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CANJE DE DEUDA EN DEFAULT

Un gran negocio para los fondos buitres

Mientras Cristina Kirchner se paseaba por Washington en la Cumbre de Seguridad Nuclear, el ministro Boudou y su equipo se disponían a comenzar a recorrer los principales centros financieros del mundo para presentar la oferta de reapertura del canje a los bonistas.

PTS

15 de abril 2010

Un gran negocio para los fondos buitres

El gobierno dice que el canje implicará una quita mayor a la del 2005 ¿La reapertura del canje implica un castigo a los bonistas? ¿Quiénes se benefician con este canje?

EM: Este canje es gestionado por tres grandes bancos multinacionales que son el Barclays, el Citibank y el Deutsche. Estos definieron la oferta (y no el gobierno) y su principal interés es que la mayoría de los bonistas entren al canje ya que cobran comisión según el monto canjeado. Además, entre los principales tenedores de bonos se encuentran fondos buitres como Marathon y Gramercy. Todos estos especuladores tienen el 60% del total de los bonos en default y ya garantizan al gobierno un piso de aceptación. Es que estuvieron comprando los bonos desvalorizados a precios que llegaron a alrededor del 10% de su precio total. Es decir, que bonos nominados a cien dólares los compraron a diez, veinte o treinta dólares. Ahora, van conseguir por esos bonos unos cincuenta dólares de mínima. Un descuento del 50%. Es decir, un descuento menor al del 2005 que fue del 65%. Las ganancias rondarán entre el 70 y el 400%, algo que no se consigue en ningún país del mundo. La reapertura del canje no significa de modo alguno un castigo para los que tienen bonos, sino que, al contrario, es un gran negociado. Por eso el buen humor imperante en el mercado de títulos de deuda.

PA: Más en general, el gobierno viene haciendo un giro a los “mercados” que permitió que el año pasado los bancos estuvieran entre las empresas que más ganaron. Como el dólar no se está moviendo mucho, las ganancias que se hagan con el canje y con otras especulaciones financieras a partir de bonos nominados en pesos se podrán transformar en dólares sin mucho riesgo devaluatorio. Una suerte de seguro de cambio gratuito.

¿Es cierto que hay pequeños ahorristas, como jubilados italianos, que tienen bonos?

EM: El gobierno ha usado esto como argumento para justificar este canje pero no tiene verdadero sustento. Descontando el 60% de aceptación (incluso podría ser más) que garantizan los bancos y los fondos buitres, hay otros tenedores de bonos. Algunos de ellos agrupados en la Task Force Argentina que representan unos u$s4.500 millones, solo un 22% del total. Existen entre estos pequeños ahorristas, entre ellos los jubilados italianos, pero en la mayoría de los casos no directamente sino a través de fondos de pensión que son como las AFJP locales y que “socializan” las pérdidas cuando les va mal en la timba financiera, pero no las ganancias. Pero además, con la expectativa del canje muchos especuladores compraron bonos a los pequeños ahorristas. Por eso estos últimos son minoritarios en la operación total.

PA: Además, la oferta del gobierno tiene como efecto exculpar a quienes gestionaron el dinero de esos pequeños ahorristas, a los bancos o los fondos de inversión que los estafaron con la colocación de los bonos argentinos cuando sabían que había perspectiva de default pero les permitía amasar comisiones nada desdeñables.

El gobierno dice que esta vez, al contrario del canje del 2005, las comisiones las pagarán los tenedores de bonos. ¿Es esto verdad?

PA: Sí, pero como la oferta es bastante generosa, el costo de esta cae indirectamente sobre el gobierno. Se están dando una serie de beneficios extra como el pago de intereses devengados desde el 2005 que hacen que el descuento final ronde el 50%. Incluso evaluaron reconocer retroactivamente, para los que ingresen a este canje, los cupones por crecimiento del PBI que recibieron los bonistas en 2005, aunque todavía no hay una definición. Los tenedores de bonos se compensan el pago de las comisiones con lo que obtienen por estos beneficios extras.

¿Qué efectos tiene el canje y el pago con reservas en perspectiva?

EM: En lo inmediato es un salto en el endeudamiento del país. Hacia delante significará también restar dinero para la educación, la salud, obras públicas, garantizar un ingreso para los desocupados mientras aumenta la carga de la deuda sobre la riqueza producida. Es que se incrementa para los próximos años lo que habrá que pagar de intereses y capital de la deuda.

El discurso del gobierno dice que la reapertura del canje y el pago con reservas es para continuar el camino de desendeudamiento. ¿Es esto así?

