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Debates

El Partido Comunista quiere una nueva centroizquierda

1ro de julio 2004

El Partido Comunista quiere refundar la centroizquierda argentina, dejando atrás su alianza de muchos años con el MST, la Izquierda Unida, o en el mejor de los casos transformar a este frente en un sector más de su nuevo proyecto político. IU ha fracasado como maquinaria electoral tras los magros resultados en los dos últimos comicios nacionales. Así, en un suplemento de Propuesta publican un documento político del Comité Central (20/5) titulado “Es urgente construir un frente opositor al neoliberalismo y el imperialismo”. En su prensa del 24/06/04 avanzan en darle un modelo concreto a su nueva propuesta frentista, presentando como la marcha “Hacia una nueva alternativa política” a la convocatoria -en Rosario- del “Llamamiento de los 100 para seguir viviendo” a crear un nuevo espacio político. El documento de la misma dice querer “una nueva dirigencia para construir una nueva nación” pues “las expectativas del inicio de la gestión del presidente Kirchner (contra las leyes de impunidad, respeto de los derechos humanos, por la depuración de la justicia, etc.)” no se corresponden con el rumbo actual del gobierno. Entre los firmantes están, además del PC, Hermes Binner -el transversal y socialista ex intendente de Rosario-, el cura Daniel Siñeriz, la Federación Agraria Argentina, el IMFC, la Iglesia Metodista, la Comunidad Islámica, el Centro Cultural Israelita, el ARI y los socialistas, entre otros.

Frente muy, pero muy amplio

Para el Comité Central del PC hay que “unir a la izquierda revolucionaria entre sí y con la reformista, y a todos con la centroizquierda a fin de sentar las bases de una alternativa política”. Esta unidad tendría el fin de “frenar la ofensiva de las derechas”. Pero si uno escarba entre los aliados del “espacio político alternativo” del PC, se destacan entre ellos la presencia –junto al arco iris religioso- del kirchnerismo transversal, a través de Binner y los socialistas y el centroizquierda gorila del ARI, ambos viejos aliados desde los tiempos de la Alianza. Oposición “al neoliberalismo y al imperialismo” proclama el PC. Pero ninguna política antiimperialista puede surgir de la unidad con los transversales que defienden a un gobierno que votó el envío de tropas a Haití y apoyó la guerra terrorista de Bush. Tampoco un frente para “frenar la ofensiva de las derechas” puede tomar cuerpo con quienes condenan al movimiento piquetero -por responder a las provocaciones- y piden la recomposición de la autoridad del estado, como hace Elisa Carrió. Los transversales y Carrió son en parte protagonistas de la derechización, son la cobertura progresista del viejo régimen. Una alianza así como predica el PC, con estos integrantes, no sería siquiera de oposición al gobierno.

"Cambiar la agenda de debates”
Para “frenar la ofensiva de las derechas”, dijimos, que el PC nos invita a aliarnos con el progresismo gorila y el transversal. En lugar de “ganar las calles” contra las intentonas represivas, arrancar a los sindicatos de su alianza con el gobierno y movilizar contra la campaña reaccionaria –y la política antipiquetera del mismo gobierno K- el PC llama a luchar por “cambiar la agenda de debates” (¡!) para poner en el centro la discusión la redistribución de la riqueza, la anulación de las privatizaciones y el fin de la impunidad. Cualquier similitud en este planteo con D’Elia, la CTA y el PC no es pura coincidencia. ¿Pero a quién hay que cambiarle la agenda de debates? A la sociedad, claro está, hay que disputar hegemonía ¿Postulando a la clase obrera como fuerza dirigente en la lucha contra el gobierno? (¡válgame Codovilla! exclamaría algún viejo afiliado en los pasillos del Comité Central) Claro que no. Llamando a reconstruir a la centroizquierda como una “fuerza opositora” a la agenda de los “fundamentalistas” del neoliberalismo (así los llama el PC). Poco importa que Kirchner haya optado claramente por los mandatos de imperialismo y el FMI por propia voluntad y no por las presiones del establishment, al que –dicho sea de paso- sirve con gusto.

¿Es el PC antikirchnerista?
La pregunta corresponde. Teniendo en cuenta que el PC no llama a un frente contra K, y que además, en su práctica, ya hay una orientación de conciliación con el gobierno en muchos aspectos. Por ejemplo, la votación de la anulación de las leyes de impunidad, cuando –junto al MST- acordaron con el PJ que Patricia Walsh retire su proyecto a favor de una iniciativa común con los diputados peronistas (votación utilizada por K para fortalecer su imagen de hombre de los derechos humanos). También cuando Walsh votó al duhaldista Camaño en la presidencia de la Cámara de diputados. O más recientemente cuando la misma diputada bregó en un acto público –en el pico de la lucha de los docentes puntanos- por la intervención federal de la provincia de San Luis. En el terreno de las alianzas, esta orientación ya se viene expresando en las últimas elecciones del 2003, donde el PC y el MST constituyeron la alianza electoral con el Partido Socialista de la provincia de Buenos Aires, pese a que dicha agrupación es parte del gobierno de Ibarra en la Capital.

Izquierda Unida, una cáscara vacía
Si el PC se mantiene en Izquierda Unida no es por otra cosa que por la necesidad de una cobertura por izquierda a su nuevo proyecto. El PC –dentro de la izquierda- busca liquidar la posibilidad de una posición política independiente de la izquierda revolucionaria y los trabajadores, a favor de las posiciones reformistas y centroizquierdistas. Refundar una centroizquierda es su verdadero objetivo.
El MST -su aliado en IU- a su vez viene legitimando y permitiendo la recomposición del Partido Comunista y su estrategia, hace ya mucho tiempo. Para el PC, la realidad de IU es solo formal, quiere un Frente Amplio, tan amplio como para que quepan hasta los kirchneristas. Para el MST su alianza con el PC, tiene un valor estratégico. Tanto es así que ninguno de sus sectores internos cuestiona esta alianza. Peor aún, se aferran a ella, que es un salvavidas de plomo, a costa de seguir una senda reformista.
La construcción de una izquierda obrera y socialista, tiene que estar guiada por la lucha política más encarnizada contra el peronismo, la burocracia sindical, la centroizquierda e impulsar la lucha y la movilización obrera y popular contra el gobierno, la unidad debe estar orientada a conquistar la independencia de clase de los trabajadores. Los militantes del MST (y del PC) que se reivindican luchadores de la clase obrera tienen que decidir. O luchar por una herramienta política de los trabajadores o por seguir al PC en su proyecto centroizquierdista.

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