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INTERNACIONAL

ESTADO ESPAÑOL: ELECCIONES EN CATALUÑA

Amarga victoria para el oficialismo

El 11S más de un millón de personas inundaron las calles de Cataluña. Celebraban el día nacional de Cataluña, pero esta vez convocados por la Asamblea Nacional Catalana y el gobierno de Mas que, a pesar hacer pasar los planes de ajuste, aprovechó la situación para salir con un discurso “soberanista” a ganar apoyo en su disputa por recursos con Rajoy llegando a “amenazar” con un referéndum por la independencia.

Santiago Lupe

29 de noviembre 2012

Amarga victoria para el oficialismo

El pasado 11 de septiembre (11S) más de un millón de personas inundaron las calles de Cataluña, centralmente en Barcelona. Celebraban el día nacional de Cataluña (Diada), pero a diferencia de años anteriores, esta vez la movilización fue multitudinaria porque fue convocada por la Asamblea Nacional Catalana, y secundada por el propio gobierno de Artur Mas (de CiU), que a pesar de ser quien viene pasando los planes de ajuste en Cataluña, aprovechó la situación para salir con un discurso “soberanista” a ganar apoyo para la disputa por los recursos económicos con el gobierno central de Rajoy llegando a “amenazar” con realizar un referéndum por la independencia.
Envalentonado por el resultado de la movilización, Mas llamó a elecciones anticipadas para el 25 de noviembre (25N) con el objetivo de capitalizar el sentimiento “soberanista” a su favor. Sin embargo el resultado de las elecciones demuestran un escenario más complejo, donde CiU perdió 12 bancas y se expresó una polarización política fortaleciéndose por izquierda fuerzas que se reivindican “independentistas” y por derecha grupos centralistas que se oponen a cualquier expresión separatista.
Presentamos a continuación extractos de un primer análisis del 25N de Santiago Lupe, de Clase contra Clase, organización hermana del PTS en el Estado español.
Dos días después de la Diada, y tras reclamar un Estado propio en el desayuno de un lujoso hotel de Madrid, Artur Mas justificaba su giro soberanista en privado asegurando que “No podemos dejar este proceso en manos de ERC, no podemos permitir que el pueblo de Cataluña se lance en sus manos en un momento así”. ¿Qué temía Mas? Que las justas aspiraciones a la autodeterminación pudiesen ser capitalizadas por ERC y que ésta no tuviera la capacidad de evitar que el movimiento tomara un rumbo independiente de los partidos tradicionales y la vía institucional.

Un intento de desvío a la lucha social y democrática
El objetivo más inmediato de la convocatoria electoral del 25N era sacar la lucha por el derecho de autodeterminación de la calle, y llevarla a las urnas. A este desvío electoral ayudó la política de la ANC y el resto del independentismo, que desde el 11S no ha vuelto a salir a la calle. La imagen de que el 25N sería una jornada histórica abonaba esta función de desvío. Incluso también ha afectado al resto de la movilización social en Cataluña. Como se vio en la huelga general del 14N, que a pesar del fuerte acatamiento y las masivas manifestaciones, fue menos militante y menos combativa que la del 29M.
Sin embargo el objetivo más estratégico de CiU ha quedado bastante debilitado. Su aspirada mayoría absoluta, o más holgada que la de 2010, buscaba asentar el desvío institucional de la cuestión catalana y encauzarla hacia algún proceso de acuerdo y negociación con el Gobierno central y la Unión Europea, en la que como máximo se apelaría a las movilizaciones como refrendo a la política del Govern en sus regateos con Madrid o Bruselas. Al mismo tiempo un nuevo Govern más fuerte podría aplicar en mejores condiciones la agenda de ajustes y recortes. Estas metas están hoy más lejos de alcanzarse que antes de las elecciones.

Los bloques nacionales
La amarga victoria de CiU se acompaña con una subida muy escasa del bloque nacional que aspiraba a capitanear. En total la suma de los diputados de CiU, ERC y ICV-EUiA es dos escaños inferior a la que antes sumaban estas mismas fuerzas y SI. Sólo si sumamos los 3 diputados de las CUP -que no han aclarado todavía si apoyarían las iniciativas nacionales del bloque- se supera en uno los diputados soberanistas de la pasada legislatura. Además en la configuración del bloque ha habido un corrimiento hacia posiciones más abiertamente independentistas y hacia opciones reformistas de izquierda y de la nueva izquierda “anticapitalista”. El “temor” de Mas a que se fortaleciera el flanco izquierdo del independentismo catalán se ha confirmado.
Al mismo tiempo el bloque abiertamente españolista avanza 7 escaños, sobre todo con el ascenso de Ciutadans. El PSC, ubicado en el medio y tironeado por las disputas internas y con la Ejecutiva del PSOE en torno al derecho a decidir, se deja 8 escaños, el peor resultado de su historia.
Todo ello que expresa que Cataluña vive una creciente polarización en clave nacional, y también a la izquierda y en menor grado a la derecha en el bloque españolista.

