La emergencia de una nueva generación de mujeres dispuestas a la lucha no es sólo privativa de nuestro país. En Honduras, contra el golpe de empresarios y militares que fue apoyado por la cúpula de la Iglesia, también ha emergido una amplia y heroica resistencia donde las maestras que paralizaron las escuelas durante varias semanas, las mujeres campesinas e indígenas que participan de los cortes de carreteras, las jóvenes estudiantes y las activistas reunidas en “Feministas en Resistencia”, jugaron un rol fundamental. La solidaridad se extendió a través de los grupos de mujeres de todo el continente que se pronunciaron, se movilizaron a las embajadas, enviaron apoyo.

Por eso, junto con nuestras hermanas de P˜ão e Rosas (Brasil) y Pan y Rosas – Teresa Flores (Chile), proponemos sumar esfuerzos en la construcción de un movimiento de mujeres anticapitalista, socialista y revolucionario en América Latina. Porque creemos que sólo la revolución social encabezada por millones de trabajadoras y trabajadores en alianza con el pueblo pobre y todos los sectores oprimidos por este sistema, que acabe con las cadenas del capital, puede sentar las bases para la emancipación de las mujeres. No pedimos ¡exigimos!, nuestro derecho al pan, pero también a las rosas.