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El gobierno esconde 6 millones de pobres

1ro de marzo 2007

La cantidad de pobres surge de calcular el número de hogares que perciben un salario inferior al precio de la canasta básica total. Esta canasta se compone de datos provistos por el Indice de Precios al Consumidor (IPC). Al truchar este índice, la cantidad de pobres resultante, fue sensiblemente inferior. Especialistas de la CTA denunciaron que el valor de la canasta de pobreza hubiera ascendido a $922,80 y no a $914,30 como anunció el INDEC de la mano de la interventora Beatriz Paglieri.
Pero la tarea de esconder la pobreza no se limita a la manipulación actual sino que viene de larga data. La metodología utilizada por el INDEC tiene serios problemas que afectan a medir correctamente este drama en toda su magnitud. Esta metodología fue impuesta por el gobierno de Menem-Cavallo. Más precisamente, por el economista de derecha, el ex Secretario de Programación Económica Juan José Llach. Desde entonces, nada se ha hecho para que esta metodología se modifique. Kirchner, por su parte, se aprovecha de ella para no medir cuántos pobres hay realmente y como vimos, desde que ha intervenido el IPC, los cambios son para distorsionar aún más la medición. 
 
¿Cómo miden la pobreza?
 
• El patrón de consumo está desactualizado, porque se basa en información de hace 20 años atrás (Encuesta de Gasto 1986/87). Tengamos en cuenta que desde la década del ’90, cuestión que se profundizó con la crisis y recesión de 2001, hubo importantes cambios en el consumo de la población. Por ejemplo, los sectores más pobres destinan la mayoría de sus ingresos al consumo de alimentos. 
 
• La metodología no cuenta con canastas de pobreza e indigencia regionales. Las que se emplean surgen de ajustar la canasta básica alimentaria del Gran Buenos Aires por precios regionales. Por lo tanto no se tienen en cuenta los hábitos de consumo de las distintas regiones, que pueden ser más calurosas o más frías. 
 
• La metodología se basa en una tabla de necesidades energéticas mínimas que necesitaría un ser humano para vivir con pleno desarrollo de las capacidades humanas. Argentina tiene el triste honor de ser uno de los países de Latinoamérica donde se considera la menor cantidad de kilocalorías –2700- (ver Documento de trabajo N° 3, INDEC/IPA). En Chile consideran que deben ser 2808 y en Uruguay 3097. La trampa está en que la cantidad de kilocalorías se relaciona directamente a la de alimentos y en consecuencia a la cantidad de dinero para adquirirlos: cuanto menor sea, menor será el número de pobres. 
 
• No se consideran las diferencias particulares que puedan existir con respecto a rubros como educación o salud, teniendo en cuenta que no es lo mismo que haya hogares que tengan presencia de menores que van a la escuela o personas mayores que necesitan más remedios.
 
• No se toma en cuenta el gasto en alquiler que deben afrontar los hogares no propietarios de vivienda.
 
Actualizar la canasta básica total que mide la pobreza, incluso tomando en cuenta metodologías más actuales que el INDEC tiene –pero que no utiliza– implicaría según dice la CTA que en lugar de 11 millones de pobres como se registra actualmente, habría 15,4 millones. En vez de alcanzar al 31% de la población, la pobreza llegaría al 39%. Además, según un estudio del IDEP si se considerara un nivel de gasto en alquileres para todos los hogares que sean inquilinos, la pobreza pasaría al 44%, y los pobres serían más de 17 millones.

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