logo PTS

Nacional

SERVICIO CIVICO VOLUNTARIO

La militarización de los jóvenes pobres

Abominable, sin temor a exageración. El proyecto de Servicio Cívico Voluntario (SCV) ya obtuvo media sanción en la Cámara de Senadores, pese al rechazo de los organismos de DD.HH., y aguarda su turno en diputados.

Miguel Raider

7 de octubre 2010

La militarización de los jóvenes pobres

Abominable, sin temor a exageración. El proyecto de Servicio Cívico Voluntario (SCV) ya obtuvo media sanción en la Cámara de Senadores, pese al rechazo de los organismos de DD.HH., y aguarda su turno en diputados.

El proyecto estipula que los jóvenes entre 14 y 24 años “en situación de riesgo” puedan completar sus estudios formales y ser capacitados en oficios técnicos, alojados en cuarteles militares como “espacios de contención social”. La instrucción de los cursos quedaría a cargo “del personal idóneo de las Fuerzas” y los jóvenes estarían sujetos a la disciplina marcial de las FF.AA., a las que “deberán respetar” ya sea en lo que hace a sus “reglamentos” como a sus “normas de convivencia”. En síntesis, un proyecto reaccionario que apunta a la militarización de los jóvenes pobres, marginándolos del legítimo derecho a la educación pública para todos, una bandera que defiende el movimiento estudiantil que toma colegios y universidades.

La propuesta fue presentada por los senadores radicales Ernesto Sanz y Laura Montero, Adolfo Rodríguez Saá del Peronismo Federal y el kirchnerista José Pampuro, aunque este último se ausentara a la hora de la votación. Fogoneada por el vicepresidente Julio Cobos, la iniciativa se apoya sobre la experiencia fracasada que él mismo aplicó como gobernador de Mendoza, cuando en 2004 firmó un convenio con los Kirchner para capacitar jóvenes pobres en las guarniciones militares, de los cuales más del 60% desertó, harto de la rigurosidad militar. En un rapto de franqueza, Cobos confesó que la incorporación de los militares a tareas educativas era necesaria porque “no sólo los vacunos necesitan bretes”, utilizando esa metáfora rural que alude al cepo o a la prisión de hierro.

La ministra de Defensa Nilda Garré calificó al proyecto de “disparate”, aunque resulta increíble que continúen impunes en las filas de las tres fuerzas miles de genocidas, los que potencialmente estarían habilitados por este proyecto a “educar” a los jóvenes voluntarios. La ministra es quien impulsa la reconciliación con las FF.AA. mediante juicios a cuentagotas de unos pocos genocidas emblemáticos.

Poliniños

Bajo argumentos parecidos, los gobernadores opositores y kirchneristas de 14 provincias mantienen cuerpos de “policías juveniles”, integrados por niños y niñas de 6 a 14 años. Los “poliniños” realizan encuentros de adoctrinamiento policial y religioso y practican ejercicios de orden militar cerrado. Similares lineamientos sostienen a la “Gendarmería juvenil” que entrena adolescentes en la “lucha contra el delito”. El Comité de Seguimiento y Aplicación de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño denunció que más de 10.000 niños integran actualmente las policías juveniles, inspiradas bajo el influjo de las políticas represivas de Colombia, donde los niños reciben formación contra el “terrorismo”.

En Salta, el gobernador kirchnerista Urtubey auspicia 72 brigadas de poliniños, mientras en Misiones, Maurice Closs, otro gobernador oficialista, sostiene 32 grupos de 2.600 poliniños que marchan en desfiles bajo instrucciones militares. El escándalo desatado en Esquel reveló los vínculos con la Iglesia Católica, pues fue el capellán policial Adrián Marí quien creó la guardia infantil en esa ciudad, combinando instrucción militar con adoctrinamiento religioso obligatorio con el objetivo de “sacar el policía que hay en su interior”, según palabras del mismo cura.

Políticas represivas

El proyecto de SCV es una respuesta reaccionaria, producto de la campaña permanente que criminaliza la pobreza desde los medios de comunicación; una respuesta de la misma naturaleza que la iniciativa de bajar la edad de imputabilidad a los 14 años, que ya obtuvo media sanción en el Senado con el voto de todos los bloques.

Mediante este tipo de proyectos las clases dominantes pretenden encerrar bajo la autoridad militar a los jóvenes “en situación de riesgo”, eufemismo elegante utilizado para indicar a los jóvenes pobres de las barriadas más humildes, en defensa de la propiedad privada de los medios de producción monopolizados por un puñado de capitalistas. De este modo, el SCV se propone institucionalizar la militarización de la educación de mano de obra barata, acorde a las necesidades de los empresarios.

Por su propia naturaleza, el capitalismo genera lo que Carlos Marx llama población obrera sobrante o ejército industrial de reserva, el que no puede ser “incluido” en la producción material de bienes y servicios, de acuerdo al nivel que exige la valorización del capital. Esa población sobrante, utilizada por los empresarios para regular el salario del ejército activo de los trabajadores, se debate entre la rotación en el mercado laboral del empleo precario y la desocupación crónica, la que empuja hacia la marginalidad y el delito, producto de la descomposición social capitalista.

Proyectos como el SCV no sólo reproducen este statu quo sino que fortalecen las políticas represivas del Estado que atentan contra los intereses de las masas obreras y populares. Así, después de duplicar la población carcelaria bonaerense en más de 30.000, detenidos. pretenden encerrar bajo jurisdicción militar a 600.000 adolescentes del conurbano que no estudian ni trabajan.

Los organismos de DD.HH., las organizaciones obreras combativas, el movimiento estudiantil, los partidos de izquierda y todos aquellos que se reivindiquen democráticos debemos levantar una gran campaña para enterrar el SCV y disolver todas las policías juveniles. Sólo un programa que parta del derecho a la educación pública para todos mediante la triplicación del presupuesto educativo y un verdadero plan de obras públicas que ponga a trabajar todas las manos disponibles, financiado por el no pago de la deuda externa e impuestos progresivos a los empresarios y terratenientes, puede dar una salida integral a las necesidades básicas de los sectores más pauperizados de la clase trabajadora.

Prensa

Virginia Rom 113103-4422

Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

Temas relacionados: