La “nueva política” pregonada por las diversas fracciones del centroizquierda no ha sido más que un fraude. Por ese andarivel, Martin Sabbatella dejó sin efecto la postulación de Julio Cereza, candidato a intendente de Vicente López por Nuevo Encuentro, con el objeto de evitar el triunfo de Jorge Macri, el primo de Mauricio que derrotó en las elecciones primarias al oficialista Enrique “Japonés” García, el radical K que preside el municipio desde 1987.
“Casualmente”, el ex mandamás de Morón abordó el mismo camino que su “enemigo”, el gobernador Scioli, quien poco tiempo antes también propició el retiró de su candidato a intendente para fortalecer al radical amigo de Cristina Kirchner. La “autonomía” de Nuevo Encuentro resulta toda una paradoja, sobre todo a la hora de confrontar con la derecha macrista desde un radical K como García.

Atornillado hace 24 años a las riendas del municipio, el legendario caudillo radical de Vicente López de hecho viaja en el mismo tren fantasma que componen los intendentes del PJ del conurbano bonaerense.

Entre otras perlitas, García instaló el controvertido Vial Costero desalojando un barrio y un club deportivo sin vacilar en reprimir a los vecinos, con la finalidad de construir un shopping, un hotel internacional, 16 torres de departamentos y un estadio cubierto, un megaemprendimiento acorde a los intereses de los grandes grupos inmobiliarios.

García fue procesado por defraudación al erario público en tres millones de dólares para financiar cajas políticas, campañas electorales y negocios privados. Junto a 24 de sus funcionarios de confianza, fue acusado por malversación de caudales, falsificación de instrumentos públicos, peculado y administración fraudulenta en perjuicio del patrimonio municipal. Entre otros delitos, gracias a los superpoderes para habilitar partidas presupuestarias y la contratación directa con la empresa Granara, García fraguó la prestación de una serie de servicios de ingreso de datos al sistema de computación del municipio, que jamás fueron realizados, tal como demostraron los peritajes ordenados por la Corte Suprema bonaerense. El “Japonés” es pesado. La jueza María Coelho a cargo de la causa Granara denunció amenazas en reiteradas ocasiones.

Pero la nota de color la añadió su ex secretaria de Economía y Hacienda, Dora Zorrilla, quien devolvió $1.230.954, una parte del dinero sustraído, aduciendo “errores administrativos”, tras ser condenada a dos años y nueve meses de prisión preventiva en 2009. Generoso en repartir dineros públicos con sus socios, García se negó a indemnizar a los familiares de las 17 víctimas que murieron en el incendio del boliche Keyvis, producto de su propia responsabilidad a partir de la desidia y la falta de controles del municipio que encabeza.

Reeditando las viejas concepciones del PC, Sabbatella se dispone a enfrentar al “enemigo principal” concentrado en la derecha macrista apoyando a otro derechista como García, que busca eternizarse en un séptimo mandato, incluso para munirse de fueros legales y burlar las causas judiciales que arrastra. La “nueva política” de estos progresistas no es más que la otra cara de los progresistas de la CTA que terminaron confluyendo con Hermes Binner, un genuino representante de las patronales sojeras. Un fraude.