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INTERNACIONAL

ELECCIONES EN FRANCIA: ¿SARKOZY U HOLLANDE?

¡Frente a las dos caras de la austeridad, que se escuche la voz de los anticapitalistas en las elecciones presidenciales!

(FRANCIA) ¡Votemos a Philippe Poutou! Los dos candidatos oficiales de la burguesía se suceden en el escenario y compiten en acrobacias para intentar ocultar a los electores los golpes bajos que preparan si son elegidos.

19 de abril 2012

Sarkozy ha elegido su táctica, con un giro bien a la derecha. Le sigue en esto Le Pen, dando la impresión de que es él quien marca el compás. Es, en efecto, el presidente saliente quien está a la saga del candidato frentista en su demagogia reaccionaria, racista e islamofóbica.

Por su parte, Hollande, se abstiene de “promesas” en el último tramo de la campaña, antes de la primera vuelta… El candidato socialista rechaza una estrategia de campaña a la Papandreu. El ex primer ministro socialista griego había prometido el cielo y la tierra para desbancar en octubre de 2009 a Karamanlis y su gobierno de derecha… antes de hacer todo lo contrario unas semanas más tarde y aplicar una terapia de shock de ajuste, lo que no ha evitado que el país se hunda en la crisis. Hollande se abstiene, entonces, de toda promesa y de todo compromiso. Su mayor carta de triunfo es el hartazgo que provoca Sarkozy, que trabajadores y jóvenes ya no pueden tolerar. La clave está en que Hollande se prepare a aplicar, a su manera, el segundo movimiento de la orientación de Papandreu, a saber “la cura de austeridad drástica”, al estilo de los “socialistas” españoles y portugueses.
Los tres candidatos secundarios no parecen muy “distintos” de los dos principales. Menos cuando proponen en definitiva una variante de los mismos, ya sea mucho más a derecha, o vagamente corrida hacia la izquierda (al menos en las palabras). Bayrou, bajo su cobertura confitada de bonachón, es el campeón de la austeridad real. Le Pen (del Frente Nacional) sigue los pasos de su padre. Ella ha archivado sus herramientas “populares” por el momento y recurrido a las viejas recetas racistas y xenófobas. Además está Mélenchon, que últimamente concentra sus disparos principalmente sobre la candidata del Frente Nacional. Se trata siempre de un gran espacio político ocupado para no decir nada sobre Hollande. Nosotros no tenemos de hecho ninguna confianza en el candidato del Frente de Izquierda, y no solamente porque no nos reconocemos en absoluto con “La Marsellesa” cantada a todo pulmón al final de las manifestaciones, ni en las banderas tricolores que flamean por todos lados en los encuentros. La clase obrera no tiene patria, y su peor enemigo, en Francia, es la burguesía nacional y el imperialismo. Pero el problema también es que aunque Mélenchon dice que no quiere entrar en un gobierno “Hollandista”, está destinado, él, el Partido de la Izquierda, el Partido Comunista y las fuerzas adherentes, a sostener al final una mayoría socialista. Es lo que hacen, por otro lado, a escala y geometría variable en las ciudades, departamentos y regiones donde gobiernan con el PS. El horizonte de Mélenchon, para el cual quiere reclutar a las y los que votarán por él, es la gestión del sistema, modificado en los márgenes, o reformado en sus detalles superficiales: un sistema corregido, al parecer, y desembarazado de sus escorias financieras (una perfecta ilusión), pero siempre dentro del marco de una República, Sexta o no, donde la burguesía está siempre perfectamente acomodada.

Grecia nos muestra el espejo en el cual los banqueros europeos y los países dominantes de la Unión Europea, Francia y Alemania a la cabeza, desearían que nos veamos: “miren lo que les espera” nos dicen. Pero es hacia las luchas y las resistencias, tanto en Atenas como en Madrid o Barcelona, que se dirige nuestra mirada, aun siendo conscientes de que será necesario, tanto acá como en Grecia y fuera de Europa, construir una alternativa revolucionaria, si queremos pasar de la defensiva a la ofensiva, y de la ofensiva a las primeras victorias.

A todas aquéllas y aquéllos que en este país tienen el derecho a voto, el cual excluye claramente a millones de nuestros hermanos y hermanas de clase inmigrantes; a todas aquéllas y aquéllos que están convencidos de que hará falta combatir desde que el próximo gobierno asuma sus funciones; a todas aquéllas y aquéllos que piensan que, para revertir la relación de fuerzas existente nos hará falta un instrumento político de clase, anticapitalista, internacionalista y revolucionario, los llamamos a aportar masivamente el sufragio a la candidatura de Philippe Poutou, obrero del automóvil, sindicalista combativo de la CGT y que, al lado de sus colegas de Ford-Blanquefort, ha protagonizado una lucha enérgica y que ha dado sus frutos en la defensa de los puestos de trabajo y contra los despidos.

Sea cual sea el resultado de las elecciones y el apoyo que reciba la candidatura de Philippe Poutou y la extrema izquierda en general, sabemos que lo que nos espera es más esfuerzo para hacer que ellos paguen la factura. Es por eso que es necesario que en estas elecciones se exprese lo más extendidamente posible la idea de que no es sino por nuestra cuenta y por la fuerza de nuestras movilizaciones que seremos capaces de responder, a nuestro favor esta vez, a la crisis del sistema capitalista.

Sabemos también que del otro lado de los Pirineos y del Mediterráneo los trabajadores y la juventud han levantado la cabeza, y de manera histórica en el mundo árabe. Es también esto lo que le da miedo a la burguesía y al imperialismo, que suministra sus armas para tratar de retomar el dominio sobre una región donde dos de sus servidores han sido expulsados. Es esta inquietud lo que refleja la revuelta siria, trágicamente atenazada entre los golpes del régimen de Bachar Al-Assad y la presión occidental. Es por eso también que el enemigo número 1 de los trabajadores y la juventud sigue y seguirá siendo siempre la burguesía nacional y su bandera tricolor que ha derramado, desde hace dos siglos y ahora, la sangre de los trabajadores y de los pueblos que el imperialismo francés ha colonizado y continúa dominando. Éste también es el mensaje que debemos transmitir al votar un candidato anticapitalista en las próximas elecciones, siendo conscientes de que todo esto no es más que una etapa en la construcción del “todas y todos juntos” revolucionario que nos permitirá destruir este sistema injusto y podrido.

4/4/12

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