Miles de militantes de izquierda son parte de las luchas cotidianas, como la de los docentes que se movilizan y mantienen masivas huelgas en Neuquén, en Salta, en la Santa Cruz de los Kirchner, de los activistas o delegados de base en las luchas de telefónicos, ferroviarios, de los hospitales bonaerenses en paro; y hasta en la industria que bate récord de crecimiento, militantes obreros de la izquierda intentan organizar los lugares de trabajo en la alimentación ó metalúrgicos, frente a una persecución doble: de la dictadura patronal y de los burócratas sindicales a la vez. Cientos de jóvenes trabajadores y de los colegios secundarios están abiertos a tomar las ideas de la izquierda. En las universidades una amplia franja de estudiantes de izquierda participa activamente en la lucha contra el caduco régimen universitario de prebendas, acomodos y pactos entre el gobierno de Kirchner y la derecha académica. El masivo acto independiente del gobierno que acaba de hacerse el 24 de marzo en Plaza de Mayo, y las movilizaciones y actos en las principales ciudades del país muestra la amplitud de estas fuerzas que son el motor de la lucha contra los secuestradores de Julio López y por encarcelar a los genocidas. Aún siendo una minoría numérica en la clase trabajadora y la juventud, la izquierda puede ser un claro polo de oposición de clase que se dirija a millones que aún confían en el gobierno de Kirchner.
Sin embargo esta fuerza militante de la vanguardia obrera y juvenil, compuesta por compañeros independientes y partidarios de la izquierda, no se expresa unificadamente, salvo en ocasiones como el pasado 24 de marzo, como un actor político nacional. Esta división se debe a que hay dos estrategias distintas de la izquierda.
Una estrategia es la que encabeza el MST de Vilma Ripoll, y consiste en confundir las banderas de la izquierda con las de la centroizquierda, promoviendo alianzas con todo tipo de arribistas ajenos la clase trabajadora y sus luchas, bajo el lema de una "unidad amplia" sin delimitación de clase. Sostuvieron como candidato a Mario Cafiero, ex –funcionario privatizador del Astillero Río Santiago bajo Menem, participante en las elecciones internas del PJ bonaerense en una misma lista con Chiche Duhalde y Luis Patti, y que recientemente, ya alejado de sus coqueteos con la izquierda, terminó defendiendo de su padre Antonio Cafiero implicado en las causas contra la Triple A por su participación en el gobierno de Isabel Perón. El MST ha profundizado este curso en el último año. Ripoll y el MST concurrieron acriticamente al acto montado por el gobierno para recibir a Hugo Chávez en Ferro donde se elogió a Kirchner y se impidió siquiera desaprobar con silbidos la reivindicación al presidente. Y en la reciente jornada del 24 de marzo en Córdoba, el MST se negó a marchar con la Multisectorial de la izquierda y los organismos independientes del gobierno, para no quedar en franca oposición al acto oficial de Kirchner en La Perla. Ahora están negociando un frente electoral en la provincia de Buenos Aires con el Partido Comunista, que si en general promueve la conciliación de clases, en este momento en particular aporta nada menos que el candidato a vice-jefe de gobierno para la fórmula del mismísimo Kirchner en la Ciudad de Buenos Aires encabezada por Filmus, el banquero Carlos Heller.

La otra estrategia, por la que el PTS viene haciendo esfuerzos, es orientar a estas decenas de miles de compañeros con el norte de conquistar la independencia política de la clase trabajadora. Que comience por expresarse mediante el reagrupamiento de comisiones internas, delegados y activistas antiburocráticos que están en el subte, en ferroviarios, en aeronáuticos, en telefónicos, en docentes y trabajadores estatales, en los Astilleros; que tiene bastiones como los obreros de Zanon y el Sindicato Ceramista de Neuquén. Este agrupamiento es perfectamente realizable, el ejemplo lo da el Encuentro que acaba de hacerse en Brasil entre Conlutas (Coordinadora Nacional de Lucha) y la Intersindical en San Pablo, agrupando centenares de organizaciones y miles de militantes obreros de oposición al PT de Lula en los sindicatos. El PTS lucha porque la unidad clasista no se limite a la acción sindical sino para intervenir resueltamente en el terreno político, mediante un Frente Clasista y Socialista como venimos proponiendo al Partido Obrero y otras fuerzas de izquierda, para que junto a los sectores combativos y antiburocráticos de los trabajadores formemos un polo nacional en la perspectiva de construir una fuerte herramienta política, un gran partido de la clase trabajadora que luche por un programa en el camino del poder obrero.
__________________________________

Llamado urgente al Partido Obrero

El llamado que desde el PTS venimos realizando hace meses no ha tenido respuesta positiva de parte de los compañeros del Partido Obrero. Aunque hemos sostenido conversaciones con la dirección del PO, lamentablemente, hasta hoy, se ha negado a unir las fuerzas de la izquierda que luchen por la independencia de clase de los trabajadores en un Frente Clasista y Socialista.
La negativa actual contrasta con el llamado que hace unos meses atrás, sostenían en torno a la propuesta de conformar un frente de este tipo: "Esta posibilidad quedó en evidencia, en principio, en la formación de la lista clasista en las elecciones de la CTA" (Las fuerzas en presencia en vísperas de la campaña electoral, Jorge Altamira en Prensa Obrera Nro 976, del 14/12/06). Más tarde dijeron que este era "el desarrollo político que proponemos a las organizaciones y militantes que formaron el Frente de Unidad Clasista en la CTA". (Una política socialista para las elecciones, Jorge Altamira en Prensa Obrera Nro.977 del 21/12/06). Y otra vez: "llamamos a iniciar esta discusión al Frente de Unidad Clasista de la CTA, donde militan el MAS, el PRS, el PTS..." (La clase obrera y las elecciones, nuevamente Jorge Altamira en Prensa Obrera Nro.978 del 11/01/07).
¿Qué pasó desde aquellos llamados a la negativa actual de considerar la propuesta que les venimos planteando desde el PTS?
Lamentablemente tenemos que constatar que, por empezar, el PO ha abandonado el propio acuerdo alcanzado en el terreno sindical en el Frente de Unidad Clasista en la CTA, que antes llamaba a elevar al terreno político electoral. Ahora, en las elecciones gremiales de ATE, el PO dividió al FUC para ir con el MST de Ripoll (principal impulsor del MIC) y la CCC que comparte la lista con la burocracia sindical de la oficialista lista Verde en Entre Ríos y otras seccionales.
En ocasión del inminente cierre de alianzas para las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires este 4 de abril, hacemos un llamado urgente a los compañeros del Partido Obrero a reunirnos para la formación de este frente y discutir su proyección nacional como una oposición de clase al gobierno y los políticos de los capitalistas. Los candidatos del mismo podrían definirse con sencillos mecanismos democráticos de elección, ya sea por asambleas de militantes en base a un programa común acordado o contemplando en las candidaturas la proporcionalidad de fuerzas en la izquierda y los luchadores que lo integren. Para este mismo fin el PTS ha iniciado conversaciones también con el MAS y otras fuerzas.