La reacción inmediata de la patronal de QuadGraphics a la puesta a producir bajo gestión obrera de la gráfica ubicada en el PIP no tardaría en llegar, la “Justicia” sería la vía que usaría la empresa para intentar derrotar a los obreros y obreras de WorldColor. Pedidos de desalojo, tanto en la Justicia Civil como en la Penal, y una orden de restricción que sacó un juez comercial de Capital Federal.

Ante esto los trabajadores usaron todos los medios legales a su disposición, recusando al juez comercial (que no les daba el mínimo derecho de apelación) y presentando escritos en los demás juzgados para rechazar el pedido patronal. Esto lo hicieron siendo conscientes de que no serían las medidas que garanticen la continuidad de la gestión obrera. Por esto es que se movilizaron el miércoles 19 de agosto a los Tribunales de San Isidro donde, junto a personalidades de derechos humanos, políticas y sindicales, se entrevistaron con varios magistrados.

También realizaron un importante corte en la Panamericana junto a los gráficos de Madygraf y organizaciones solidarias. Estuvieron, entre otros, organismos de derechos humanos, el PTS, delegados de los gremios de la Alimentación (Kraft, Pepsico, Stani), del neumático, de las automotrices, del transporte, aeronáuticos, estatales y telefónicos. Así como una importante delegación de chóferes de la Línea 60, docentes del Suteba Tigre y Escobar, de las gráficas Ramón Chozas y Printpack, estudiantes de la Universidad de General Sarmiento y de la UBA.

Gracias a estas acciones se logró tirar abajo uno de los pedidos de desalojo (el que se encontraba en la Justicia Penal) y pueden seguir produciendo en la fábrica. Continúa la exigencia de que el Estado les otorgue nuevos trabajos.

La oveja negra del Parque Industrial de Pilar

El proceso de organización y lucha de los gráficos de Pilar comienza en el 2010, y tuvo como principal hecho el despido de uno de los referentes de esa organización, Daniel Luna, quien tuvo que ser reincorporado por la patronal, obligada por la lucha de los trabajadores. De ahí en adelante consiguieron muchas reivindicaciones, algunas importantísimas, como la efectivización de todos los contratados, el pase a planta de los tercerizados y la jornada laboral de 40 horas semanales para poder tener los fines de semana con sus familias.

Este proceso los transformó en la fábrica de vanguardia del PIP, que concentra 200 empresas y 20 mil trabajadores. El PIP históricamente se caracterizó por el alto grado de precarización laboral apoyado en la falta de representación sindical (que hasta hace pocos años alcanzaba al 80% de los trabajadores).

En este parque industrial, el más grande de la Argentina, también se dieron importantes procesos de organización y lucha, como los de Procter y Unilever o conflictos durísimos como el de Tigre o Kromberg.

Las patronales del parque los apodaron como “la oveja negra”, eran un “mal ejemplo” que debía ser borrado, y desde el 30 de abril la patronal manda a todos sus trabajadores telegramas de despidos y anuncia el cierre de la planta grafica. Lo que no midió era que detrás del cierre, tenía a obreros decididos a pelear, que con los años de apoyar a otros trabajadores crearon lazos de solidaridad entre los trabajadores del parque y también con la izquierda.

La puesta en producción bajo gestión obrera enfrenta en lo inmediato el problema de los despidos y cierres de fábrica. Los obreros de WorldColor pelean por la expropiación y estatización de su fábrica, saben que así se garantizan sus puestos de trabajo, pero también que eso daría la posibilidad de que su producción sea puesta en función de las necesidades de la sociedad, con esto se podría garantizar que a ningún chico le falte un cuaderno o libro para estudiar. Este “ejemplo” nos lleva a preguntarnos: ¿Y si las fábricas de ladrillos se utilizaran para que a nadie le falte su vivienda? ¿Y si los campos y fábricas de alimentos se usarán para que nadie tenga hambre?...