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EDITORIAL

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Techo salarial para los trabajadores, millones para los saqueadores de Repsol

Mientras la paritaria docente entra en “cuarto intermedio” por falta de acuerdo entre el gobierno y CTERA, el ministro de Economía Axel Kicillof anuncia que cerró el acuerdo para indemnizar a Repsol. A los maestros les ofrecen un 22% en cuotas.

Ruth Werner

27 de febrero 2014

Techo salarial para los trabajadores, millones para los saqueadores de Repsol

Mientras la paritaria docente entra en “cuarto intermedio” por falta de acuerdo entre el gobierno y CTERA, el ministro de Economía Axel Kicillof anuncia que cerró el acuerdo para indemnizar a Repsol. A los maestros les ofrecen un 22% en cuotas. Un porcentaje escuálido, no sólo para los docentes, sino porque es una paritaria testigo para todas las negociaciones salariales. Aunque esta primer oferta sea para que la CTA oficialista termine aceptando una cifra como “mal menor” (cercana al 25%), de cualquier manera sería un robo al salario real. La inflación anualizada según el último Indice de Precios al Consumidor del INDEC sobrepasaría el 50%. Un frente entre gobierno, empresarios, burócratas sindicales y políticos patronales opositores llama a la “moderación” y hasta algunos se animan a pedir la suspensión de las paritarias, como el diputado de Massa y dirigente empresario Ignacio De Mendiguren. Para los vaciadores de Repsol, en cambio, hay plata y se los “compensa” por haber saqueado los recursos naturales del país (pág. 3).

En su momento denunciamos que la expropiación de Repsol y el discurso de la “soberanía nacional” eran un verso. La entrega de Vaca Muerta a Chevron acordada por el gobierno y votada por el MPN y sus secuaces en una legislatura protegida por la policía que reprimió a los estudiantes, trabajadores y a la comunidad mapuche movilizados contra esa entrega infame, hoy se completa con la recompra de la empresa española en U$S 5.000 millones, que con intereses rondaría los U$S 11.000 millones. El Congreso deberá aprobar esa “solución amigable”. Nada indica que la oposición patronal, fanática de “honrar” deudas con las multinacionales y los fondos buitres para que el país haga “buena letra” y retorne al endeudamiento con el FMI (ya anunciado por el gobierno) vaya a patear el tablero. Como aquel 28 de agosto de 2013, cuando el diputado neuquino, Raúl Godoy les plantó la bandera yanqui en la Legislatura denunciando a esa casta de políticos que entregaban el petróleo a Chevron, serán los diputados del FIT, Néstor Pitrola, Pablo López (PO) y Nicolás del Caño (PTS) los que estarán a la cabeza de la denuncia contra la entrega.

Resistencia al ajuste

 El “cuarto intermedio” de la paritaria docente hizo entrar en “cuarto intermedio” a las medidas de fuerza anunciadas por CTERA, suspendidas de manera inconsulta. El gremio de la CTA kirchnerista de Yasky hace malabares para frenar la bronca de las bases y a la vez desempeñar su papel de “felpudo” del gobierno. Pero ya hay cinco provincias donde no iniciaron las clases y, quieran o no los dirigentes de CTERA, habrá medidas de fuerza que convocan sindicatos provinciales y seccionales opositoras en provincia de Buenos Aires y en ATEN Neuquén, entre otros. En otras 8 provincias también se anunciaron medidas (págs. centrales).

La batalla por el salario no sólo alcanza a los docentes. La propuesta de Scioli de un 25% en tres cuotas para los estatales ya provocó un paro provincial de ATE y otros gremios estatales para el 5 y 6 de marzo, que coincide con la jornada nacional de lucha de la CTA opositora que llamamos a impulsar.

El ataque a los trabajadores no viene sólo con el tope salarial. En las últimas semanas crecieron los despidos: 4.000 metalúrgicos de Tierra del Fuego, 600 azucareros de Ledesma en Jujuy, 150 telefónicos de Nextel, los de la metalúrgica Liliana en Rosario, los de Kromberg en Pilar y continúan las suspensiones en varias automotrices.

La creciente resistencia por el salario y los puestos de trabajo perfila un nuevo estado de ánimo de los trabajadores. No son sólo docentes o estatales, hay un reguero de conflictos, algunos de ellos luchas ejemplares como la de Liliana en Rosario o la de Kromberg. En Córdoba, hay tres autopartistas tomadas por mejoras salariales y contra las cesantías. La burocracia de la UOM de Antonio Caló nada hace para unificar al gremio en una medida de fuerza nacional.

