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EDITORIAL

HAY QUE TERMINAR CON LA SANTA ALIANZA ENTRE LA BUROCRACIA SINDICAL, EL ESTADO Y LAS PATRONALES

Un burócrata socio de los K en el banquillo

El 6 de agosto comenzó el juicio por el asesinato de Mariano Ferreyra. En el banquillo están sentados José Pedraza y 16 acusados, entre miembros de la patota y de la jefatura de la Policía Federal que fueron cómplices del ataque. Pedraza fue el principal instigador del asesinato del joven militante del Partido Obrero. Se trató, sin dudas, de un crimen contra toda la clase obrera.

Ruth Werner

9 de agosto 2012

Un burócrata socio de los K en el banquillo

El 6 de agosto comenzó el juicio por el asesinato de Mariano Ferreyra. En el banquillo están sentados José Pedraza y 16 acusados, entre miembros de la patota y de la jefatura de la Policía Federal que fueron cómplices del ataque. Pedraza fue el principal instigador del asesinato del joven militante del Partido Obrero. Se trató, sin dudas, de un crimen contra toda la clase obrera.

El modus operandi de la burocracia y el desenlace fatal destaparon la olla de una realidad que viven millones de trabajadores: la tercerización y el trabajo precario, negocio del que son parte el Estado, las patronales y la burocracia sindical. Pedraza era dueño de la Cooperativa Mercosur que operaba en el Ferrocarril Roca y estaba decidido a defender sus negociados a sangre y fuego. Por eso mandó a su patota. Mariano Ferreyra pagó con su vida por pelear junto a los tercerizados por el pase a planta permanente. Una consigna que es bandera para los trabajadores de todo el país cuando gran parte continúa contratado o en negro.

El gobierno no es ajeno al crimen

El mismo día que se inició el juicio Cristina Kirchner declaró que la investigación avanzó porque “el gobierno aportó un testigo clave”.

No es bueno acostumbrarse a la hipocresía presidencial, y menos si ésta hace campaña utilizando la sangre de nuestros muertos. Pedraza comparece hoy frente a los tribunales por el rechazo popular que generó este crimen aberrante. Las movilizaciones fueron motorizadas por la izquierda atrayendo a otros sectores como la CTA-Capital que llamó a un paro. No vimos a nadie del gobierno ni de la oposición. Si Cristina le terminó soltando la mano a Pedraza fue porque éste se volvió indefendible y odiado por millones.

Desde 2003, la dirigencia de la Unión Ferroviaria es parte de la burocracia alimentada por el kirchnerismo, pieza clave de la gobernabilidad tras el convulsivo 2001. En 2009 Cristina fue invitada de honor en un acto de la Unión Ferroviaria. Allí dijo que Pedraza era parte del “modelo del sindicalismo fuerte y responsable”.

“La bala rozó el corazón de Néstor”, continúa ahora demagógicamente Cristina, queriendo mostrar que la “corporación sindical” tenía por objetivo golpear a su gobierno. Vaya forma particular de ocultar lo que sucedió: el móvil del crimen fue un ataque a la izquierda militante y a los trabajadores tercerizados. Montándose sobre el juicio el gobierno quiere ocultar que estos burócratas eran sus aliados y se sentían impunes al amparo del poder del Estado. Pero además Cristina utiliza el asesinato de un militante trotskista para disparar contra sus adversarios de la burocracia moyanista en la interna peronista.

La UGOFE (Unidad de Gestión Operativa Ferroviaria de Emergencia) fue creada por Néstor Kirchner en 2004. Está probado que la UGOFE y la UF arreglaron para que 120 trabajadores de los talleres de Remedios de Escalada salieran con permiso gremial el día del asesinato, para integrar la patota. Funcionarios como Juan Pablo Schiavi (también responsable de la masacre de Once y de Flores) deberían compartir el banquillo por su complicidad en el crimen de Mariano. Pero los jueces hicieron lo imposible para separar al Estado del juicio. Hoy el gobierno continúa subsidiando con millones a la UGOFE. Y Antonio Luna, hombre de la Fraternidad en la Subsecretaría de Transporte, otro responsable, continúa en funciones.
Cristina y sus progresistas quieren presentarse como enemigos de Pedraza pero toda la mafia pedracista sigue manejando el ferrocarril. El gobierno mantiene profundos lazos: la esposa de Pedraza está al frente de la cooperativa del Belgrano Cargas. Pedraza está agradecido: desde la cárcel hizo público su apoyo a la CGT de Cristina, la CGT Balcarce. Cristian Favale, uno de los tiradores de la patota, participó de las “salidas culturales” de Vatayón Militante. Y si hablamos de complicidad no podemos dejar de lado al Ministro de Trabajo. Como mostraron las escuchas que se hicieron públicas, tres meses después del crimen, Carlos Tomada tenía línea directa con Pedraza y le aconsejaba cómo hacer un “laburo sindical” sobre los tercerizados que estaban por pasar a planta permanente, “porque no son todos del PTS”. Tomada hablaba del importante peso de la Agrupación Bordó, que impulsa nuestro partido, en la lucha de los tercerizados del Roca.

