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Internacional

Acuerdo del MAS y la oposición derechista: ¿resistirá el embate de la crisis económica internacional?

Mientras el gobierno populista de Morales realizaba las modificaciones a la Nueva Constitución Política a puertas cerradas, en el ámbito internacional caían las finanzas y se expandía la crisis económica internacional, hundiendo el precio de las materia primas y afectando al conjunto de la economía mundial.

PTS

30 de octubre 2008

Mientras el gobierno populista de Morales realizaba las modificaciones a la Nueva Constitución Política a puertas cerradas, en el ámbito internacional caían las finanzas y se expandía la crisis económica internacional, hundiendo el precio de las materia primas y afectando al conjunto de la economía mundial. En Bolivia, esto empezó a hacerse sentir rápidamente con la abrupta baja del precio del metro cúbico de gas, de casi 12 a 6 dólares actualmente. Esto ya significa que si el gobierno contaba con casi 1.600 millones de dólares durante el año anterior, hoy las estimaciones apenas se acercan a los 600 millones de dólares. Así mismo, la caída del zinc provocó el cierre de ingenios mineros en Potosí y Oruro, paralizando casi 300 cooperativas que ocupaban a cerca de 20.000 trabajadores. Aunque la paralización no es definitiva, empiezan a verse los devastadores efectos que puede tener una prolongación de la caída del precio. Una mayor baja del precio del estaño, pone en peligro los 5.000 puestos de trabajo en Huanuni. Ante esta situación, el gobierno del MAS ya ha sugerido la posibilidad de llevar adelante medidas de ajuste de corte liberal como es la liquidación de diversos bonos de ayuda. Lo mismo viene sucediendo en las empresas textiles, joyeras y manufactureras de La Paz y El Alto, donde existe una combinación entre la depresión económica internacional que achica mercados y reduce el crédito, y por otro, la negativa de EE.UU. a prorrogar el ATPDEA (Ley de Preferencias Arancelarias Andinas y Erradicación de Drogas) para las exportaciones bolivianas con arancel cero. Esto debido a las tensas relaciones con el imperialismo luego de la expulsión del embajador Goldberg y USAID, así como las amenazas de la futura expulsión de la DEA norteamericana.

Ante esta situación, ya empieza a haber rumores sobre la inevitable reanudación de la lucha entre oposición y gobierno alrededor de la repartija de la cada vez más pequeña renta nacional. Como ya declaro la oposición y varios centros periodísticos, la clave de la pelea ya no será ni el régimen, ni la tierra, sino que ahora los cañones estarán dirigidos a la gestión económica. Ambos intentarán hacer pagar la crisis a los sectores más humildes, a la clase obrera y el pueblo. Es en este marco que desde la LOR-CI vemos urgente la organización de la vanguardia obrera para la pelea al interior de los lugares de trabajo para evitar el cierre de empresas y el vaciamiento que intentarán algunas patronales o mayores reducciones de salario y de condiciones de trabajo. Es urgente propagandizar y agitar un genuino programa obrero frente a la crisis que plantee claramente la necesidad de la ocupación de empresas, la reconversión industrial en función de las necesidades de los trabajadores y el pueblo de Bolivia, así como medidas elementales para resguardar la soberanía económica como es el monopolio del comercio exterior, la creación de una banca estatal única controlada por los trabajadores para facilitar el crédito barato a los pequeños productores y consumidores nacionales. La recuperación de la COB (Central Obrera Boliviana), de la Federación de mineros y de las organizaciones fabriles, de las manos de colaboracionistas pro gubernamentales será clave para poder organizar una resistencia efectiva al ataque del capital y a los pactos que entierran la Agenda de Octubre.

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