LA HUELGA DE SUBTE PERFORÓ EL TECHO SALARIAL DE LA PATRONAL Y EL GOBIERNO

La resolución del conflicto a favor de los trabajadores del Subte ya disparó el alerta en la burguesía argentina, Clarín del 13 de febrero lo anuncia en tapa: “Salarios: Buscan encauzar las negociaciones” “Preocupados por la dimensión que alcanzó la semana pasada el conflicto gremial en los subterráneos, el Gobierno, la CGT y la UIA apuran la firma de un acuerdo que ponga marco a la discusión salarial”.
La patronal y el gobierno en colaboración con la burocracia sindical no querían que las discusiones salariales superaran el 20% conseguido por Telefónicos hace unos meses atrás.
Si comparamos lo obtenido con la lucha por el Cuerpo de Delegados y los trabajadores del Subte, con los $150.- no remunerativos conseguidos por la UOM, esta huelga, no solo perforó el techo salarial, sino que también muestra otra enseñanza para los trabajadores: que hay otra manera distinta de pelear a la que nos propone la burocracia. Que se puede ir por más y triunfar, pero para ello es fundamental que los nuevos Cuerpos de Delegados, las nuevas direcciones, se apoyen en la democracia directa, en las asambleas de base que es donde los trabajadores se fortalecen para la pelea, no en los acuerdos y negociaciones de la burocracia. Cualquier trabajador de base hoy debe estar sacando la conclusión que los del Subte ganaron peleando y que los dirigió el Cuerpo de delegados, mientras que con la burocracia “perdemos, siempre perdemos”.
Debemos pelear en todo el país, en todos los gremios, por aumento de salarios, como hizo el Subte. 

LENTA, PERO SOSTENIDA RECOMPOSICIÓN DEL MOVIMIENTO OBRERO

El Cuerpo de Delegados como tal, con las distintas alas que lo componen, se ha convertido por las luchas del 2004 (donde consiguieron las 6 horas para todos y 500 nuevos puestos de trabajo, pararon la instalación de las expendedoras de boletos) y ahora con el resonante triunfo salarial en una dirección reconocida por los trabajadores y la vanguardia. Tienen el desafío y la autoridad para convertirse, junto a otras experiencias de nuevas direcciones como los ferroviarios de Haedo o Victoria, o los ceramistas de Zanon, en referentes del reagrupamiento que tiene planteado la vanguardia obrera en nuestro país.
En la huelga, como hacen los compañeros en Zanon, abrieron la discusión con todas las organizaciones obreras y de izquierda que se solidarizaron para analizar las perspectivas del conflicto y como algunos delegados reconocen, muchas de las ideas las tomaron de esas reuniones. Esto les permitió aparecer en la conferencia de prensa del Bauen rodeados de organizaciones obreras, desocupados, la izquierda, como algo nuevo: un ala obrera antiburocrática y antipatronal, hablándole a los trabajadores de todo el país, con un claro discurso combativo y no corporativo. En síntesis, el Cuerpo de delegados y los trabajadores del Subte hicieron: paros contundentes y progresivos, anunciados con anterioridad al usuario por los medios y con afiches, y votados en asambleas; reclamaron paritaria pública abierta a los medios y apertura de los libros de contabilidad de Metrovías; se opusieron al aumento del boleto y los subsidios que recibe esta privatizada (¡$10.000 por hora!), reclamaron el derecho de ganar mejores sueldos aunque los suyos fueran superiores a la media; anunciaron que desconocerían la conciliación del Ministerio de Trabajo; reafirmaron las denuncias sobre la falta de seguridad en los trenes; se unieron a los trabajadores de la contratista TAYM; abrieron el cuerpo de delegados al activismo y a la base y también a quienes los apoyamos, y llegaron a decir que “si Metrovías pierde plata que se vaya que los trabajadores sabemos hacer funcionar el subterráneo”.
Estos días de huelga, que compartí - al igual que activistas de otros gremios- junto a los delegados y trabajadores, pude comprobar que en el Subte, también se ve una militancia obrera aguerrida, con avidez política, que me llevan a afirmar que están dadas las condiciones para conformar un polo alternativo de carácter nacional, que sea antiburocrático, antipatronal y antigubernamental, en una perspectiva clasista.
Estos elementos son los que reafirman lo que venimos sosteniendo desde el PTS, de que comienza a resurgir el movimiento obrero a nivel internacional y fundamentalmente a nivel continental. Allí están las huelgas y movilizaciones obreras en Italia y Francia. Las luchas en Bolivia, Argentina, Brasil, etc. Este resurgir no solo se expresa en luchas, también se expresa en reagrupamientos y en el surgimiento de sectores que rompen por izquierda con las conducciones oficiales de los sindicatos y de las centrales sindicales. Como por ejemplo CONLUTAS en Brasil, una Coordinadora Nacional de Lucha, que realizó un Encuentro paralelo al del Foro Social Mundial de Porto Alegre, a fines de enero, donde tuve la suerte de participar, junto a cerca de 1.500 representantes y trabajadores de 260 sindicatos y organizaciones gremiales brasileras, que se enfrentan al gobierno de Lula y a la subordinación de la CUT al mismo.
En Argentina resurge un nuevo movimiento obrero después de años de derrotas impuestas por la recesión, la alta desocupación, y las traiciones. El odio a la burocracia sindical es masivo, aunque no siempre tiene posibilidad de expresarse. La crisis de la burocracia se palpa, el rol de la UTA en la huelga de Subte, fue patético, Palacios anunciando el levantamiento de la huelga y se levanto ¡20 horas después! La derrota de Daer en las grandes fábricas de la alimentación, la de Pedraza en los Cuerpos de Delegados del Sarmiento y Mitre, la conquista de los Sutebas opositores o AMSAFE Rosario, el Cuerpo de Delegados por Sección del ARS, y tantos otros ejemplo. ¿No son síntomas del surgimiento y desarrollo sin prisa pero sin pausa de una alternativa de dirección? Que por ahora, obviamente, no puede derrotar a la burocracia en los grandes sindicatos porque es un fenómeno nuevo, pero donde la vanguardia obrera combativa se va ir forjando y debe apostar a que se desarrolle. En ese sentido el Encuentro de organizaciones obreras del 2 de abril convocado por los delegados del Subte, los ceramistas de Neuquen y otras organizaciones combativas es una gran oportunidad que no debemos desperdiciar. 
El apoyo de Kirchner a los empresarios, a la UIA y a la burocracia sindical plantea la necesidad de enfrentar esa política. Por lo tanto la crítica y enfrentamiento a Kirchner está íntimamente ligada a la lucha por mejores condiciones de vida para los trabajadores ocupados y desocupados. 
Para conseguir aumento de sueldos luchar como en el Subte es la consigna. Hay que generalizar la lucha por el salario. Con unidad de las filas obreras, con asambleas y paros. Y si hay paritarias que sean abiertas, que los paritarios los elija la base y no el dedo de algún burócrata. Se puede. Así podemos ganar.
En otro plano, los trabajadores también debemos dar la pelea en el terreno político. Necesitamos una herramienta para conquistar la independencia política de la clase obrera, necesitamos un gran partido de trabajadores. Y por eso reiteramos el llamado a las organizaciones obreras combativas, como es el caso del Cuerpo de delegados de Subte, de iniciar el debate sobre la moción de un gran partido de trabajadores.