El martes 8 a las 6 am los trabajadores de Donnelley nos juntamos en la puerta de la fábrica para sumarnos a la jornada nacional de lucha en apoyo a nuestros hermanos de clase de Lear y EMFER, como lo acordamos en asamblea. Luego junto a compañeros de Lear, Kraft, Stani, Fate, telefónicos, ferroviarios, docentes, aeronáuticos, entre muchos otros, además de organizaciones estudiantiles, políticas y de derechos humanos como el CeProDH, copamos la Panamericana con el grito bien alto ¡no queremos más despidos/ no queremos suspensión/ para los trabajadores/ ya la reincorporación! una vez más, mientras denunciamos el ataque que sufrimos los trabajadores de estas empresas multinacionales yanquis que por varios años las juntaron en pala a costa de nuestros cuerpos, rompiendo nuestros tendones y músculos. Quieren descargar esas supuestas crisis sobre los trabajadores, despidiendo y suspendiendo sin goce de sueldo.

Cientos de gendarmes aparecieron con carros hidrantes, perros y brutalmente empezaron a reprimir a todos los trabajadores, trabajadoras y estudiantes.

Recibimos balazos de goma, golpes y palazos. Aunque ya nos habían sacado de la Panamericana, nos persiguieron más de 800 metros adentro de los barrios de la zona. Los vecinos salían con toda la solidaridad, dándonos agua y repudiando el brutal accionar represivo de Gendarmería que sufrimos. Luego seguimos marchando entre los barrios y nos dimos cuenta que nos perseguían en autos policías de civil y la Bonaerense. Terminamos concentrando en una plaza y de ahí nos fuimos marchando al piquete de Lear a seguir la lucha.

Después de toda la jornada viene la reflexión, y como dijo un compañero de Donnelley “nos sacaron de la Pana pero no de la lucha” y no tenemos miedo, sino todo lo contrario. Estamos más fuertes, vamos a seguir organizándonos con todos los trabajadores de Zona Norte como lo venimos haciendo en el Encuentro Sindical Combativo, para ser miles de trabajadores y estudiantes, y vamos a volver a copar la Panamericana y gritar bien fuerte ¡basta de despidos y suspensiones! ¡Familias en la calle nunca más!