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La tragedia de Lomas del Mirador

El impresionante resultado del choque entre los dos internos de la línea 174 dejó como saldo 4 muertos y 40 heridos.

Luis Sucher

5 de febrero 2009

El impresionante resultado del choque entre los dos internos de la línea 174 dejó como saldo 4 muertos y 40 heridos.

Miles y miles de trabajadores viajamos desde la zona oeste. Tenemos que soportar viajar como animales, demoras, y encima ahora los aumentos de los boletos. Pero las escenas del otro día superaron todo lo conocido.

Una tragedia anunciada

Todavía no habían terminado de levantar los heridos, y el ministro de Salud bonaerense y el Grupo Plaza ya estaban deslindando responsabilidades. Para el gobierno de Scioli y el empresario Cirigliano, el problema son “los choferes que van rápido”, “un auto que se cruzó” o “los vecinos que llaman tarde a las ambulancias”. Son unos caraduras. Pero esto es un verso: los empresarios del transporte y los funcionarios preparan todos los días el escenario para que ocurra una tragedia así. Por eso los vecinos denunciaron la demora del sistema de emergencias, y las condiciones en que viajan. Como cuenta una pasajera: “la culpa es de la empresa, no de los choferes. Tienen que llegar en 45 minutos” (Canal 26).

Hace dos meses, los delegados de la línea 174 habían denunciado en el Ministerio de Trabajo y en la Comisión de Regulación del Transporte el estado de las unidades. “Los empleados se quejaban por la falta de mantenimiento de los colectivos y advertían que tarde o temprano iba a ocurrir un accidente debido a las presiones con las que se trabaja” (Diario Crítica). Todos saben en la zona que el recorrido es de una hora, la empresa reemplaza la falta de colectivos por vueltas de 40 minutos y, como denuncia recién ahora la UTA, no tienen los descansos obligatorios. Por eso los choferes denuncian: “se utilizan pocas unidades y se nos pide que aceleremos. Si hablamos, nos echan. Se manejan muchos intereses económicos” (Diario Crítica).

Sus intereses económicos, nuestras vidas

Como denunciaba el periodista Julio Nudler en aquella nota que le costó la censura de Página 12 y el kirchnerismo, los Cirigliano montaron sus grandes negocios durante los ‘90, “con la aseguradora LUA, perjudicando a las víctimas provocadas por las empresas de transporte de pasajeros”. Acusados de distintos fraudes y relaciones con el poder político, durante el kirchnerismo terminaron de alumbrar la empresa que reúne los ramales Mitre y Sarmiento, diez líneas de colectivos en la Ciudad de Buenos Aires, líneas interurbanas y de larga distancia, y los talleres EMFER y TATSA.

Como denunciamos los vecinos de la zona oeste, a pesar de recibir millonarios subsidios de parte del gobierno y aumentar los boletos, los servicios son un desastre, la inversión en las unidades es insignificante y las condiciones de trabajo de los conductores, pésimas.

Y mientras se subsidia a estos grupos empresariales tan ligados al gobierno, no se destinan presupuestos acordes a las necesidades en salud y educación. Por eso, ante el caos del transporte y los constantes accidentes, el sistema sanitario colapsa. A pesar del esfuerzo de médicos y enfermeros para salvar vidas y curar a los heridos, la demora en la llegada de las ambulancias desató la bronca. Quedó a la vista que para La Matanza, con 325 kilómetros cuadrados y 1.300.000 habitantes, donde más del 50 % de la población está bajo la línea de pobreza, sólo hay ocho ambulancias propias. Los magros salarios, la falta de personal y de insumos, hace imposible atender adecuadamente la salud de la población, ya sea primaria y sobre todo de la de emergencias.
La tragedia de Lomas del Mirador nos pone ante la necesidad de enfrentar la desidia capitalista: unirnos los trabajadores de la salud y el pueblo de la provincia, para pelear por un aumento inmediato del presupuesto de salud. Unirnos los usuarios y trabajadores del transporte, para pelear por la reestatización de los servicios de transporte privatizados, y controlar las condiciones de trabajo y mantenimiento de los colectivos.

Prensa

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