Esta semana la Peugeot anunció que reduce una hora la jornada laboral. A finales de septiembre, la General Motors dijo que debido a la crisis y a la baja de las exportaciones a Brasil suspende la producción durante la última semana de octubre. En esta fábrica hace un mes cortaron las extras y ahora se rumorea que habría un receso también desde diciembre a febrero, imponiendo las vacaciones en este período. También anunciaron que en la planta de pintura van a instalar robots, teniendo que reubicar a 60 compañeros y que a fines de noviembre termina la producción de la Grand Vitara, que dejará en suspenso a otros 200. El comienzo de la producción del nuevo proyecto, un auto compacto conocido como ”Viva”, se postergó hasta mediados del año que viene debido a la crisis económica.

A principios de la semana tuvimos una asamblea convocada por el cuerpo de delegados para analizar la situación de las suspensiones. En primer lugar, porque la semana de octubre que la patronal quiere parar la producción pasa a un banco de horas que vamos a tener que devolver cuando ellos quieran, es decir, que más adelante hagamos extras sin cobrar ni la hora. Tampoco sabemos que va a pasar durante diciembre y enero. Y está en el aire la situación de los más de 250 compañeros que tienen que reubicar.

También porque la patronal quiso truchar el resultado de un referéndum donde rechazamos trabajar media hora más desde esta semana para compensar días feriados de las fiestas de fin de año. La patronal tomó represalias contra los delegados que votaron en contra y no los dejó entrar en el turno tarde, lo que llevó a un paro de casi 2 horas hasta que finalmente los dejaron entrar.

A esto se sumó que se rumorea que si se agrava la situación, están en peligro los puestos de contratados, tercerizados y los lesionados. Hay que aclarar que en esta fábrica pocos pasan los diez años de antigüedad porque los agotadores ritmos de producción nos traen muchas enfermedades laborales y lesiones irreversibles. Entre contratados, tercerizados y accidentados suman un tercio del total de los trabajadores.

Es importante señalar que el sindicato se muestra a favor del despido de los contratados aduciendo mantener el puesto de los efectivos. Parece que el convenio de Smata nos diferencia entre trabajadores de primera y de segunda.

Esto no puede ser así. La crisis económica producida por la especulación y la sed de ganancias de los empresarios no tiene que recaer sobre nuestras espaldas. No es una salida que la paguemos con despidos, suspensiones y rebajas salariales; ni con recortes a la salud y la educación. Por un plan de lucha nacional de Smata para frenar las suspensiones y amenazas de despidos. Aumento salarial Ya! Todos a Planta! Que la crisis la paguen ellos.