Contra la mentira de los Kirchner y Guillermo Moreno en el INDEC, el reclamo de un “sinceramiento” de la inflación –que es presentado por la oposición como una “causa nacional”– en realidad, esconde distintos intereses patronales. Los financistas de Wall Street quieren “sanear” los índices para ajustar el valor de los bonos de la deuda que tienen en su poder. Los de las empresas privatizadas, para justificar un aumento de tarifas. Las patronales del campo, para pedir una baja mayor en las retenciones a las exportaciones de soja. Los industriales de la UIA quieren un “INDEC confiable” para allanar el camino a una nueva devaluación del peso que les devuelva la “competitividad” del “dólar alto”. Todos están de acuerdo en darle un golpe a nuestros bolsillos.

Hasta el hiperoficialista Hugo Moyano de la CGT criticó el índice. Pero como a él le corresponde negociar salarios aclaró inmediatamente que “tampoco es del 30%” cuando ya en lo que va del año, los productos de la canasta básica alimentaria, a donde va el grueso de nuestros salarios, subió el 13,6%. Lo mismo que las patronales, quieren “blanquear” un índice intermedio entre la inflación trucha y la real, para volver a poner un techo salarial por debajo del aumento de precios, como todos estos años.

Como dicen los trabajadores clasistas del INDEC: ni con Moreno ni con los bonistas y la oposición patronal. Por un INDEC dirigido por los trabajadores y técnicos al servicio de las necesidades populares. Reclamemos un salario equivalente a la canasta familiar indexado mes a mes, una escala móvil de salarios, el fin del trabajo en negro y la reapertura de las paritarias con delegados elegidos en asambleas.