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LA VERDADERA LEY DE LOS MEDIOS

Del ocultamiento de las luchas a la campaña del “caos”

El “caos de los piquetes” y el “clima social recalentado” son las actuales muletillas de los medios como respuesta a la emergencia de la clase trabajadora, a la que intentan separar del apoyo manifestado por la población. La inseguridad y la mano dura perdieron peso en los últimos tiempos, pero los medios aprovechan las medidas de acción en las calles extendidas por los trabajadores despedidos de Terrabusi y los estudiantes que se solidarizan con ellos para volver a la carga con sus exigencias de orden y control.

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1ro de octubre 2009

El “caos de los piquetes” y el “clima social recalentado” son las actuales muletillas de los medios como respuesta a la emergencia de la clase trabajadora, a la que intentan separar del apoyo manifestado por la población. La inseguridad y la mano dura perdieron peso en los últimos tiempos, pero los medios aprovechan las medidas de acción en las calles extendidas por los trabajadores despedidos de Terrabusi y los estudiantes que se solidarizan con ellos para volver a la carga con sus exigencias de orden y control.

Las declaraciones se atraviesan todo el arco político y mediático, desde las expresiones más fascistas encarnadas por C5N, hasta la propia presidenta, pasando por los grandes diarios. “Piquetes: una historia sin fin”, machaca el canal de Daniel Hadad mientras entrevista a algunos taxistas que piden que la situación sea resuelta de una buena vez. Respondiendo a las críticas que la oposición y los monopolios mediáticos le hacen por no poder “manejar la situación”, Cristina acaba de manifestar en Córdoba que hay que terminar con los piquetes y las medidas de protesta que impiden “que el otro circule, que el otro estudie, que el otro trabaje”.

La pelea intercapitalista entre el gobierno y los monopolios comunicacionales lleva a estos últimos a denunciar los hechos de corrupción del kirchnerismo y a poner en primera plana “el escándalo de la pobreza”. Aprovecharon incluso la brutal represión a los obreros y obreras de Terrabusi del viernes 25, acusando al gobierno de ser incapaz de solucionar el prolongado conflicto de la empresa de Pacheco.

Clarín y La Nación descubren que hay una realidad “al margen de los carriles institucionales” (Van Der Kooy, 30/09) y afirman que con estos niveles de inflación y pobreza “había que esperar un recalentamiento social” (Pagni, 26/09). Los escribas de la burguesía no hacen más que desnudar el cinismo desplegado por su periodismo “independiente” cuando buscan torcer el humor social cada vez más a la derecha.

Se escandalizan y llenan las pantallas de pobres, mientras facturan los millones que Kraft desembolsa en auspicios a cambio del silencio sobre el conflicto. Durante semanas sólo difundieron los comunicados de la UIA que reclamaban el “orden”, el desalojo de los ocupantes de la planta y reprimir los cortes de Capital.

La lucha también es por los medios

Si los obreros que hoy son despedidos dispusieran de los mismos minutos de televisión y los mismos centímetros de papel que los empresarios para poder denunciar los ataques que, como lo demuestra Kraft, se descargan sobre las espaldas del conjunto de la clase trabajadora, los piquetes y cortes de calles realizados para conmover a la opinión pública ante el ocultamiento de la dictadura mediática, disminuirían considerablemente. Lo que aumentaría, eso sí, es la comprensión por parte del conjunto de la población de quiénes son los responsables de la misma pobreza y miseria que los grandes medios denuncian escandalizados.

Hoy los obreros de Terrabusi saben que sus medidas de lucha preocupan a las patronales, los burócratas y el gobierno porque justamente lograron romper el cerco mediático que los diarios, los canales y las radios, financiados por los millones de la propia Kraft, les imponían. Luego de semanas de lucha, sin ser escuchados ni atendidos por las cámaras y los micrófonos, las medidas de bloqueo de la Panamericana, junto a la solidaridad de los estudiantes que hicieron cortes en el centro de Capital, lograron que la atención de los medios se enfocara en sus reclamos. Sin esas acciones directas no hubieran sido escuchados, y mucho menos hubieran estado allí las cámaras en vivo el día de la represión.

Los hechos protagonizados por estos obreros y obreras se hicieron eco en varias ciudades. En los últimos días decenas de reclamos se extienden en todo el país, cortando calles y rutas.

Lo que preocupa a las clases dominantes no es que con estas medidas se “impida el ejercicio de derechos de otros ciudadanos”, como repiten los medios y hasta reafirmó la misma presidenta, sino que sigan aflorando los reclamos de los trabajadores que son despedidos y suspendidos (226 mil empleos menos en el segundo trimestre del año). Tomando al conflicto de Terrabusi como caso testigo, la UIA, la AEA y los medios apuestan ahora a la más feroz demonización de cualquier medida de lucha y reclamo. Y el gobierno dejó en claro que para él también Terrabusi es un caso “testigo”, aportando las fuerzas represivas para defender los intereses y la propiedad de los capitalistas.

Todas las organizaciones en lucha deben exigir los micrófonos, las cámaras y las páginas de los diarios para ejercer su verdadero “derecho a réplica” frente a los ataques y las mentiras que los capitalistas ejercen sobre sus luchas y reclamos. Si algo queda claro en la situación actual es que los medios de comunicación en manos de los trabajadores podrían convertirse en poderosos instrumentos para su liberación. La lucha, entonces, también es por los medios.

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