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LA EPIDEMIA ALCANZA A MAS DE 40.000 PERSONAS

Dengue y cambio climático

Las condiciones climáticas son un factor fundamental para la vida de la sociedad; tanto que sus ritmos se suelen naturalizar y olvidar su necesidad vital. Pero el cambio climático y las modificaciones ambientales vienen desarrollándose desde hace tiempo, y desastres como la actual epidemia se potencian junto a la pobreza. Bajo el capitalismo estas combinaciones se agudizan mucho más.

Hugo Echeverre

16 de abril 2009

Las condiciones climáticas son un factor fundamental para la vida de la sociedad; tanto que sus ritmos se suelen naturalizar y olvidar su necesidad vital. Pero el cambio climático y las modificaciones ambientales vienen desarrollándose desde hace tiempo, y desastres como la actual epidemia se potencian junto a la pobreza. Bajo el capitalismo estas combinaciones se agudizan mucho más. Poco y nada le importa al capital lo que ocurre por fuera de su tasa de ganancia; menos prevenir y planificar sobre la salud del pueblo trabajador. La primacía del valor de cambio sobre los valores de uso; el predominio de la explotación del trabajo junto a la expoliación de la naturaleza, niegan cualquier posibilidad.

Un mundo de sensaciones

Poco se puede negar el aumento de la temperatura. “Cada vez hace más calor”; “el verano se alargó”; “tenemos un clima tropical…”. Muchos especialistas coinciden con las sensaciones populares. Los capitalistas que se ponen a fabricar aire acondicionados que enfrían para adentro mientras calientan hacia fuera las ciudades y siguen tirando freón al aire (gas refrigerante), uno de los principales gases del efecto invernadero. Pequeño ejemplo de irracionalidad. “El capital vive al día -dice Daniel Bensaid1-, en la inmediatez del goce y la despreocupación del mañana (…) Así, el mercado no satisface las necesidades, sino la demanda”. La partida presupuestaria del Gobierno destinada a Salud ronda los 4700 milones de pesos. El esquema de subsidios y compensaciones ideado para salvar a los empresarios asciende a más de 30.000 millones. La asistencia para prevención del Gobierno hacia Charata (Chaco) fue de 30.000 pesos.

“Tendremos la epidemia que el mosquito quiera”

El aumento de calor extiende sobre varias zonas del país un clima subtropical, creando condiciones para la proliferación de los mosquitos, vectores de la transmisión de enfermedades como el dengue o la fiebre amarilla. A la vez, alarga los meses de su actividad al modificar los ritmos de las estaciones y hacer todo un poco más caluroso. Según estudios del CONICET2 de octubre del 2005, el calentamiento se desplaza de norte a sur de forma creciente, con un aumento promedio que ronda los 2,5° C; con picos en el Noroeste de 5° C. En este sentido, recuerda el escritor ambientalista y profesor de la UBA y UP, Antonio Brailosvky: “en el siglo XIX tuvimos una epidemia de fiebre amarilla, donde el vector es el mismo mosquito que transmite el dengue. Esto fue en 1871, entre enero y febrero, y en marzo el mosquito ya no estuvo activo. Más de un siglo después, en abril, el calor crece y el mosquito sigue activo. Se van a necesitar años de trabajo para volver a ser un país libre de dengue como en lo éramos en los ‘60. Este año está perdido; tendremos la epidemia que el mosquito quiera”.

Deforestación, precipitaciones y pobreza

Otra de las causas poco difundidas que potencia la proliferación del dengue es la extensión de la frontera agropecuaria a partir de las deforestaciones. Además de la quema de lo arrasado, que emite un poco más de CO2 al aire (ver recuadro), trasforma los ecosistemas, modificado la biodiversidad, formando nuevas zonas húmedas. “Además de la influencia directa de la temperatura sobre la biología de los vectores -explica la OMS3- , la modificación del régimen de precipitaciones puede tener también efectos a corto y largo plazo sobre los hábitats de los vectores. El aumento de las precipitaciones puede incrementar el número y calidad de criaderos de vectores tales como mosquitos, garrapatas y caracoles, así como la densidad de vegetación, influyendo en la existencia de lugares donde posarse”. En la Argentina, el avance indiscriminado del monocultivo de soja, implica la destrucción de millones de hectáreas de bosques nativos. Esto produce mayores precipitaciones e inundaciones, golpean principalmente sobre los asentamientos populares; mutando desastres y terribles trastornos sociales. Los desmontes más intensos se vienen produciendo en regiones de la provincia del Chaco, Salta y Santiago del Estero. En el Noroeste se concentra la mayor desgracia de la actual epidemia del dengue, y se focalizan los más altos niveles de pobreza, llegando casi al 30% de la población.

“El dengue vino para quedarse”

El Gobierno declaró ante la tragedia que el dengue vino para quedarse. Cuando la situación de los pueblos se torna trágica, la desidia capitalista intenta naturalizar los desastres. A. Brailovsky, opina: “Estamos agravados por una gran imprevisión. El cambio climático extiende las zonas del mosquito y si a esto se agrega que las zonas donde vive tradicionalmente no han sido objeto de ningún control, se suman efectos y los problemas se potencian. Argentina había sido un país libre de dengue. ¿Qué sentido tiene esto ahora? Lo mismo que está ocurriendo con los nivelesde pobreza, ocurre con el cambio climático (…) Este gobierno no tiene funcionarios idóneos en áreas muy importantes. Y así como el menemismo aportó a la extensión de la corrupción, el kirchnerismo ha hecho lo suyo extendiendo la falta de idoneidad. Cualquier persona puede ocupar cualquier cargo aunque no tenga la menor idea del tema que trata”.


Días calurosos

El Conicet sobre el aumento de temperatura

El cambio climático es consecuencia del efecto invernadero provocado principalmente (casi en un 60%) por la emisión desontrolada de dióxido de carbono (CO2). Este gas se produce al quemar combustibles como el petróleo, el carbón, etc. Los lugares de emisión van desde los autos y la generación de electricidad; como de las fábricas y empresas en manos de los capitalistas; base del actual régimen de propiedad y producción.

Las grandes chimeneas se concentran en los países imperialistas y en China. En la Argentina, según el CONICET, se estima que a partir del año 2005 el aumento de la temperaturas en el Noroeste del país (en valores anuales) alcanza los 5,0° C, región que comprende las provincias de Misiones, Entre Ríos, Corrientes, Formosa, Chaco, Santiago del Estero, norte de Santa Fé y de Córdoba. Los cambios proyectados para la Provincia de Buenos Aires están entre los 2 y 2,5° C.


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