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MOVIMIENTO OBRERO

Lear, una dura resistencia obrera

La lucha de los obreros de Lear ya es conocida por millones. La simpatía es fuerte y no es casual. Ellos enfrentan los despidos, y el pueblo trabajador sabe que si las empresas tienen vía libre para despedir, cuando avance más la crisis, ese gran flagelo de los 90 que fue la desocupación puede volver con fuerza renovada.

Jonatan Ros

10 de julio 2014

Lear, una dura resistencia obrera

La lucha de los obreros de Lear ya es conocida por millones. La simpatía es fuerte y no es casual. Ellos enfrentan los despidos, y el pueblo trabajador sabe que si las empresas tienen vía libre para despedir, cuando avance más la crisis, ese gran flagelo de los 90 que fue la desocupación puede volver con fuerza renovada.

Enfrentan enemigos poderosos: la multinacional Lear, que factura 16.000 millones de dólares al año y está aliada a Ford, al SMATA y al gobierno nacional y provincial. Tienen a la Justicia, a la Policía y la Gendarmería del lado patronal y lo demostraron en cada intento de desalojo y en la represión de la Panamericana. Sin embargo los compañeros de Lear, apoyados por la izquierda, los organismos de DD.HH. y las internas de la zona, siguen con su resistencia tenaz. La semana que pasó fue intensa para la lucha de los compañeros.

Paro total e intento de desalojo

La multinacional yanqui está decidida en su ataque, por eso no había dejado ingresar a los delegados, luego de que una asamblea votara parar. Tras el golpe, los compañeros decidieron que tenían que dar una nueva respuesta. El viernes se concentraron en la puerta de Lear desde las 5 AM todos los despedidos, suspendidos y delegados de la Comisión Interna, mientras militantes del PTS y PO, comisiones internas de la zona y otras organizaciones hacíamos piquetes en las inmediaciones. Se les explicó a los trabajadores no despedidos que la patronal había violado todos los derechos y no permitía el ingreso de los delegados, y que teníamos que buscar medidas para garantizar lo votado en asamblea. La concentración fue un éxito y se hizo un paro total, ya que no ingresó prácticamente ningún trabajador. A las 7 AM se hizo un acto y se festejó el paso dado.

Para la patronal esto no podía quedar sin respuesta, y ese mismo día la Justicia y la Bonaerense de Scioli quisieron volver a golpear. A las 17 hs, cuando comenzaba el partido de Brasil-Colombia, se juntaron en la Comisaría del Talar cientos de policías, la montada, carros de asalto y perros, y salieron a toda velocidad hacia Lear.
Llevaban una orden de desalojo dictada por el Juez Costa y que el Fiscal Molina Pico había ordenado que se llevara adelante con la mismísima Bonaerense. Llegó el Comisario y el jefe del operativo, leyó a los presentes la orden dando 20 minutos para el desalojo. Los compañeros se corrieron hacia el acampe. La policía decía que no le importaba que la empresa estuviera incumpliendo la ley frente a sus narices al no dejar ingresar a los delegados. La justicia es de clase, está hecha y puesta al servicio de los empresarios, sean nacionales o extranjeros. La policía también. Pero los trabajadores hicieron asamblea y votaron como responder, y al poco tiempo un grupo de compañeras/os que estaban en el lugar fueron corriendo hacia el portón de la fábrica frente a la mirada impotente de los “uniformados”. Al poco tiempo llegaban los medios y al rato los Diputados Christian Castillo y Nicolás del Caño. La cosa se puso más fea para la policía que veía como se llenaba de militantes y trabajadores que venían a apoyar. Al mismo tiempo más de 400 compañeros en Capital cortaban Callao y Corrientes en repudio al intento de represión. El jefe del operativo en ese marco se comprometió a retirar a la policía. La Bonaerense responde a Scioli y el candidato no quiere dejar sus aspiraciones presidenciales en el olvido, por lo que decidieron “cuidarse” y retirarse frente a la posibilidad de un choque con los compañeros. Los trabajadores vieron como los cientos de policías se retiraban producto de la determinación mostrada. El festejo llegó y se expresó en un acto donde los compañeros de Lear reivindicaron la lucha de ese día y agradecieron a todos los compañeros que fueron a apoyarlos. La militancia del PTS tuvo una gran reacción y decisión para colaborar en lograr la retirada del operativo. Fue un paso, y en luchas como estas, cada paso logrado por los trabajadores tiene que ser valorado. La policía vino con su enorme operativo pero lo que provocaron fue una respuesta que hizo más conocido el conflicto y subió la moral de los obreros.

Jornada nacional de lucha por Lear y contra los despidos

El intento de desalojo postergó la reunión de solidaridad para el sábado. Allí se discutió organizar la Jornada Nacional de Lucha por Lear que habían discutido los compañeros en su asamblea, e incluía una concentración en la puerta el martes 8 para hacer un nuevo paro y cortes en varias provincias. Un plan ambicioso.

