En Córdoba hubo fraude y fue pergeñado por el kirchnerismo. Recordemos que Cristina viajó a Córdoba para darle el apoyo a Schiaretti, aunque el gobierno nacional jugó a dos puntas: Alberto Fernández, por ejemplo, apoyó a Luis Juez.

El PJ perdió en la Capital, se quedó sin base social y miles repudiaron el hartazgo de sus ocho años de gobierno con bajos salarios para docentes y estatales; destrucción de la salud y educación pública, mientras millones iban a negociados y subsidios a grandes empresarios.
Cualquier proclamación victoriosa que haga su candidato no podrá ocultar que quedará ultra débil para gobernar; deberá aplicar un ajuste para pagar la abultada deuda provincial, y se la tendrá que ver con la segura resistencia de los trabajadores y el pueblo cordobés.

El “voto útil” fue para otra variante patronal, tildada de “centroizquierda”, encabezada por Juez. El que llevó en sus listas a un funcionario de la FIAT; a burócratas sindicales y contó con el apoyo del PS, PI y el PC.

Juez denunció el fraude. Pero fue él quien utilizó el fraudulento sistema electoral de la sumatoria de votos (“ley de lemas encubierta”), llevando varias listas apoyando su fórmula, posibilitando de esa manera que sean elegidos políticos que nadie conoce, además de transformar el cuarto oscuro en un “monumento a la confusión” (había 9 candidatos a Gobernador pero más de 30 boletas.)

Es lo mismo que va a hacer el kirchnerismo en provincia de Buenos Aires con las “colectoras”, donde candidatos impresentables van colgados de la pollera de Cristina, preparando así una nueva estafa a la voluntad popular. Por eso el fraude en Córdoba es un adelanto de lo que puede ocurrir en otros distritos.

Dos políticas frente al fraude

Juez dijo que le robaron la elección y convocó a marchas (aunque no son sólo del juecismo, ya que participó toda la izquierda y mucha gente suelta). Pero desde un primer momento llamó a la “paz social” y a confiar en la “justicia”.

Si Juez quisiera derrotar el fraude, llamaría en forma consecuente a la movilización; y le exigiría a los dirigentes sindicales que lo apoyan como los de la UOM, Luz y Fuerza y UEPC (docentes) un paro provincial con movilización. Esa sería la forma para que se abran todas las urnas. Pero no lo hace.

Por otra parte, no dijo nada de la sumatoria de votos, base de la corrupción electoral. Después llamó a “votar en blanco”; luego habló de “libertad de acción”, y ahora le dará fiscales a Carrió (defensora de genocidas y oligarcas); al derechista López Murphy y a Lavagna. ¡Se terminó de sacar la careta!

La otra política la tuvo la izquierda: llamando a la movilización unitaria contra el fraude; a cambiar el sistema electoral -para lo cual presenté un proyecto de ley-; y por una Asamblea Constituyente Soberana para que haga estos cambios y debata a su vez sobre los problemas fundamentales que afectan al pueblo trabajador.

Defendamos la banca de izquierda

Está claro que para luchar consecuentemente contra el fraude, la “vieja política” y otro modelo económico hace falta luchar y levantar claras propuestas de fondo: salarios y jubilaciones igual a la canasta familiar; reestatización de todas las privatizadas; no pago de la deuda externa para que haya trabajo, salud y educación, entre otras. Salida que no vendrá de la mano de Cristina, Carrió, Lavagna ni variantes como Juez. Sino de la mano de los luchadores y la izquierda, como el Frente de Izquierda que hemos conformado junto al PTS y MAS, que lleva la fórmula Montes-Heberling.

En este marco es necesario defender la banca de izquierda que conquistamos en Córdoba. Que no es de Liliana Olivero, sino de los trabajadores que en estos años la han visto como una herramienta para defender sus derechos.

Agradezco a todas las organizaciones de izquierda (PO, PTS, MAS, PH) que se pronunciaron por su defensa. Y llamo a seguir enfrentando unidos este modelo de fraude y corrupción para los grandes empresarios, multinacionales y el imperialismo, peleando el voto para la lista 135 en vistas a las elecciones presidenciales.