“Tengo 20 años. Y soy un pibe de clase obrera que como muchos de mi edad tuvieron la desagradable experiencia de pasar su infancia en el 2001. Plena crisis del país donde recuerdo los saqueos y los dolores de panza por no poder irme a dormir sin un plato de comida. Crecí con mi mamá llevándome a los trueques todos los días para poder conseguir alimento. Nunca nadie me regaló nada. Siempre laburé y me costó conseguir lo que tengo. En estas elecciones pude notar el increíble trabajo que realizó el Frente de Izquierda y la pasión con la que luchan. Sus ideales me compraron y con mucho orgullo publiqué en Face que mi voto era para el FIT. Sinceramente, no creí que los resultados de su campaña fuesen llamativos. Pero al ver las noticias al día siguiente y enterarme de tres diputados adentro, el corazón se me llenó de alegría. ¡Superamos a opositores que tenían muchísima mas fuerza económica para las campañas y todo a pulmón! Es emocionante saber que cada vez más los trabajadores nos demos cuenta de nuestros derechos. Y que jóvenes como nosotros puedan entender que no todo está perdido. Aun hay esperanzas de que haya un verdadero cambio”.