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LA CAMPAÑA ELECTORAL EN LOS MEDIOS

Sin lugar para milagros

En el número anterior de La Verdad Obrera demostramos que la cosecha del FIT, con la obtención de más de medio millón de votos en las elecciones primarias, no fue producto de ningún “milagro” sino el resultado de una intensa y prolongada campaña militante desarrollada en las calles, las fábricas, las facultades y también en los medios de comunicación.

Daniel Satur

25 de agosto 2011

En el número anterior de La Verdad Obrera demostramos que la cosecha del FIT, con la obtención de más de medio millón de votos en las elecciones primarias, no fue producto de ningún “milagro” sino el resultado de una intensa y prolongada campaña militante desarrollada en las calles, las fábricas, las facultades y también en los medios de comunicación.

Sin embargo desde los grandes diarios, canales y radios se insiste con la idea de que el Frente de Izquierda es una especie de raro engendro que debe agradecer su existencia más allá del 14 de agosto a alguna inmaterial conjunción de dioses, astros y estrellas.

Lejos de sorprender esta reacción de los medios al “sorpresivo” logro del Frente, era lógico que apenas conocida la superación (por más de 100 mil votos) del proscriptivo 1,5% las corporaciones periodísticas intentaran licuar, edulcorar y hasta ridiculizar la buena elección del FIT.
La razón de fondo de ese trato para con la izquierda no es ni más ni menos que una razón de clase.

Los mismos medios que le regatearon hasta la última línea de papel y hasta el último minuto de aire a los candidatos del Frente para que pudieran exponer su propuesta programática durante los meses de campaña son los que al otro día de las elecciones titularon “Altamira hizo el ‘milagro’ y podrá competir el 23 de octubre” (Clarín), “Hubo un solo milagro y fue para la izquierda” (La Nación) o “Y la izquierda logró el ‘milagro’” (Página/12).
Son esos medios los que por cada veinte o treinta entrevistas y comentarios dedicados a Cristina, Duhalde, De Narváez, Carrió o Alfonsín abrieron una ínfima porción de sus páginas o programas a Jorge Altamira, Christian Castillo, José Montes o José Castillo.

Los spots de campaña del FIT lograron sintetizar algunos de los puntos programáticos del Frente con la denuncia del carácter proscriptivo de las primarias, donde quien no superara el 1,5% de los votos no podría presentarse en octubre (como terminó pasando con Proyecto Sur). Pero esos spots (que por una exigencia de la nueva ley electoral ocuparon espacios gratuitos cedidos por los canales y radios) representan apenas una porción del extendido espacio ocupado por los candidatos patronales. Y no puede ser de otra manera en tanto que el conjunto de los grandes medios, tanto privados como estatales, son propiedad de esas mismas patronales que financian los proyectos políticos capitalistas. Así, a pesar de la presencia importante que el Frente de Izquierda ha logrado a través de sus spots radiales y televisivos, por cada 24 segundos de aparición del FIT las grandes emisoras “otorgaron” horas enteras al kirchnerismo, al duhaldismo y a los radicales.

La “Corpo” opositora y la “Corpo estatal”

Del lado de la oposición mediática, ligada por mil y un lazos económicos y políticos al conjunto de los partidos patronales, vimos transitar hasta el hartazgo por sus emisoras y medios gráficos a quienes según ellos podían hacerle frente a Cristina y sus candidatos.

Esas corporaciones mediáticas no dedicaron un solo día a realizar un verdadero debate público entre los candidatos, donde cada uno contrapusiera sus ideas y programa a los del resto de las fuerzas. A lo sumo existieron intervenciones parceladas de cada candidato en los programas de TV por cable, donde los periodistas “cuidaron” celosamente a la oposición patronal, por la que apostaron todas sus fichas en su cruzada contra el gobierno.

A su vez, del lado de los canales y radios oficialistas la cosa no fue muy diferente. Sean estatales o privados, para los medios kirchneristas la multimillonaria pauta oficial de los gobiernos nacional y provinciales es la que les ordena la “agenda”. Para mencionar un dato, sólo la Secretaría de Medios de la Nación reconoció a principios de año que disponía de más de $1.300 millones para repartir como “publicidad oficial” entre los medios. Y se estima que entre las dos o tres empresas de medios más ligadas al gobierno (Página/12, Spolsky, Olmos) se llevan la mitad de esa torta. Si a eso se suman las horas de transmisión por cadena nacional de actos “de gobierno” y la pauta oficial bonaerense de Scioli, la campaña del Frente Para la Victoria podría ser considerada casi como permanente durante los últimos años.

Se comprende entonces por qué los candidatos del FIT directamente brillaron por su ausencia en los medios kirchneristas. Quienes más alardean con una supuesta “recuperación de la política” protagonizada por el gobierno nacional son quienes no cuentan con un solo espacio radial o televisivo de debate político, mínimamente democrático, donde todas las fuerzas que participan de las elecciones intervengan con sus posiciones y confronten entre ellas. Y no sólo en los medios privados, sino sobre todo en los estatales. El mito de los medios “públicos”, una vez más, queda al desnudo.
Mientras el radicalismo, el peronismo federal y el FAP tuvieron como “bunkers” a Clarín, La Nación, América, Perfil y todos sus medios relacionados; el Frente Para la Victoria gozó de un verdadero “cerco sanitario” por parte de los medios que financia, sin dejar resquicios para la intervención del FIT y sus denuncias.

Campañas diferentes

A pesar de participar en las mismas elecciones y bajo las mismas “reglas”, la campaña del Frente de Izquierda fue radicalmente distinta a la del Frente Para la Victoria, la UCR, el peronismo federal, el FAP y hasta Proyecto Sur. Mientras el FIT mostró, de forma sintética pero contundente, que es necesario otro sistema y otra sociedad, el resto de los candidatos lucharon entre ellos por ver quién le garantiza mejor las ganancias a los capitalistas. Hoy, frente a los resultados contundentes que le dieron el triunfo a Cristina, los grandes medios buscan reacomodarse y encaran la campaña hacia octubre tratando de encontrar al posible mejor segundo. Por su parte los medios kirchneristas festejan la segura continuidad de los millones con los que desde hace algún tiempo ensanchan sus micrófonos y pantallas. Pero oficialistas y opositores coinciden en intentar colocar al Frente de Izquierda como un novedoso y raro bicho al que, de alguna u otra manera, hay que minimizar.

Por eso de acá a octubre al FIT le espera otra dura campaña. En las calles, en cada fábrica, en cada colegio y en cada facultad. Y también en los medios. Porque también en ellos hay una dura lucha que dar. También en ellos se traduce, en imagen y palabras, la lucha de clases.

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