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Derechos Humanos

EXTRACTOS DE LOS ALEGATOS DE LA QUERELLA

Exigimos que se lo condene por genocidio

Entiende esta querella unificada que los delitos que aquí se juzgan…, fueron parte de un proceso más amplio que vivió la Argentina, un plan sistemático, ya probado y cuyas consecuencias planificadas de impunidad alcanzan al día de hoy y tienen como resultado no sólo las amenazas a testigos, abogados y jueces, sino la desaparición de Jorge Julio López, hasta la fecha impune.

11 de octubre 2007

Myriam Bregman, CeProDH

“…Vamos a alegar en representación de una querella unificada, integrada por: 7 víctimas y familiares de víctimas, 30 querellantes particulares y 8 organismos de derechos humanos. Alegaremos…Myriam Bregman, del CeProDH, Elea Peliche, de la Asociación de Ex Detenidos Desparecidos, Guadalupe Godoy, de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, Liliana Mazea, de FIDELA, Liliana Molinari, del CODESEDH y Verónica Bogliano, de HIJOS La Plata.

Entiende esta querella unificada que los delitos que aquí se juzgan…, fueron parte de un proceso más amplio que vivió la Argentina, un plan sistemático, ya probado y cuyas consecuencias planificadas de impunidad alcanzan al día de hoy y tienen como resultado no sólo las amenazas a testigos, abogados y jueces, sino la desaparición de Jorge Julio López, hasta la fecha impune.

Por ello, en base a nuestras profundas convicciones y manteniendo la plataforma fáctica, venimos a solicitar un cambio de calificación. Exigimos que a Christian Federico Von Wernich se lo condene por el delito de genocidio.

(…) un genocidio que se llevó a cabo como parte de un proyecto económico, político y social que tenía como objetivo cambiar la estructura del país, disciplinar y aumentar la explotación de la clase trabajadora, muestra de lo cual es que a un año de implantada la dictadura de Jorge Rafael Videla y su ministro José Alfredo Martínez de Hoz, los salarios reales sufrieron una de las mayores caídas de la historia nacional. Esto, a la vez que al mismo ritmo se redoblaban las ataduras con los países imperialistas. En pos de ese objetivo es que las FF.AA. y de Seguridad, auspiciadas y alentadas por parte de otros sectores como el gran empresariado y la Iglesia, se hicieron del poder del Estado para aniquilar a otro grupo nacional.

En este sentido, la historia familiar que relató la testigo Estela De la Cuadra es una terrible muestra de este apoyo civil. La Sra. de la Cuadra relató que su hermano Roberto José De la Cuadra, era obrero de YPF y “fue denunciado por el sindicalismo prodictatorial de la época” (…).

También testimonió cómo su madre recurrió a la Iglesia en busca de su otra hija desaparecida, Elena de la Cuadra, y fue recibida por Monseñor Emilio Grasselli, quién recibía a los familiares de desaparecidos en la Iglesia Stella Maris, sede del Vicariato Castrense. El en la segunda entrevista que tienen, demuestra haber tomado conocimiento que Elena, detenida desaparecida, estaba embarazada, siendo que ello no había sido mencionado en la entrevista anterior por la mamá. La testigo reconoce que más bien el rol de Graselli fue contenerlas y orientarlas para otro lado. Dijo con una frase que emocionó a todos “uno va despacito reconstruyendo, dado el silencio de ellos”… y preguntó “¿sigue Christian Von Wernich siendo sacerdote? ¿no sabe nada eso Jorge Bergoglio?”, exigiendo respuesta así al actual Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina.

(...) hemos sido muy críticos de cómo llega a esta instancia el presente proceso, de esta administración de justicia en cuentagotas, parcializada, distorsionada, tan es así que lo hemos encuadrado como parte de la nueva construcción de impunidad.

(…) Surgió claro de este debate el involucramiento institucional de la Iglesia Católica argentina, en la actividad de sus miembros en los campos de concentración. Las declaraciones de apoyo y justificación le dieron un marco al régimen genocida, que para legitimarse y ganar consenso social basó su discurso en la “occidentalidad cristiana”, cuya defensa planteó como eje de su “misión”, de su “cruzada”. (…).

