reunión que salió casi de la noche a la mañana, el sábado pasado nos juntamos cerca de 50 mujeres trabajadoras y estudiantes. Entre mates fraternales, intercambiamos sobre las difíciles condiciones laborales y de vida que padecemos centenares de trabajadoras precarizadas e inmigrantes.
Durante esta última semana, en la zona norte del Gran Buenos Aires, multiplicamos las iniciativas para organizar a más compañeras trabajadoras, amas de casa y estudiantes con el objetivo de poner en pie un movimiento de mujeres para luchar por nuestros derechos.