El crimen de Mariano Ferreyra ocurrió el 20 de octubre del 2010, cuando una patota que respondía al gremio de la Unión Ferroviaria (UF), conducido por José Pedraza y su segundo Juan Carlos “Gallego” Fernández, atacó con armas de fuego la movilización de trabajadores, organizaciones sociales y de izquierda, que reclamaban el pase a planta permanente y la reincorporación de trabajadores despedidos de distintas empresas que prestaban servicios para la Unidad de Gestión Operativa Ferroviaria de Emergencia (UGOFE). Como consecuencia de los disparos mataron a Mariano y recibieron graves heridas Elsa Rodríguez, que hasta hoy permanece en una silla de ruedas, Nelson Aguirre y Ariel Pintos. Para perpetrar este ataque contaron con una zona liberada por la Policía Federal Argentina (PFA).
La Verdad Obrera ha publicado, desde aquel siniestro día que enlutó a la clase trabajadora, múltiples artículos que dieron cuenta de la lucha por juicio y castigo para los autores materiales e intelectuales del crimen de Mariano Ferreyra, así como seguimos diariamente cada audiencia del juicio que llevó a prisión a dos emblemáticos burócratas sindicales, enemigos de los trabajadores y sus luchas. Pedraza y el “Gallego Fernández hoy purgan en la cárcel el horrendo crimen del joven de 23 años, militante del PO. Pero Pedraza y Fernández no son los únicos responsables, hubo un plan criminal, donde cada uno de sus integrantes tuvo una tarea y un rol específico aquel mediodía de octubre, que organizó a la patota que atacó con armas cargadas de plomo a los manifestantes. Por eso sostenemos que todavía faltan llevar a juicio a los responsables políticos y empresarios, que fueron los principales responsables de querer aleccionar a los tercerizados ferroviarios de no levantar la cabeza por sus derechos.

Cómplices de los criminales
Tal vez haya sido el caso ˜ángeles Rawson el que hizo más visible últimamente al perito Roberto Locles. Pero los que peleamos por justicia por Mariano Ferreyra lo conocemos por haber actuado como perito, contratado por Guillermo Uño, imputado por ser parte de la patota que mató a nuestro compañero. Pero de perito de un imputado, Roberto Locles pasó a ser “cómplice” de un crimen al haber adulterado una prueba fundamental para la investigación, porque durante una junta de peritos que se realizó el 22 de febrero de 2011 en la sede de la División Balística de la Policía Federal tomó la bala y comenzó a golpearla sobre la mesa para sostener su “hipótesis” de que el proyectil rebotó en la calle antes de matar a Mariano, y con lo cual demostrar que no hubo intención de matar por parte de la patota.
El lunes 26 comenzó el juicio contra Locles por este delito, pero él se negó a declarar. En cambio sí lo hicieron seis peritos que participaron aquel día en el que fueron testigos de lo hecho por Locles y por lo cual en su momento redactaron un acta que le presentaron a la jueza Wilma López para dejar constancia de que la bala había sido adulterada por Locles. El tribunal integrado por Gustavo González Ferrari, María Cristina Bértola e Inés Cantisani, propuso que el próximo lunes 9 de septiembre aleguen el fiscal Fernando Fiszer y las querellas que representan a la familia de Mariano Ferreyra, a cargo del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y el Partido Obrero en representación de las víctimas de los heridos, y el abogado defensor de Locles, Luis Alberto Grisolía.

Otro cómplice con mejor suerte
El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, por lo menos tendría que haber sido llamado a indagatoria por las escuchas telefónicas entre él y Pedraza que se hicieron públicas durante el juicio por el crimen. En el diálogo mantenido entre ambos queda claro cómo Tomada se preocupó por la situación procesal del burócrata y, en un tomo muy amistoso, le ofrecía su ayuda. Pero Tomada nunca fue llamado a declarar durante el juicio por el crimen de Mariano.
Por eso el impune Tomada se toma la libertad de presentarse como posible candidato en las próximas elecciones en las listas del FpV. Entre los nombres que se proponen para integrar las listas porteñas está el del Ministro de Trabajo, que comenzó a caminar la ciudad para testear su postulación. Según los responsables de armar las listas del kirchnerismo, “la idea siempre es sumar y reunir a la mayor cantidad de sectores que se acerquen a las propuestas del FpV y que comparten el mismo diagnóstico: vemos dos derechas en la ciudad, una que se muestra y la otra que se disfraza de centroizquierda, ¿y Tomada dónde entraría? Seguro que los trabajadores que recuerden los diálogos amistosos con el viejo burócrata Pedraza no lo votarán.