PA: De ninguna manera. Desde el canje del 2005 la deuda regularizada (sin contar bonos en default) pasó de ser 130 mil millones de dólares a casi 147 mil en la actualidad. Con la reapertura del canje saltará, dependiendo de cómo se constituya la oferta final, a valores superiores a los 160 mil millones de dólares.

Esto da un crecimiento de la deuda de más del 20%. Es que, aun existiendo quita, se incorpora al stock deuda que estaba excluida por el default. Por lo tanto, actúa como nueva deuda y comenzará a devengar intereses que antes no estaban previstos. Incluso, la deuda regularizada llegará a valores más altos que los que registraba antes del anterior canje cuando alcanzó un máximo de 151 mil millones de dólares en 2003, aun cuando el gobierno de los Kirchner es el que más deuda pagó en la historia.

Hay espacios de centroizquierda como el que dirige Pino Solanas, que han traccionado al MST y al PCR, que plantean la investigación de la deuda.

EM: este planteo transforma la cuestión de deuda en una cuestión jurídica, procedimental, desconociendo el rol del endeudamiento como mecanismo de sometimiento del país a los dictados de las grandes potencias y los organismos que actúan en sus intereses como el FMI y el Banco Mundial, y que permite la expoliación por parte de los grandes bancos, junto con las empresas multinacionales en asociación con los empresarios locales. Desde ya que la deuda actual se origina en la dictadura genocida, y en su renegociación se dieron los habituales negociados y acuerdos espurios entre funcionarios, empresarios y banqueros. Esto evidentemente sucedió con el Plan Brady que suscribió Menem o el Megacanje de la Alianza. De modo que ha sido validada por todos los gobiernos democráticos a espaldas del pueblo, y el camino de la investigación es una cortina de humo que en el mejor de los casos podría llevar a alguna renegociación y quita. Esto es lo que estamos viendo hoy en Ecuador, experiencia que reivindica Solanas, y que es más o menos lo mismo que hizo el kirchnerismo en 2005 (y lo que está haciendo ahora). Por eso el único planteo sensato es rechazar el pago de la deuda en su conjunto.

La oposición patronal de la UCR, el PRO y el PJ disidente acuerda con el canje y coincide en pagar la deuda, pero no con reservas. ¿Hay diferencias de fondo?

PA: No, las diferencias son de forma. Evidentemente la oposición patronal preferiría un ajuste directo al estilo del que hizo el gobierno de la Alianza que bajó el salario de los estatales y las jubilaciones, en condiciones de muy alta desocupación. También quieren quitar subsidios y aumentar tarifas de los servicios públicos. Y de esta forma liberar recursos para el pago de la deuda sin usar las reservas.

Pero el kirchnerismo dice que pagar con reservas evita el ajuste.

EM: En realidad el kirchnerismo viene practicando un ajuste por la vía inflacionaria, un ajuste indirecto. Dado que los salarios de la mayoría de los trabajadores en general, y de los estatales, docentes, médicos y jubilados, están aumentando por detrás de la inflación, lo que hay es un ajuste de esos salarios que en los hechos pueden comprar menos productos.

Algunos defensores de la política del gobierno, como Alfredo Zaiat o el Plan Fénix, plantean que el pago con reservas y la reapertura del canje es parte de una “estrategia de desarrollo con inclusión”.

PA: Por el contrario, en todos estos años ingresó una enorme masa de dólares por el comercio exterior porque se vendió más de lo que le compró al resto del mundo. Y no hubo ningún proceso de inversiones significativo que implique el desarrollo de nuevas ramas productivas importantes. Si esto fue así en años de tasas de crecimiento muy altas, en la actualidad podemos afirmar que no hay ninguna estrategia orientada a la creación de nuevos sectores productivos, en el sentido de una industrialización. En realidad, todo proceso de endeudamiento en Argentina es puesto en función de garantizar el envío de ganancias de las empresas extranjeras a sus países, la fuga de capitales y pagar deuda contraída anteriormente. Más de 50 mil millones de dólares se fueron por remesas al exterior de empresas multinacionales y locales entre 2003 y 2008. Solo en 2009 unos 7 mil millones de dólares de ganancias se fueron al exterior.

Otro tanto se va por fuga de capitales: en dos años unos 40 mil millones de dólares. Todo este drenaje solo se puede frenar con medidas como el control de cambios, el monopolio estatal del comercio exterior y, evidentemente, el no pago de la deuda. Estas medidas sólo podrá llevarlas adelante la clase obrera, única interesada en destinar esos fondos a satisfacer sus necesidades y las del pueblo pobre así como en un verdadero desarrollo de las fuerzas productivas sociales.

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