Abajo el golpe en Honduras. Ningún pacto con los golpistas. Por el juicio y castigo a los Blaquier y todos sus cómplices. Por el apoyo a las familias obreras y su reclamo de vivienda.

Las imágenes del apagón y el golpe de 1976 vuelven a nuestros días con el golpe de Estado en Honduras. Así como pasó y pasa en Argentina las clases dominantes no quieren ceder un centavo de sus ganancias. Tal es así, que ante un aumento de salarios y la propuesta de reformar la constitución que propuso el empresario ganadero Zelaya en Honduras, ordenaron su arresto y lo depusieron del gobierno. Impusieron el estado de sitio y la represión que causó dos muertos. La iglesia, los partidos del régimen, la justicia, al igual que en los apagones de estas tierras, no se tardaron en avalar el golpe y la represión. La OEA y Obama pasaron de desconocer el golpe a buscar una negociación con los golpistas. De modo similar hicieron en los 70´, cuando EEUU llamaba a investigar las desapariciones de personas, mientras ordenaba la represión en América Latina, y entrenaba a los generales golpistas, los mismos que actúan en Honduras.

Los empresarios y los terratenientes con el apoyo de sus políticos y la iglesia, no dudan en descargar la crisis sobre las espaldas de los trabajadores y el pueblo pobre, despidiendo o rebajando el salario o con persecuciones. Los trabajadores resisten con luchas como todo el mundo. Incluso, si su democracia no les permite máximas ganancias, no tienen problemas de cambiarla por un golpe con tal de preservar sus beneficios y privilegios. Ayer lo hicieron los empresarios como Blaquier llamando al apagón, con el apoyo de los militares, la iglesia, el PJ y la UCR ante la mirada cómplice de la burocracia sindical. Hoy lo hacen sus pares en Honduras.

En Argentina aún perduran los efectos del golpe que permitieron a los capitalistas como Blaquier, multiplicar su productividad en un 60% en el azúcar, 65% en el papel y 41% en el alcohol entre los 70´y 90´. Hoy sus ganancias llegan a $95 millones y obtienen subsidios de Nación para el negocio del bioetanol. En democracia los Blaquier también avanzaron sobre las conquistas de los trabajadores a través de jornadas extenuantes, eliminando las 6hs por insalubridad y el descanso dominical, bajo la colaboración del sindicato. Así hoy más del 80% de la población en Libertador es pobre, sufre los efectos de la contaminación del ingenio y la falta de vivienda ante un monopolio que acapara todas las tierras como hoy denuncian las 350 familias sin vivienda que fueron desalojadas al ocupar tierras usurpadas por la empresa.

El gobierno provincial le cobra irrisorios impuestos a la empresa Ledesma por sus millonarios ingresos y mantiene salarios de pobreza y trabajadores en negro, como las porteras que se rebelaron los últimos meses. Los empresarios como los del azúcar claman junto a los terratenientes y empresarios del campo por menos impuestos y una devaluación del salario, mientras despiden como hizo Blaquier con 200 trabajadores del citrus o Taselli de Zapla con 40 contratados.

Necesitamos impulsar asambleas en los lugares de trabajo, en las universidades hasta alcanzar la más amplia movilización unitaria en las calles para frenar a los golpistas en Honduras, enfrentar los ataques contra los trabajadores y el pueblo pobre y apoyar las luchas en curso en la provincia como las familias obreras que reclaman vivienda. Por esto, consideramos un error la convocatoria a dos actos por separado ante un nuevo aniversario del apagón genocida. La acción unitaria que realizamos junto a organizaciones sociales el jueves 16 contra el golpe en Honduras es un punto de partida para convocar a los gremios de la CGT, la CTA y del Frente de Gremios Estatales (SEOM, ATSA, CEDEMS, ADEP), a la organización barrial Tupac Amaru, y al resto de las organizaciones sociales, a los organismos de derechos humanos, centros de estudiantes y la izquierda a expresar un rechazo contundente al golpe y nuestra solidaridad con el pueblo de Honduras, apoyar a las luchas populares en la provincia y exigir el juicio y castigo a los responsables civiles y militares del apagón. Desde el PTS vamos a participar en los actos ya convocados planteando la necesidad de una acción unitaria.