¿Cuánto vale la vida de un obrero para un patrón...?

Días atrás, Gustavo Velásquez, trabajador de PepsiCo, sufrió la amputación de cuatro dedos de su mano mientras trabajaba. Una vez más , como ocurre a diario en cientos de fábricas y lugares de trabajo, la explotación y productividad capitalista se cobran otra víctima obrera.
Pero también la información podría transmitirse como “una máquina se los cortó” o bien opinar (como la burocracia y la patronal) que “esto pasa por prestarse a manejar máquinas que no están en condiciones”.

¿ Qué es lo que hay detrás ?; ¿Por qué sucedió?

La compañera Caty Balaguer, en la asamblea que se armó espontáneamente en la planta, dio una pelea durísima contra la burocracia y la patronal. Su moción fue atacar el problema de raíz, proponiendo “elegir en cada sector representantes para constituir una Comisión de Seguridad e Higiene independiente de la patronal, reconocida por el sindicato y con plenos poderes para decidir en primer lugar sobre los ritmos de producción que son la causa de todos los ‘accidentes’.”

Caty también denunció que los trabajadores contratados son utilizados por la patronal como mano de obra barata y ni siquiera tienen el derecho de enfermarse ni accidentarse.

“Hay varios casos en los cuales se han accidentado -expresó- y ni siquiera reciben la elemental atención médica que tenemos los efectivos. Del departamento médico de PepsiCo los mandan directamente a la casa. Con el argumento de que si los atienden y les dan más de tres días de licencia por enfermedad o accidente, la empresa los hecha. ¡Cínicos!... Multinacional negrera que se jacta de ser ‘el lugar preferido para trabajar’.”

La patronal no sabe de humanidad. En cambio sabe (y mucho) de engaños, robos, maniobras e hipocresía.

Es que los capitalistas sólo saben de ganancias y beneficios. Para ellos sólo se trata de extender y profundizar sus privilegios y buena vida.

Entonces: ¿cuánto vale la vida de un obrero para un patrón?

Poco y nada. Un número. Sangre barata. Brazos funcionales; cuerpos desechables.