Entonces, Sres. Jueces, subversivo era aquel que desafiaba a la “occidentalidad cristiana”.

(…) La actitud de la mayoría de los Obispos y la influencia de la cúpula de la Conferencia Episcopal decidieron la posición de la institución frente al terrorismo de Estado instaurado por la dictadura militar.

Rubén Capitanio, (...) refiriéndose a los obispos de la época de la dictadura relató (...): “De casi 80, sólo 4 o 5 eran excepciones. Los demás tenían una prudencia muy parecida a la cobardía”. Él también decía cuando tuvimos la oportunidad de recibir su testimonio: “el 14 de mayo de 1976 el Episcopado saca el primer documento haciendo mención a los detenidos desaparecidos y pidiéndole a la dictadura; bastante vergonzoso para la Iglesia porque era como pedir un favor, que se fuera suavizando, los crímenes no se suavizan”. Por eso, concluía, “La actitud de la iglesia fue escandalosamente cercana a la dictadura, con un grado de complicidad pecaminosa”.

(…) Tal era el papel asignado a la institución en el plan que ni siquiera vacilaron en avalar y acallar la desaparición, el asesinato, la tortura, el sometimiento a los vuelos de la muerte, de miembros de la propia Iglesia como es el caso la Masacre de San Patricio, o las mojas francesas Leonie Duquet y Alice Domon (...), del obispo de San Nicolás Carlos Horacio Ponce de León, de los sacerdotes Carlos y Gabriel asesinados en el Chamical, del Obispo Enrique Angelelli, de quién aún en la actualidad un documento oficial de la Iglesia sigue hablando de que “encontró la muerte en el camino”, usando un eufemismo para dar cuenta del brutal asesinato.

(…) Monseñor Carlos Mariano Pérez, en enero de 1984 sostuvo “Hay que erradicar a las Madres de Plaza de Mayo. Sin duda pensaría evangélicamente en la utilización de Cámara de gases”. Una de esas Madres estuvo aquí como testigo. María del Rosario Cerruti, (...) nos contaba cómo las Madres volvían llorando de sus entrevistas con el Monseñor Grasselli. Sres. Jueces, que esas lágrimas no hayan caído en vano, que se condene a Christian Federico Von Wernich por genocidio es parte de esa reparación histórica.

Hoy las cenizas de otra madre, de Azucena Villaflor, están en la Plaza de Mayo acompañadas de un cerámico que hicieron hace pocos días los obreros de la fábrica recuperada Cerámica Zanon, donde exigimos, otra vez, la aparición con vida ya de un compañero, de Jorge Julio López.


Guadalupe Godoy, Liga Argentina por los Derechos del Hombre

“El genocidio no habría sido posible sin la participación de instituciones civiles”

Guadalupe Godoy se refirió al “rol legitimador del exterminio” que durante años desempeñó Von Wernich. Y señaló “El papel de Von Wernich era de inteligencia y producción de tortura” enfatizando “el genocidio no habría sido posible sin la participación de instituciones civiles”.

Asimismo denunció que ese plan criminal sigue vigente y la desaparición de Jorge Julio López. “Esa silla vacía de López está ocupada por certezas”. Pero recalcó: “No se logró el objetivo. López es, también, la certeza de la necesidad de nuestro pueblo de poner fin a la impunidad”.


Liliana Molinari de CODESEDH

“El hecho más doloroso que pesa sobre nosotros”

“Reafirmamos nuestra solicitud en el cambio de calificación (...) respondiendo de manera acabada y satisfactoria al reclamo de una sociedad que, luego de 30 años de lucha en pos de hacer efectivo su derecho de acceso a la verdad y la justicia, merece el más amplio reconocimiento a sus derechos (...) fortaleciendo los aspectos reparatorios frente a los más aberrantes delitos cometidos en el marco del terrorismo de Estado (...), cuyas heridas, aún hoy, permanecen abiertas en el seno de la sociedad, traducido en el hecho más doloroso que hoy pesa sobre todos nosotros: la ausencia en este recinto de nuestro compañero Jorge Julio López (...)”.

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