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Binner: el “socialismo” de la patria sojera

“Vamos hacia el abismo” dijo hace unos días el intendente de Rosario. Rosario y la provincia de Santa Fe, corazón del “núcleo sojero” y agroexportador es uno de los lugares emblemáticos de la oposición ruralista y están en el ojo de la tormenta desatada por el conflicto entre el campo y el gobierno.

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26 de junio 2008

“Vamos hacia el abismo” dijo hace unos días el intendente de Rosario. Rosario y la provincia de Santa Fe, corazón del “núcleo sojero” y agroexportador es uno de los lugares emblemáticos de la oposición ruralista y están en el ojo de la tormenta desatada por el conflicto entre el campo y el gobierno.

Oro Verde

El “boom sojero” ha sido la base del crecimiento económico de la región los últimos años, beneficiando en primer lugar a un sector de grandes propietarios, pooles de siembra y a las grandes empresas multinacionales instaladas en la zona. En Santa Fe los 640 establecimientos agropecuarios más grandes abarcan una superficie total de 3.715.539 de hectáreas. Son tan sólo un 2% del total de productores, pero poseen el 33% de la tierra.
Las empresas instaladas en la orilla del Paraná con puertos propios están entre las 10 primeras exportadoras de la Argentina. Cargill es la primera, con ventas por u$s 4.317,6 millones en el año 2007. En segundo lugar, la cerealera Bunge que alcanzó los u$s 2.673,7 millones. Y en tercer lugar, la cerealera LDC Argentina, del Grupo Dreyfus, con exportaciones por u$s 2.030,9 millones.

Ligados a estos “grandes”, se ha desarrollado los últimos años una burguesía rural media, que vive de la renta agraria, alquilando sus campos a los grandes, o exportando soja. Las ganancias de este sector se vieron en la ExpoAgro, a principios de marzo, donde en pocos días se realizaron operaciones por más de más de US$ 100 millones en maquinaria agrícola, equipamiento y camionetas, llegando al record de ventas.
Es este sector el que motorizó el “boom de la construcción” en Rosario, y la aparición del “consumo de lujo” en lo que se conoció como el “deme dos” (camionetas o departamentos) pagados directamente con soja.

Oro Rojo

Las patronales de los frigoríficos han comenzaron a descargar la crisis sobre los trabajadores, con la suspensión de 1.500 empleados de frigoríficos y la amenaza de dejar en la calle a más de 3500. También han comenzado algunas suspensiones en fábricas metalúrgicas y de alimentos. Ahora ellos quieren “derramar” la crisis sobre los trabajadores. Pero todos estos años hicieron ganancias extraordinarias en base a la superexplotación obrera, los bajos salarios, la precariedad laboral, y las muertes obreras en accidentes de trabajo. La sangre obrera es el “oro rojo” de las ganancias capitalistas.
En el Gran Rosario los que más ganan tienen ingresos por 10 mil pesos mensuales y los que menos ganan, 200 pesos. La diferencia es de 50 veces (mientras a nivel nacional es de 31 veces). La concentración de la riqueza en un polo pequeño, de grandes empresarios urbanos y rurales, es la contracara de la pauperización de sectores enteros de la población santafesina.
Mientras crece la inflación, los salarios están congelados. En el Gran Rosario, casi 550 mil personas no llegan a los 1271,68 pesos (valor de la canasta familiar de emergencia), con ingresos que los ponen bajo la línea de pobreza.

La precariedad laboral es aguda. El 41,1% de los asalariados en el Gran Rosario no recibía descuento jubilatorio a fines del año pasado (datos difundidos por Indec), lo que da cuenta del trabajo en negro. Por otra parte, la tasa de sobreempleo, por largas jornadas laborales, fue del 30,7%.

La lucha de los trabajadores de Briket y Gafa a comienzos de este año, y la del Lavadero Virasoro en el 2007 mostraron esta cruda realidad de superexplotación obrera, con otro agregado: la falta de sindicalización y derechos gremiales. Con la complicidad de la UOM, que negó la afiliación a centenares de jóvenes trabajadores que realizan jornadas de más de 9 horas, y con el despido de miembros de la comisión interna y delegados no reconocidos por las patronales. La seguidilla de muertes de obreros de la construcción junto con los obreros muertos en ACINDAR también muestra la brutalidad de la explotación capitalista.

“Socialismo sojero”

Para sorpresa de muchos que apostaron a Binner cuando en sus discursos enfrentaba la “vieja política” de Reutemann, hoy están juntos defendiendo los intereses de los grandes terratenientes y capitalistas. Aunque Reutemann, después de varios días de “fuego cruzado”, selló un acuerdo con Kirchner con una lista de unidad en el PJ provincial, .ambos se disputan la representación de la oposición rural al gobierno nacional. María del Carmen Alarcón (grupo Pampa Sur), integrante del gabinete de Binner, es una de las principales voceras de los “dueños de la tierra”, que dan pelea a dentelladas por sus ganancias. Mientras tanto, José Maria Tessa, dirigente de AMSAFE provincial y diputado por el Frente Binnerista, pide a los docentes que no salgan a luchar por salario en esta situación para no “generarle crisis” al gobierno.

El gobierno del PS “debutó” congelando el salario docente y en Rosario despidiendo a los jóvenes contratados de cultura. Además, envió a la policía a desalojar a un grupo de familias que ocupan un terreno desocupado para armar sus precarias viviendas. Esta es la política de los “falsos socialistas” en la que llamaron a confiar sectores de la CTA en Santa Fe y Rosario.


LOS OLVIDADOS EN SANTA FE

En la provincia de Santa Fe están registrados 11.912 trabajadores rurales, declarados para una región de 5.104.773 hectáreas. En Rosario están registrados 177 trabajadores rurales, para un total de 1768 establecimientos. La cifra de registrados es irrisoria. Varios estudios reconocen que en la provincia del falso socialista Binner, el trabajo en negro entre los trabajadores rurales llega al 80%.

Hay denuncias reiteradas de trabajo infantil en las quintas alrededor de la capital de la provincia. La situación se agrava por las enfermedades producidas por el manejo de agroquímicos, desde infecciones respiratorias hasta enfermedades oncológicas, y picaduras de vinchucas en la siembra de soja. Ninguna medida se ha tomado para cambiar esta situación. Los trabajadores rurales son el “oro negro” del que viven las patronales sojeras que con tanto ahínco defienden Binner y Reutemann.

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