Hay que echar a la burocracia sindical

El caso de Pedraza y su patota no es aislado, sino que es todo un ejemplo de la burocracia sindical peronista. Sería injusto sindicarlo como el monje negro del sindicalismo cuando todos los burócratas visten el mismo atuendo. Ambas CGT usan patotas, la oficialista de Caló y la opositora de Moyano. Es el modo normal con que pretenden amedrentar a la izquierda y a los luchadores. Recordemos a las bandas de Gerardo Martínez contra los trabajadores de la UOCRA en Santa Cruz; o las de UPCN que, junto a las huestes de Guillermo Moreno, persiguieron a los trabajadores que denunciaban la manipulación de los índices en el INDEC. O a los matones de la UTA atacando al cuerpo de delegados del subte cuando formaron su sindicato. Si la UTA sigue detentando su personería gremial es gracias al Ministro de Trabajo que los favoreció cuando la única organización legítima es la de los metrodelegados.

El crimen de Mariano Ferreyra desnuda a una burocracia empresaria que recurre al matonaje para garantizar el avance de la explotación capitalista: la precarización laboral del “modelo K”, piedra basal de la división del movimiento obrero. Pero los negociados y la corrupción no son sólo patrimonio de Pedraza. Moyano está detrás de empresas como Covellia; la UPCN de Andrés Rodríguez maneja gran parte del empleo público y del contrato de las empresas de la limpieza en la Administración Pública. En su momento las AFJP y aún las ART fueron fuente de negocios con que se benefició esta casta de parásitos por su rol de policía interna en el movimiento obrero. Sus privilegios son el pago que reciben por ser los defensores del orden y los intereses capitalistas.

El crimen de Mariano Ferreyra nos plantea a los clasistas la tarea imprescindible de luchar por la expulsión de la burocracia sindical de nuestras organizaciones. Este jueves 9 de agosto la CGT oficialista y la CTA de Yasky iban a reunirse con el gobierno mientras Moyano lo haría con Eduardo Buzzi de la Federación Agraria y la CTA de Pablo Micheli. La tensión sigue al ritmo de las peleas entre el gobierno, los sectores del peronismo descontentos y la oposición. Está planteado levantar las banderas de la independencia política de la clase obrera sembrando la idea de que es necesario construir un gran partido de trabajadores sin patrones, sin burócratas y sin políticos arribistas.

Para unir a precarios y efectivos, nativos e inmigrantes, ocupados y desocupados, acabar con la tercerización y la precarización laboral, es necesario imponer una nueva dirección clasista que revolucione de abajo hacia arriba los sindicatos como organizaciones para la lucha de clases y no como entidades destinadas a garantizar negocios particulares de dirigentes vendidos. La consigna que proponemos a los luchadores y la izquierda de convocar en común a una Asamblea Nacional de Trabajadores Clasistas sería un gran paso para forjar una alternativa que plante posición en las fábricas y establecimientos para aportar a esta tarea estratégica.

El crimen de Mariano Ferreyra desnuda la bancarrota del discurso “nacional y popular” del kirchnerismo. Redoblemos la movilización para lograr que vayan presos todos los culpables. Entre las próximas batallas políticas está planteado desenmascarar el doble discurso gubernamental. Impulsamos la más amplia unidad de todas las organizaciones obreras, populares, estudiantiles y de la izquierda para evitar cualquier maniobra que intente salvar a Pedraza y su banda. Hay que imponer la cárcel perpetua para Pedraza y el castigo a todos los responsables políticos, materiales e intelectuales del asesinato, incluidos todos los funcionarios políticos involucrados, y porque los policías de la Federal sean juzgados por ser partícipes necesarios como plantea la querella. ¡Mariano Ferreyra Presente!

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