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Internacional

Cumbre del G8 en Alemania

Caza de brujas contra los activistas y la izquierda

La reunión del Grupo de los Ocho (G8), de la cual, según las encuestas, el 75% de la población en Alemania “no espera nada”, se ha visto acompañada por acciones de protesta que tuvieron como respuesta una escalada represiva inédita.

7 de junio 2007

La caza de brujas se enmarca en una cínicamente denominada estrategia de “apaciguamiento” del gobierno, los tribunales y la policía que, haciendo alarde de la democracia burguesa, están violando varios derechos fundamentales como el secreto de correspondencia, la libertad de información y el derecho a manifestación, además del control de fronteras, la instalación de puestos de control y los allanamientos en territorio alemán y claro está, el abuso y la represión policiales. El “apaciguamiento” es un doble discurso que, por un lado, “comprende los deseos de la gente” y la necesidad y el derecho a manifestarse pacíficamente, y por el otro, apreta aún más las tuercas contra los sectores más radicalizados.

Marchas masivas y represión

De las manifestaciones programadas, la del sábado 2 de junio en Rostock ha sido hasta ahora la más importante. Estuvo convocada por un bloque de coalición entre distintas organizaciones de diferentes orientaciones políticas y participaron alrededor de 80.000 personas.

A tres horas de comenzada la marcha que hasta ese momento había transcurrido con tranquilidad (y en la cual algunos dirigentes de los Verdes1 fueron abucheados), fue dispersada por la policía con palos, gases y chorros de agua, aduciendo haber sido atacada por sectores ultra radicales. Se originó una lucha callejera que duró hasta altas horas de la noche y la policía reprimió duramente. Los medios burgueses de difusión masiva, haciéndose coro de los boletines policiales y de las autoridades, justifican los llamados a mayor represión con titulares como “Rostock: orgía de violencia”, “Brutalidad desconocida hasta ahora” o “Extremistas, ¿queréis muertos?”. Por su parte, representantes democristianos exigen la entrada en acción de la GSG9, las fuerzas de elite de la policía, mientras los socialdemócratas y el Sindicato de la Policía Alemana, representado en la Confederación Sindical Alemana (DGB), han exigido que se permita utilizar incluso balas de goma2 y otras armas de distancia para “salvaguardar la integridad física” de los agentes policiales. Sin embargo, de los 30 a 41 agentes “heridos de extrema gravedad” de los que habla la prensa sólo uno estaba en observación en un hospital. La justificación de esta manipulación mediática, la da el portavoz de la policía de Rostock quien el 5 de junio afirmó que “si la retiráramos [la afirmación de los heridos de extrema gravedad], ¿de qué manera podríamos seguir con el embuste?”3.

¿Qué violencia?

Por otra parte, el gobierno y la policía exigen también que los organizadores de las protestas se distancien inequívocamente de los “violentos”, lo que implica “colaborar con la policía” para su “neutralización”. La discusión sobre la violencia omite naturalmente la violencia que ejercen Alemania y otros países imperialistas hacia países semicoloniales como Afganistán, Irak o Kosovo. Omite también la violencia a sus propios proletariados y clases subalternas en forma de recortes sociales, despidos masivos, encareciendo los costos de vida. Finalmente, pone un signo igual entre la violencia de los oprimidos con la de sus opresores, una hipocresía a la cual el reformismo de los viejos partidos socialdemócratas y stalinistas, así como el pacifismo altermundista, se han sumado rápidamente. Tanto la organización altermundista Attac, que en boca de sus representantes “comprende el accionar policial” así como el flamante Linkspartei4, que según su presidente “está por la protesta pacífica”, se han distanciado inequívocamente de los sectores violentos. En los hechos se suman a la caza de brujas que han puesto en marcha. Nada dicen de los presos y golpeados. Un manifestante ya fue condenado en un juicio sumario a diez meses de prisión sin libertad condicional por lanzar piedras contra la policía, varios detenidos más correrán la misma suerte. Hasta ahora se ha dado curso a 208 procedimientos penales contra jóvenes manifestantes.

Los jóvenes resisten

Contrarios a las declaraciones de los representantes del altermundismo y neo reformismo stalinista se muestran los jóvenes anti G8 en los campamentos organizados para albergar a los manifestantes. También los funcionarios y miembros de la Juventud de Ver.di (el sindicato de los trabajadores de servicios) reprochan el “acercamiento a la canciller alemana Angela Merkel, y su ministro de Interior, Schäuble, de parte del sector moderado de los críticos a la globalización”, por lo que la Juventud de Ver.di es contraria a un “distanciamiento indiferenciado de los denominados autonomistas violentos” pues esto representa “un peligro que amenaza con hacer retroceder el movimiento de protesta en muchos años”5. El lunes 4 de junio, tuvo lugar una nueva marcha a favor de los refugiados e inmigrantes sin papeles de 10.000 personas, muchos de ellos inmigrantes indocumentados que de ser apresados correrían el peligro de ser expulsados del país. La policía provocó a los manifestantes en todo momento, mientras que la población de Rostock mostró su solidaridad con la marcha y sus participantes ofreciéndoles agua y comida.

Nuestra solidaridad es para con la juventud luchadora, los indocumentados y los luchadores detenidos.

Hoy, toda organización que se considere revolucionaria o contraria a los dictados “neoliberales” está llamada a exigir la inmediata libertad y desprocesamiento de los detenidos, así como el inmediato cese de la represión policial.

Como nos contaba una compañera desde uno de los campamentos juveniles, a pesar del constante sobrevuelo de los helicópteros, los policías con sus armas, chorros de agua, gases y perros, y la imposibilidad de manifestarse en un amplio perímetro en torno a Heiligendamm, la juventud y algunos sectores de trabajadores no se ha dejado amendrentar y sigue las protestas. Con la llegada de Bush y el resto de los “huéspedes” se esperaba que haya más protestas aún. Entre otras acciones ya hubo bloqueos de las principales vías de acceso a Heiligendamm y la del aeropuerto de Rostock-Laage. Como muestra basta un botón: en los momentos en que escribimos estas líneas, y pocas horas antes del inicio oficial de la cumbre, 6.000 jóvenes anti G8 engañaron a la policía eludiendo los puestos de control alcanzando las vallas de contención alrededor de Heiligendamm. Diez helicópteros los buscan y los jóvenes hacen bloqueos de senderos y calles con troncos y ramas, impidiendo el rastreo por tierra. La policía ha sido completamente sobrepasada y los agentes deben ser transportados en helicópteros para poder reprimir a los manifestantes. Los primeros cien manifestantes habrían ingresado a la “zona roja” y los periodistas acreditados han tenido que ser transportados en botes de la marina para que lograran llegar al hotel donde se realiza la conferencia. En resumen, una victoria para los manifestantes y un fiasco total para la policía y el gobierno, pero también un duro golpe político para los sectores moderados del movimiento, como Attac y el Linkspartei, que ante la represión estatal optaron por mostrar su “seriedad” alejándose de los jóvenes.

¡Permiso de residencia y trabajo para todos!

¡Libertad y desprocesamiento de los detenidos por luchar!

¡Abajo la represión policial!

¡Abajo el G8!

Prensa

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