En muchos casos los ataques vienen acompañados de represiones duras. Y parte de los despedidos son delegados y compañeros más combativos echados para descabezar la resistencia. Hubo represión a docentes de Santiago del Estero y en Kromberg. En el SEOM de Jujuy metieron presos a delegados. En Santa Cruz, en Las Heras, detuvieron a cinco petroleros, entre ellos a dirigentes del sindicato.

La jornada convocada para el jueves 27 por la absolución inmediata de los compañeros de Las Heras, condenados por la lucha de 2006 será un punto de apoyo para redoblar esta campaña con cortes, el paro de ATE Capital y la apertura de molinetes del sindicato del subte, junto a distintas acciones en todo el país y para defender a la clase obrera de la represión a los que luchan.

Encuentro del sindicalismo combativo

En un marco donde el gobierno está lanzando un ajustazo está convocado para el sábado 15/3 el Encuentro del sindicalismo combativo (página 5). Allí discutiremos qué medidas tomar para coordinar las luchas existentes, con plenarios regionales para apoyar los conflictos, y potenciar la exigencia de un paro y plan de lucha nacional contra el inmovilismo de las direcciones burocráticas de las CGTs y las CTAs. En ese Encuentro vamos a pelear por un programa que reclame el salario equivalente a la canasta familiar y una cláusula gatillo de aumento según la verdadera inflación, la prohibición de despidos y suspensiones, el reparto de las horas de trabajo sin rebaja salarial, el fin del trabajo en negro y la tercerización laboral, el pase a planta de los precarizados, comités de precios donde los que controlen sean los trabajadores y consumidores populares, el cese de la represión, el desprocesamiento de los más de 5.000 luchadores y la absolución ya para los petroleros de Las Heras, así como medidas que apunten contra la entrega: no al pago de la deuda externa, no al acuerdo con Repsol, expropiación sin pago de todas las petroleras para conformar una empresa estatal única bajo gestión de los trabajadores.

La exigencia de paro nacional y plan de lucha, así como las “escuelas de guerra” de las huelgas por gremio, por el salario o los puestos de trabajo; son preparatorias. La salida de fondo es la preparación de la huelga general política, que ponga en movimiento todas las fuerzas de la clase trabajadora, con la capacidad de acaudillar a todos los sectores oprimidos para torcerle el brazo al gobierno y a todas las variantes capitalistas de derecha que se preparan e imponga que, esta vez, la crisis no la paguen los trabajadores, sino los capitalistas.

Tareas preparatorias

El gobierno encontró una salida coyuntural al momento más dramático de la crisis, a costa de un giro hacia un ajuste cada vez más ortodoxo basado en devaluar, afectar el salario obrero, enfriar la economía con la suba de las tasas de interés y acordar con los vaciadores de nuestros recursos. Sin embargo no dio una salida de fondo a los problemas estructurales de su “modelo”. Se terminaron las ventajas internas que aprovechó desde la devaluación de 2002 e incluso los factores internacionales que favorecían a la economía argentina hoy están puestos en cuestión (hay una baja lenta de los precios de las materias primas, se desaceleran las economías de Brasil y China). El gobierno está obligado a endeudarse, lo que exigirá futuros ajustes, y sólo encontrará una salida capitalista a la crisis si logra avanzar sobre las conquistas de la clase trabajadora. Con esa perspectiva se prepara el kirchnerismo y con ella, más allá de los ritmos, Scioli, Massa y el resto de la oposición patronal. 
En un país con crisis que tienden a transformarse en recurrentes como el nuestro, es válido aprender de la historia. Como pasó con Alfonsín en 1989 o con De La Rúa en 2001, esas crisis fueron resueltas por las oposiciones patronales que jugaron contra los intereses de los trabajadores y las mayorías populares. Y también cumplió su rol la burocracia sindical. En 1989, apoyó a Menem y su falso “salariazo”. En 2001, apostó al devaluador Duhalde.

La perspectiva a mediano plazo es de nuevas crisis económicas y políticas, mayor ataque al pueblo trabajador y, en consecuencia, una agudización de la lucha de clases. Para eso nos preparamos y desde aquí abordaremos nuestro próximo Congreso partidario. Para debatir cómo construir una izquierda revolucionaria con peso en la clase trabajadora y la juventud, cuáles son los pasos a seguir para forjar un partido revolucionario internacionalista que se proponga pelear por recuperar los sindicatos para conquistar influencia en las masas, al calor de su propia experiencia con el peronismo, la burocracia y todas las variantes patronales. 

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