El lunes la propia CGT Moyano exigió en un comunicado la reincorporación de todos los despedidos y que se permitiera el ingreso de los delegados. Más allá de las intenciones de cada uno, este apoyo dio nuevas fuerzas a la lucha. Ahora, tenía que pegar otro salto, nacionalizarse, lograr que la conozcan millones y conquistar apoyo popular. Y se logró. El martes 8 a las 5 AM se concentraron más de 300 compañeros en la puerta. Se hicieron presentes Facundo Moyano con una delegación del Sindicato de Camioneros y de Peaje, y los Diputados del FIT Christian Castillo del PTS y Néstor Pitrola del PO. La bonaerense trajo otra vez caballos, perros y apostó la infantería en los costados de toda la fábrica. Cuando se armó el primer piquete la policía quiso correrlo con escudos y gases pero la decisión de llevar adelante la medida lo convenció de la conveniencia de retroceder y se cortó la colectora como querían los obreros. Casi nadie ingresó a la planta pese al operativo de la bonaerense que fracasó. En la Panamericana, al mismo tiempo ,estaba plagado de Gendarmes que la custodiaban como una joya con hidrantes y perros. Todos los medios del país estaban presentes en Lear esperando el corte anunciado dentro de la Jornada Nacional. La policía les informaba a los medios y estos repetían que se había frustrado el intento de corte de la Panamericana. Otra vez se sonreían ingenuamente policías y gendarmes. A eso de las 7 llega la noticia del corte en el Puente Pueyrredón, y al poco tiempo se nota que el tránsito empieza a ir más lento por la Panamericana. Pronto se conocerá la razón: a 4 km de allí, más de 400 compañeras/os habían subido a la Panamericana y la cortaban, como se había votado. Había trabajadores de Donnelley, Kraft y otras empresas, militantes del PTS y algunos de otras corrientes. Los camiones de gendarmes comenzaron a salir hacia allá con la imaginable bronca. Así llegaron al KM 35, en Henry Ford y se encontraron con un fuerte corte. Estaba encabezado por militantes de Pan y Rosas, compañeras del PTS y de las Comisiones de Mujeres, en la primera línea, orgullosas y desafiantes. El Jefe del Operativo, que había fracasado en impedir el corte del 10A, no contaba con ninguna orden judicial pero decidió actuar igual. Se acercó y avisó que iban a avanzar. De un lado un grupo de gendarmes con escudos y palos, del otro una nutrida concentración. Al frente, Victoria Moyano y Charly Platkowski, nieta restituída y abogado del CeProDH. La Gendarmería cargó. Se retrocedió de a poco, se aguantó la represión mientras la Gendarmería del Proyecto X tiraba chorros de agua, balas de goma a granel y usaba sus palos. Todo transmitido en vivo para todo el país. Del lado de los trabajadores quedaron varios heridos incluyendo al compañero Platkowski y 5 detenidos, liberados tras varias horas. Pero de este lado quedó también la moral de haber enfrentado la represión. De parte de la Gendarmería y el gobierno quedó el control de la Panamericana, pero sobre todo la frustración de no poder impedir el corte, y el rechazo generalizado de la población a la represión. A un grupo de compañeros los siguieron muchas cuadras por la Colectora donde la Gendarmería no puede actuar, tirándoles balas de goma. Muchos fueron golpeados, pero el festejo fue de los trabajadores. Un rato después llegarían a Lear marchando todos los compañeros desalojados, con sus banderas rotas, empapados de agua pero orgullosos. Se hizo un emotivo acto. Ahí se contó que se había cortado el Puente Pueyrredón, que hubo cortes en Córdoba frente a Lear, en Rosario frente a General Motors, en Tucumán, Mendoza, Jujuy, Bahía Blanca, Santa Cruz y otras ciudades. Contra la represión en la Panamericana se hizo un corte en Callao y Corrientes que también fue reprimido. Organismos de DD.HH. no gubernamentales como el Serpaj de Perez Esquivel expresaron su repudio, pero este también llegó de importantes sectores del kirchnerismo, como el propio CELS de Horacio Verbitsky, que denunció que la policía usó armas reglamentarias, y a la conducción de UTE (docentes), del Sindicato del Subte y de ATE Capital, abriendo una crisis en esta coalición que tenía como máxima “no reprimir la protesta social”. Lo hizo el lunes en EMFER y el martes en Lear. Pero arriar una bandera no es tan sencillo como bajar un cuadro.

El impresentable de Berni salió a atacar a la izquierda y sus diputados. A Christian Castillo y Néstor Pitrola que habían estado en la jornada. Destiló bronca. La izquierda está apoyando la lucha con todas sus fuerzas y toma las banderas contra los despidos y la represión tan sentidas por los propios seguidores de los K. Eso los pone nerviosos.

Los detenidos, que actuaron muy bien frente a la represión, recobraron su libertad a la madrugada, esperados por 60 compañeros del PTS. Salieron del regimiento con la moral alta y revindicando la pelea dada. De esta forma culminó la Jornada Nacional, un paso importante en la lucha de los trabajadores de Lear

La pelea sigue

Ahora los compañeros discuten medidas para los próximos días. Sabemos que es una pelea dificíl porque del otro lado hay una Santa Alianza. Pero no hay luchas imposibles. Por eso los trabajadores están discutiendo medidas de acción profundas, con nuevas movilizaciones y jornadas de lucha como la del martes. Hay que buscar que las organizaciones obreras como la CGT Moyano hagan concreto su apoyo a la lucha, impulsar el más amplio frente con organismos de DDHH, políticos y sociales en repudio a la represión y a la complicidad del gobierno con el ataque de la empresa, seguir impulsando el fondo de huelga y actividades de apoyo en el acampe.

El PTS estuvo en la primera fila, siendo la corriente que más se juega por el triunfo de esta lucha. Seguiremos como hasta ahora poniendo todo nuestro esfuerzo para que sea una gran batalla de clase, para que ganen los obreros de Lear.

Prensa

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