logo PTS

Internacional

LAS MEDIDAS DE LA RESERVA FEDERAL NO PARAN LA CAIDA

Un panorama negro para la economía mundial

El viernes pasado en un movimiento inesperado la Reserva Federal (FED) norteamericana bajó la tasa de redescuento (tasa a la que hace préstamos a los bancos) con el objetivo de inyectar liquidez en el “constipado” (para utilizar la expresión de un inversionista) mercado crediticio estadounidense. Al cierre de esta edición se declaraba en quiebra un importante banco hipotecario de Estados Unidos, el First Magnus Financial, despidiendo a sus seis mil trabajadores.

Juan Chingo

23 de agosto 2007

El viernes pasado en un movimiento inesperado la Reserva Federal (FED) norteamericana bajó la tasa de redescuento (tasa a la que hace préstamos a los bancos) con el objetivo de inyectar liquidez en el “constipado” (para utilizar la expresión de un inversionista) mercado crediticio estadounidense. Al cierre de esta edición se declaraba en quiebra un importante banco hipotecario de Estados Unidos, el First Magnus Financial, despidiendo a sus seis mil trabajadores.

La medida de la FED es incapaz de reestablecer las condiciones del mercado de créditos

A pesar de que los mercados accionarios rebotaron el viernes y el lunes tuvieron un saldo positivo, las condiciones dentro del sistema crediticio global se mantienen extremadamente tensas. Una muestra de esto fue el fenomenal “vuelo a la calidad”1 de los inversores, que tiraron abajo el rendimiento de los títulos del tesoro norteamericano de tres meses a un ritmo más rápido que cuando se produjo el crash del mercado de acciones norteamericano en 1987. Es que la fuerte inestabilidad de los mercados financieros este mes está llevando a muchos inversores a abandonar la búsqueda de altos rendimientos a favor de inversiones que al menos les garanticen el retorno del capital.
A su vez, se siguen acumulando las malas noticias. Las acciones de Countrywide, la firma de crédito hipotecario más grande de EE.UU., siguieron cayendo (...) Esto después que la compañía inesperadamente utilizó una línea de crédito de 11.500 millones de dólares para ayudar a financiar sus operaciones (...). Mientras tanto la firma ya anunciaba que iba a despedir a una buena cantidad de sus vendedores, igual que el grupo de servicios financieros Capital One que anunció un recorte de dos mil puestos de trabajo. Como siempre las crisis las pagamos los trabajadores. Más intranquilidad trajo el martes el comentario de Henry Paulson, secretario del Tesoro norteamericano, que alertó que no había una solución rápida a los problemas del mercado de créditos. En respuesta, los mercados accionarios volvieron a caer.

Sobreproducción, sobre endeudamiento y sobre especulación

La FED se encamina más temprano que tarde a realizar varias reducciones substanciales de las tasas de interés como única chance de preservar la estabilidad financiera y evitar una recesión extremadamente seria. Sin embargo, es poco lo que puede hacer ya que estamos frente a una ola de “deleveraging” (una reducción del endeudamiento para reducir la exposición al riesgo) que no muestra signos de abatirse. Más aun, como ya explicamos en otras notas ésta no es una crisis de liquidez2 (como el salvataje del hegde fund LTCM como coletazo de la crisis rusa de 1998), sino de solvencia3 en la que asoma el fantasma de las quiebras y de las bancarrotas. Estamos frente a los inicios de un duro proceso de ajuste de la enorme sobreproducción, sobreendeudamiento y sobreespeculación que acompañó al ciclo de crecimiento de la economía mundial de 2003-2006 con una tasa promedio de crecimiento anual de 5% que no se veía desde los ‘70, en gran parte estimulada por el fuerte endeudamiento. En este marco, las probabilidades de que un “accidente” desencadene un crack bursátil aumentan.

EE.UU. está entrando, como ya venimos explicando, en la peor depresión del mercado inmobiliario desde la Depresión de los ‘30 del siglo pasado. El golpe a la economía real pronto se extenderá. Los consumidores norteamericanos afrontan ahora una deflación de su riqueza, tanto en el valor de sus viviendas como de las acciones. La tasa de ahorro es negativa por primera vez desde 1934 (...).

En este marco, el contexto internacional tampoco ayuda. La crisis del LTCM o del hundimiento de la burbuja de las punto-com, para tomar los dos últimos episodios de crisis en EE.UU., se dieron en un marco en que el “efecto China”, que bajaba los precios de los productos manufacturados, permitió a los bancos centrales una política agresiva de reducción de las tasas de interés sin temor a la inflación. La situación actual es más complicada. Ahora China y muchos países semicoloniales están sufriendo una inflación alta y creciente. El abuso de las bajas de las tasas de interés por parte de la FED podría desencadenar el fantasma de la estanflación (una combinación de recesión con inflación), fenómeno que no se ve en los países desarrollados desde la crisis de ‘73/’75 y que desencadenó un fuerte proceso de lucha obrera contra la espiral inflacionaria (...)

