Desde la década del ’90 se han sancionados varias leyes del trabajo que estimulan y le dan un marco legal a la precarización laboral, si bien no son la única causa. Como se grafica en el cuadro N°1, se fueron introduciendo en la legislación, los comunmente conocidos “contratos basura”. Así de tal manera, lo que antes era una excepción, los contratos, se convirtieron en regla y lo que antes era la norma, el contrato de trabajo por tiempo indeterminado, se transformó en excepción.
 Desde hace ya unos meses, los principales diarios han llenado sus páginas reflejando en ellas la alarma del empresariado por la denominada “contrarreforma laboral”. Distintas cámaras empresarias han dictado comunicados expresando su disgusto por la reformas que se vienen dando en materia laboral, tanto por los fallos judiciales como por los proyectos de ley del Diputado Héctor Recalde (ver cuadro N°2).
Como se puede apreciar estos proyectos, que incluso han sido tildado de setentistas por el empresariado, no modifican lo sustancial de la flexibilización laboral, dejando en pie todas las leyes dictadas en los ’90.
Pese a ello, producto de la negociación con los empresarios locales llevada adelante en el Congreso de la OIT y de las “garantías” que Kirchner ofreció a los inversores extranjeros en su viaje a España, estos proyectos se han desacelerado, en post de preservar la “seguridad jurídica”.
El 15/06 con respecto al tema el Ministro Tomada declaró a Infobae: “No hay razones que justifiquen la apertura de nuevos frentes con el sector empresarial, introduciendo cambios en la reglamentación vigente, que no son vistas por ellos con buenos ojos”.


En consonancia con ello Héctor Recalde, al regreso de Ginebra, en un debate con el abogado De Diego (representante entre otros de la firma Zanon y Pepsico) declaró: “no exageren, no existe un paquete de reforma laboral. Hay sólo proyectos, el ritmo será lento, gradual y progresivo, apuntan a armonizar la LCT con los cambios jurisprudenciales que se vienen dando en materia laboral.” Y remató: “todo en su justa medida y armoniosamente”2.
Debemos agregar que estas tibias reformas sólo benefician a un pequeño sector de los trabajadores (como ya denunciamos en números anteriores), y que la burocracia sindical, de la cual en muchos casos Recalde es asesor, es cómplice de la flexibilización ya que la deja pasar en las empresas.

1 Existen otros de menor significancia aún.
2 Clarín, 15/6.