En el diario La Capital del pasado sábado 7, podemos leer que la presidenta de Madres de Plaza de Mayo califica de “sensacional” (1) la medida de Cristina Fernández de desplegar a las FFAA en las zonas más afectadas por el temporal.

Lo que se esperaría de una dirigente de los derechos humanos en nuestro país, donde desde Roca a esta parte los militares han dado sobradas pruebas de su desprecio nos solo de los “derechos humanos” sino de haber sido siempre el brazo armado de la burguesía masacrando y cometiendo los peores crímenes contra el pueblo trabajador, es que reclamara que el gobierno resuelva de manera profunda los graves problemas de vivienda que se volvieron a poner al descubierto con este desastre natural, que exigiera que se renacionalicen las empresas privatizadas o que frente a la tragedia organizara colectas y envíos de material como se hizo en Santa Fe en 2006 cuando Zanon mandó cerámicos y Brukman ropa para los damnificados. O que como mínimo, denunciara la represión que horas atrás sufrían los vecinos de Merlo por reclamar agua y luz.

Pero no. Lejos de esto, Hebe es el sostén del gobierno en la operación fina de empezar a naturalizar que en las calles de a poco se vea no sólo a Gendarmería y Prefectura, sino también a las FFAA, y hacernos creer que, como dijo Bonafini, “el Ejército está con los más necesitados” o que los “nuevos planes de estudio que se dictan en los institutos de formación militar generan profesionales jóvenes con otra forma de pensar”. ¿Serán esos jóvenes que por nombrar solo un ejemplo, en Haiti, reprimen de manera sistemática a un pueblo que lo que más tiene es hambre y miseria?
Nada va a decir por supuesto de los más de 1000 oficiales y 3000 suboficiales que solamente en la Marina están hoy en funciones desde la dictadura. El kirchnerismo supo operar en la cooptación a una serie de organismos de derechos humanos de modo de contar con su aplauso a las políticas más reaccionarias y su silencio frente a los ataques a los que luchan, los asesinatos en el marco de represiones que el último año y medio suman 18, el procesamiento y la cárcel a los luchadores.