¿Cómo va a gobernar Mas? ¿Y la hoja de ruta hacia el Estado propio?
Hasta ahora CiU aplicaba su agenda de recortes con el apoyo del PP, un socio que muy difícilmente vuelva a colaborar. Otra opción sería buscar acercarse al PSC. Para ello tendría que relajar las demandas nacionales. Sin duda dentro de CiU los sectores de Unión y aquellos más ligados al empresariado catalán que se vienen oponiendo al giro de Mas, presionarán en esta dirección. La realidad catalana presiona en sentido contrario. Además, el PSC no parece muy dispuesto a comprometerse con la política de ajustes de CiU. Su objetivo es recomponerse de la caída electoral, algo clave también para el PSOE, que tiene en Catalunya un granero de votos clave para alcanzar la Moncloa.
La otra opción, quizá más probable, es un pacto con ERC. El giro a la derecha de Junqueras en los últimos meses muestra que tiene estomago suficiente para tragarse las políticas de ajuste a cambio de que CiU se comprometa a avanzar hacia el Estado propio. Para CiU sería la mejor opción para no perder el mando del movimiento democrático, pero a su vez lo azuzaría aún más. Una situación que tensaría mucho a la misma CiU, sin descartar que se rompa la coalición. Tensaría también las relaciones con el Gobierno central y el Régimen, sin descartar medidas excepcionales como la suspensión de la autonomía catalana que ya piden miembros del PP y el Ejército en la reserva.

Un escenario inestable y peligroso para el Régimen del ‘78
Las dos posibles alianzas que se le presentan para la gobernabilidad de Cataluña son muy inestables y explosivas para el Régimen del ‘78. En ambos escenarios se dan las condiciones para que se agudice la lucha por la independencia y también contra los ajustes y las consecuencias de la crisis. Se reflejan en estos resultados electorales las consecuencias de la crisis capitalista en el naufragio del Estado de las autonomías y el fortalecimiento de las aspiraciones independentistas. También el descontento cada vez mayor de los trabajadores y sectores populares los efectos de la grave crisis económica y los planes de ajuste, tanto por izquierda como todavía en menor medida por derecha. De conjunto un escenario donde las tendencias que cada vez son de mayores enfrentamientos entre las clases, ganan actualidad.
Si CiU “renuncia” a liderar el proceso nacional a cambio de pactar con el PSC, este será seguramente capitalizado por ERC que mantiene una estrategia de negociación y colaboración con la burguesía catalana idéntica a la de Mas y la ANC. Si el pacto es entre CiU y ERC, su compromiso será sacar de la calle la cuestión catalana como hasta ahora.
Sin embargo cualquier escenario va a estar en el marco de un creciente cuestionamiento en Catalunya y el resto del Estado español del Régimen del ‘78, como lo expresó inicialmente el 15M o más recientemente el 25S, y sobre todo la Diada. Esto queda patente también en la creciente salida a la escena política de la juventud indignada, que no puede esperar nada del sistema capitalista, y también de cada vez más sectores de trabajadores. Un escenario difícil para el próximo Govern, el Gobierno de Rajoy y el Régimen del ‘78.
Las CUP (ver “Frente a las elecciones catalanas y las Candidaturas de Unidad Popular”) tienen la oportunidad utilizar sus tres diputados y el amplio apoyo social que han cosechado para impulsar la movilización por el derecho de autodeterminación y contra los ajustes. Pero para vencer, para conquistar el derecho de autodeterminación, acabar con la Monarquía, resolver nuestros grandes problemas de desocupación, vivienda, educación, será necesario dotarse de una estrategia de independencia de clase y revolucionaria que tenga como actor central a la clase trabajadora y los sectores populares aliados.
Una alternativa que levante un programa que avance sobre la gran propiedad capitalista para dar solución todos nuestros problemas sociales. Que plantee el reparto de horas sin reducción salarial y la expropiación bajo control obrero de toda empresa que cierre o despida, para acabar con el paro de masas. Que luche por la nacionalización de toda la banca y su puesta bajo el control de los trabajadores y comités de pequeños ahorradores, para acabar con la sangría de los desalojos, la usura de las hipotecas y poder otorgar crédito asequible a los autónomos y pequeños productores. Que proponga la expropiación de todas las viviendas de la banca y los especuladores, para resolver el problema de la vivienda, así como de las principales empresas, el sistema financiero y de crédito e impuestos gravosos a las grandes fortunas para garantizar una educación y una sanidad pública, gratuita y suficientemente dotada.
Y también una alternativa que se proponga resolver las grandes cuestiones democráticas desechando toda ilusión en la vía institucional o en la “radicalización de la democracia”, y luchando por un proceso constituyente revolucionario. Este sólo podrá ser abierto mediante la lucha unida de los trabajadores de todo el Estado contra el reaccionario Régimen del ’78, imponiendo un Gobierno de los trabajadores. Es el único camino para el ejercicio efectivo del derecho de autodeterminación, que para nosotros debe culminar en la construcción de una Federación de Repúblicas Socialistas Ibéricas en el marco de la lucha por los Estados Unidos Socialistas de Europa. Sólo así podremos imponer una alternativa de fondo a la estrategia de CiU, ERC o la ANC, que pelean por una Cataluña capitalista dentro de la UE.

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