Europa muy expuesta

A pesar de que el epicentro de la crisis se encuentra en EE.UU., la Unión Europea está particularmente expuesta a los temblores de la crisis financiera internacional. El contagio financiero por la exposición de los grandes bancos europeos, así como de muchos bancos regionales a los productos de mayor riesgo del mercado crediticio norteamericano es muy fuerte y amenaza con nuevas bancarrotas bancarias (o rescates estatales para evitarlas). La banca alemana, la de principal reputación en el continente, se encuentra particularmente afectada (...).

Pero si el efecto contagio ya es peligroso, tambien se acumula la peligrosa burbuja crediticia generada internamente. Esta es un subproducto del lanzamiento del euro. En ese momento, Alemania, la economía más fuerte de la UE, entró al euro con una tasa de cambio sobrevaluada. Esto redundó en una pérdida de competitividad que se expresó en la persistencia del alto desempleo que empujó los salarios a la baja. Pero para aligerar de alguna manera este drástico ajuste, la economía alemana fue ayudada por el Banco Central Europeo, también establecido en ese momento. Las autoridades de éste establecieron unas tasas de interés al nivel que lo requería Alemania -demasiado bajas para la mayoría de la zona euro- y permitieron una debilidad extrema del euro. Esta combinación dio lugar a booms económicos en muchos de los países de la zona euro. Pero el costo indeseado ha sido que las firmas y las familias en estos países se han sobreendeudado masivamente (...). Muchos de estos países como el Estado Español tienen enormes déficits de cuenta corriente. El intento de restaurar la competitividad, agotado el mecanismo del impulso de la construcción como motor de crecimiento, y en el marco de las restricciones a la devaluación de su moneda que implica el sistema monetario europeo, sólo puede hacer crecer fuertemente el desempleo y la caída salarial (...) El desarrollo de este ajuste en los próximos años puede ser brutal agravando y aletargando la actual crisis financiera internacional.

Lo que está claro es que ha cambiado cualitativamente el contexto para Europa: las reformas antiobreras proyectadas como la del nuevo presidente francés Sarkozy se hacen más complicadas sin el gran bálsamo que era el pujante crecimiento. El nuevo contexto puede dar origen a fuertes tensiones y combates entre las clases.

El mito del desacople de la economía mundial de los EE.UU.

Ante los síntomas de debilidad de la economía norteamericana de los últimos meses, se fue creando una creencia de que el crecimiento europeo, asiático y latinoamericano era más sustentable que en cualquier otro momento en los últimos veinte años y que se encaminaban a convertirse en los nuevos motores o en los motores de reemplazo del crecimiento mundial. Al inicio de la crisis financiera internacional esta creencia está probando ser un mito. La zona euro se desaceleró agudamente en el segundo trimestre. Italia se encamina hacia la recesión. El valor de la vivienda en Francia cayó un 1.5% y la burbuja de la construcción española esta agotándose. Por su parte, China está presionando cada vez más sobre la demanda global, aumentando la presión exportadora sobre otros mercados que por el contrario veían en ella un refugio en tiempos de crisis. Su mercado interno es muy estrecho para sostener la demanda global.

En el último ciclo las tres principales fuentes de extra estímulo a la economía mundial fueron EE.UU., el Estado Español (que consumía el 50 % de todo el cemento producido en la UE) y Gran Bretaña, en dicho orden. Los tres boom fueron inducidos por un sobreendeudamiento, que hoy en el marco de la escasez crediticia está llegando a su fin. Por su parte en Japón, la principal nación acreedora a nivel mundial, las cosas tampoco marchan bien. El crecimiento se desaceleró un 0.1% en el segundo trimestre. El yen pegó un salto de 9% contra el euro y la libra esterlina este mes, una manifestación de que los inversores japoneses y muchos hedge funds (fondos de cobertura de riesgo) se han deshecho o se vieron obligados a deshacerse, de las posiciones especulativas e inversiones de activos en la periferia, en especial en Asia, mecanismo conocido como “carry trade”4. El fantasma de la deflación vuelve a rondar por la economía nipona.

Es este panorama financiero y las oscuras perspectivas de la economía mundial las que han golpeado a América Latina. La región que se creía resguardada de los coletazos de una nueva crisis ha sido fuertemente golpeada por el retiro de fondos de numerosos inversores que lucraban en estas tierras. En especial, la crisis golpeó fuertemente a Argentina y Venezuela, sometidos a fuertes presiones inflacionarias. La economía ecuatoriana, también se vio fuertemente afectada, mostrando los riesgos de un nuevo default. La fuga de capitales afectó particularmente a Brasil, reflejado en la suba del dólar –que alcanzó el jueves pasado los 2,13 reales después de un piso de 1,84 el 23/7. El real fuerte era una de las principales herramientas del gobierno para evitar que se dispare la inflación. Los precios de las materias primas también fueron afectados, ya que durante el actual boom su alto precio reflejaba no sólo una fuerte demanda China sino también movimientos especulativos en estos mercados. La fuga a la calidad también los afectó como a los demás activos. Si el panorama de la economía mundial se sigue oscureciendo la caída puede ser mayor. Y justo cuando las ilusas burguesías latinoamericanas creían que iban a tener un boom de crecimiento sostenible y duradero ligado a las materias primas. El inicio de la actual crisis financiera internacional es un balde de agua fría para esas clases cipayas, aunque muchos aun todavía no se han dado cuenta.

Prensa

Virginia Rom 113103-4422

Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

Temas relacionados: